Por: Adolfo del Ángel Rodríguez. Columna: La Serpentina. 08/10/2019
Ausentes de los entre-líneas de la vida,
ciegos, mudos.
Ya no cuenta su presencia; sí su ausencia,
instalada en el colectivo, perdidos en la memoria histórica,
en los haberes y deberes,
consumidos por la bestia tragaconciencias.
Revolotean ahora, de vez en vez, como molestas avispas
en el horario estelar,
difuminados en bizarras conversaciones,
pero aguijoneando heridas sin suturar,
Intranquilas,
intentando rescatar su zumbido del sensacionalismo
irracional,
que banaliza la existencia.
II
Ahogados en el limbo de los argumentos,
cargan con sombras de injusticias protestadas,
en silencio,
(voz que se multiplica en quienes duele su ausencia física)
bombardeada a mansalva por un ruido insano
que penetra –hiedra venenosa- lo más recóndito de
la humana existencia.