Por: Roberto González Villarreal, Lucia Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: Cortocircuitos. 25/05/2022
“..cuando se habla del modelo neoliberal, he llegado a sostener que si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción, no sería del todo malo. Es que se puede tratar del modelo económico más perfecto, pero con el agravante de la corrupción no sirve nada. Entonces, el fondo es ese, el que impera la corrupción”.[1]
En la mañanera del 24 de mayo de 2022, Andrés Manuel López Obrador fue más claro que nunca, su cruzada no era contra el neoliberalismo, sino contra la corrupción. A confesión de parte, relevo de pruebas. Por fin, el presidente salió del clóset neoliberal en el que se encontraba; debió ser muy duro mantenerse en él durante tanto tiempo; a ver qué dicen ahora las militantes de MORENA, a ver qué dice ahora el séquito de opinólogos que lo acompañan, a ver qué dicen sus votantes a quienes prometió acabar con el neoliberalismo. A ver qué dicen…
Desde luego, se trata solo de una declaración, en realidad, eso se ha sabido desde siempre para quien leyera con detalle sus iniciativas, sus acciones, sus políticas y sus programas. En nuestra columna Cortocircuitos, lo hemos dicho muchas veces en relación con diversas acciones concretas, sólo hay que revisarla. Lo señalamos para la reforma educativa de 2019 cuando recién fue aprobada; mostramos el engaño de una reforma que sólo continuaba, legitimaba y profundizaba la de Peña Nieto y el Pacto por México; de hecho, escribimos un libro para mostrarlo detallada y rigurosamente, La continuidad neoliberal , lo hemos venido diciendo desde muy temprano en relación a los programas austericidas (Las tijeras de Andrés Manuel), a la precariedad y sobreexplotación docente, incluso a la permanencia de las políticas de administración de la educación; todo eso que nos llevó a escribir un panfleto que causó escozor e irritación en la grey pejista: Amlo, un progresista remiso; crítica del engaño, el desencanto y la deriva facha . Asi que para nosotras no hay revelación alguna, sólo confirmación de viva voz. Por supuesto que celebramos que la gente salga de clóset, aunque sea de cristal.
¡Nos da gusto que Andrés Manuel ya no viva en la mentira! Que se muestre como es, como piensa, como siente; vivir en el engaño, en el autoengaño y en el engaño social, debe ser un infierno. Aplaudimos su sinceridad, valoramos su valentía, es un modo de reconocer que es uno más de los neoliberales que despachan desde la presidencia de la república, como Salinas de Gortari, como Zedillo, como Fox, como Calderón, como Peña Nieto, con una salvedad: pregona luchar contra la corrupción.
No es algo menor; de hecho, de ser cierto, de lograrlo, sería una disminución importante en los costos de transaccion, muy favorable para el capital en general, aunque no para numerosos capitales individuales, los desplazados, los que luchan contra él. En el mejor de los casos, su gobierno sería anticorrupción, pero no anti-neoliberal, eso no, ¡nunca!
Por eso lo felicitamos por salir del clóset, ya basta de la cantaleta esa de que el neoliberalismo terminó, porque como ha reconocido, “el modelo neoliberal, aplicado sin corrupción, no es del todo malo”. ¡Y lo dijo ante una pregunta sobre la privatización del servicio de agua potable en Querétaro! ¡Ni más ni menos!
Ante la conversión del agua en una mercancía, con todo lo que ello implica, pretender que eso, manejado sin corrupción, no está mal, define completamente a un neoliberal responsable.
¡Muchas gracias! ¡Fuera máscaras!
[1] https://www.jornada.com.mx/notas/2022/05/24/politica/neoliberalismo-sin-corrupcion-no-seria-del-todo-malo-amlo/