Por: Gilberto González Colorado. 21/11/2016
Hoy 21 de noviembre de 2016 se cumple un año de la represión que el gobierno Duart/Flavinista ordenó en contra de los maestros que pacíficamente protestaban en contra de la evaluación «punitiva» de la pseudo reforma educativa en las afueras del gimasio «Omega», sede de esa farsa oficial, cuando con una fuerza y violencia desmedidas muchos fueron los maestros lastimados y heridos -todos humillados- por la sevicia de un gobierno autoritario que envió policía y fuerzas de choque contra los inermes manifestantes.
Justamente hoy, cuando el esbirro gobernador anda a salto de mata para evadir la ley, y cuando el estado de Veracruz se cae en cachitos, los maestros veracruzanos, ayer violentados, hoy se levantan con una victoria moral sobre los afanes dictatoriales y la estulticia de un gobierno que tiene la fuerza pero no la razón.
Hoy podemos decir que, por más que se le haya dado rango constitucional a ese esperpento de reforma, a fuerza de dolor y sacrificio, a fuerza aún de vidas cegadas, la misma es un fracaso consumado pues nadie en lo sucesivo -excepto sus obtusos creadores y panegiristas a sueldo- querrá apostar nada a favor de una empresa asesina que ya es estigma de este régimen.
A un año de distancia de aquella represión, pese a los escollos que habrán aún de librar, los maestros mexicanos podemos decir que la victoria es nuestra, y que más temprano que tarde el horizonte educativo del país se iluminará con una nueva luz de esperanza, vivificadora y promisoria, para todos los bien nacidos en esta tierra.
La razón prevalece, la fuerza bruta es efímera. el futuro es de los que apostamos nuestros sueños de justicia y libertad por sobre los designios del cálculo y del excluyente pragmatismo neoliberal.
Maestros de México: ¡Ni un paso atrás!