Por: LA PESTE. 04/07/2020
1. Es absurdo creer que volveremos a algún tipo de normalidad y al regular curso del flujo de las mercancías de esta sociedad bastarda. Nada va a ser igual: estamos en estado de excepción, el Espectáculo sabrá recomponerse, y esta será la nueva forma de vivir.. No volveremos a disfrutar de la falsa libertad que nos ofrecía el excesivo y morboso “libre mercado”, ya que de aquí en aquí en adelante, el control será mucho más represivo, la vida se tornará más cuesta arriba y la crisis económica será profunda. Las contradicciones de la mercancía se desnudan frente a nuestros ojos, y es bajo el grito del hambre que su fundamento se concluye como nada; más bien, como la nada.
La contrarevolución planetaria, por su parte, conjura contra nosotrxs en su reacción nihilizante.
2. En Chile las cosas están mal hace tiempo, y ha sido a partir de la experiencia y la desilusión, que el proletariado en la práctica (a partir de octubre) ha prefigurado nuevamente la necesidad de un mundo más allá del capital. El Covid-19 aparece como un elemento contrarevolucionario de todo ese proceso prefigurativo. El hambre que aflora y que angustia a la población estos últimos días amenaza con extenderse y generalizarse cuantitativa y cualitatiamente, mostrando de paso lo mierda de estas formas de existir y nuestra absurda dependencia a las abstracciones como el dinero y el trabajo abstracto. Esto es sólo uno de los coletazos que las contradicciones del capital exteriorizan desde su interior cuando explotan como la pólvora .
Lo pagaremos con nuestra agonía.
3. Lo contingente, es pensar cómo salir de todo esto, ya que sólo depende del contenido que nuestras acciones son capaces de concretar. Las ollas comunes responden a una intuición más allá de toda ideología y habla de una solidaridad primigenia que no la inventaron ni el anarquismo ni el marxismo. La degradación de la forma-dinero (y especialmente su ausencia) hoy nos debe hacer pensar en cómo vivir sin él, y en cómo la actividad humana puede transmutar a relaciones sociales más vivas, más unificadas y más potentes en todas sus dimensiones. La absoluta aniquilación de todo lo vivo está cercana a realizarse, y se sitúa en un punto crítico y de no-retorno.
4. La economía tal como la conocemos nunca ha sido una ciencia, y por lo tanto, no es exacta . Que Milei, Laje o Kaiser quieran hacernos creer lo contrario, es muestra de su asquerosa pretensión de no ver el desastre. Es muestra de su ceguera, o más bien, de su insensatez. Ellos saben que su discurso es mentiroso y no quieren reconocerlo.. Es nuestra tarea, en lo teórico-práctico, mostrar que no están en lo cierto ¿Pero mostrarle a quién? A nosotrxs mismxs, que tenemos una lengua en común. El espectáculo no acepta argumentos (sólo le basta ser el único que habla), por lo tanto, nuestra relación con él es sólo de confrontación y ataque.
5. La contestación teórica asiste hoy en día a una nueva oxigenación, una nueva adquisición de fuerzas y artillerías confrontacionales.
La contestación práctica, aparece por todos lados irrumpiendo violentamente, comunitariamente.
La separación entre teoría y práctica disminuye mediante la conformación de una estrategia contra esta sociedad del espectáculo que aniquile esta sociedad del espectáculo.
6. Los flujos de comunicación deben mantenerse y extenderse. Chile es una olla a presión y hay que tener por seguro que volverá a estallar. Ya lo ha hecho y tiene sed de más. No habrá nada que frene este desgarro total que llevamos dentro. Es fundamental mantenernos unidos y en contacto. Hay batallas que se están librando en todos los planos y debemos estar ahí, firmes.
7. Nuestra época es una herida que se abre bajo la sombra del porvenir. Está en nuestras manos nuestra salvación; así de mesiánico suena –mesianismo sin mesías– precisamente porque estamos en los tiempos en donde las promesas no llegaron tal como no llegó el mesías; lo que sí llega es la comuna, empapada de mesianismo e inminencia, sin sujeto revolucionario y sin ideología.
8.Este mesianismo sin mesías es la restitución de la unidad y el sentido, la expiación de la totalidad de nuestra congoja, la ruptura de las separaciones, la disposición libre de nuestra vida, la redención. En la tradición mesiánica y cabalística judía, se le da el nombre de Tiqqun. Esta restitución toma lugar inevitablemente en la insurrección y el comunismo.
9. El comunismo es lo que palpita en las entrañas de la sociedad. Y ni siquiera el Covid ha frenado su aparición.
10. El comunismo es una actividad, un movimiento de negación contra el actual orden de cosas.
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Fotografía: LA PESTE.