Por: Forus. 17/11/2024
Traducido por Gonzalo Salinardi
“Necesitamos cambiar una cultura política, una cultura que está realmente atravesada por el miedo y por la violencia”.
Este artículo de Bibbi Abruzzini y Clarisse Sih, forma parte de #MarchWithUs, campaña que presenta historias de activistas a favor de la justicia de género alrededor del mundo. Escucha el episodio en el podcast del Instituto Marielle Franco aquí.
En la noche del 14 de marzo de 2018, una noticia de última hora conmocionó a Brasil al informar sobre la ejecución de una concejala de Rio de Janeiro. La funcionaria Marielle Franco, de 38 años, había sido asesinada en su auto junto a su chofer, Anderson Gomes. El nombre de Franco se convertiría en un símbolo contra la violencia política y desde entonces obtendría reconocimiento mundial.
En 2016, Franco fue elegida por primera vez para la ciudad de Rio de Janeiro con el PSOL (Partido Socialismo y Libertad). Era madre soltera de ascendencia africana, que había crecido en la favela de Maré, una de las mayores de la ciudad, y tenía una relación con otra mujer. Además de ser socióloga, poseía un máster, que había obtenido estudiando la instalación de unidades policiales en las favelas, y abogaba por los derechos humanos, en especial de la colectividad LGBTQ+ y de las comunidades pobres.
En su primer mandato, Franco recibió 46 502 votos. Luego de su muerte, la familia creó la sociedad civil Instituto Marielle Franco para continuar con buscar justicia y respuestas sobre el asesinato y la persona que lo ordenó, pero también para llevar adelante el legado mediante proyectos vinculados con los temas de su interés.
Dado que este 2024 habrá elecciones municipales en Brasil y otros 60 países acudirán a las urnas, existe preocupación por la vulnerabilidad de activistas, candidatos e incluso ciudadanos en medio de contextos locales polarizados. Las investigaciones muestran que la violencia política es peor para algunos individuos.
Las mujeres y otras minorías alrededor del mundo enfrentan niveles sin precedentes de violencia política selectiva, que adquieren una diversas formas, como ataques físicos y fuerte oposición contra grupos que han sido marginados históricamente. Dichas respuestas constituyen una reacción a su avance dentro de estructuras de poder patriarcales y colonialistas.
«La policía disparó 111 veces»
La abogada de derechos humanos Lígia Batista se convirtió en la directora ejecutiva del Instituto Marielle Franco, después de que Anielle Franco, la hermana menor de Marielle, fuera designada ministra de Igualdad Racial en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en 2023. Luego de las investigaciones sobre el asesinato de Franco, Batista participó en desarrollar de una campaña para Amnistía Internacional, en la que exigía imparcialidad y una respuesta más rápida de las autoridades policiales, y llevó el caso a foros de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales.
«Comencé a organizar mi furia en la universidad: me uní como activista de derechos humanos y abordé más que nada los temas de racismo y violencia política», dijo Batista en una entrevista con Bibbi Abruzzini de la red civil Forus. «El primer caso que golpeó mi corazón ocurrió en noviembre de 2015 cuando policías de Rio de Janeiro acribillaron a cinco jóvenes negros que estaban dentro de un auto. La Policía disparó 111 veces«.
«Después de ese día, empecé a entender qué me motiva, por qué estaba tan enfadada y cómo podía contribuir para lograr un cambio en lo que respecta a estas desigualdades y a ver cómo actúa la violencia contra personas como nosotros, mi familia y mis vecinos», asegura Batista.
Durante sus años de trabajo en Amnistía Internacional, Batista ha recorrido temas como el derecho a la vivienda, el derecho a la protesta, la resolución de conflictos y la denuncia de la brutalidad policial y la violencia en la política. Gracias a ese activismo, tuvo la oportunidad de conocer a Marielle Franco.
En los últimos años, explica Batista, el Instituto Marielle Franco ha ido consolidando su labor en torno a tres áreas principales: la primera se centra en abordar la violencia de género y racial en la política; la segunda es luchar y superar las barreras a la participación política de las mujeres negras, las personas LGBTQ+ y los habitantes de favelas y periferias en la política; la tercera es explorar formas creativas de proteger la memoria de Marielle Franco.
Por ejemplo, para las elecciones municipales de 2024 en Brasil, prepararon el Programa del Día Marielle Franco, que consiste en un conjunto de prácticas y compromisos políticos populares con el feminismo, el antirracismo, las comunidades marginales y la comunidad LGBTQI+, inspirados en el legado de Franco. Mientras elaboraban la edición de este año, consultaron a más 200 colectividades, movimientos sociales y organizaciones, y duplicaron el número de participantes que tuvieron en 2022.
El programa ha sido diseñado para que los candidatos de 2024 lo implementen en gobiernos municipales y en ayuntamientos.
Combatir la violencia racial y de género en la política
«Para mover la aguja en cuestiones de la lucha para transformar el sistema político brasileño, necesitamos cambiar una cultura política, una cultura que está realmente atravesada por el miedo y por la violencia. Los partidos políticos y los Gobiernos deben responsabilizarse al enfrentar la violencia política. Deben ser ellos quienes ofrezcan herramientas eficaces para evitar y combatir la violencia de género y racial en la política», afirma Batista.
Por ejemplo, la investigación “Bosquejo de violencia política contra las mujeres negras”, que el Instituto Marielle Franco llevó adelante en colaboración con Justicia Global y Tierra de Derechos, analizó la violencia de género política. Según el informe, ocho de cada diez mujeres negras sufrieron violencia virtual en las elecciones de 2020 en Brasil; seis de cada diez pasaron por violencia moral y psicológica, y cinco de cada diez sufrieron violencia institucional.
El estudio bosquejó ocho tipos de violencia política que padecieron más de 140 candidatas negras en el país, y el trabajo ha demostrado de manera consistente que estas mujeres permanecen desprotegidas frente a estas formas de agresión, independientemente de si son elegidas o no. A través de la campaña “Não Seremos Interrompidas” (“No seremos interrumpidas”), una referencia al último discurso de Marielle en la Prefectura de Rio de Janeiro, han reclamado que las autoridades locales actúen contra la violencia política que ha impedido a las mujeres negras y a las personas LGBTQ+ acceder al poder político y ocuparlo con seguridad.
«Este año estamos trabajando para crear una red de estrategas políticos, es decir, personas que se unirán para apoyar a las candidatas negras y a las personas LGBTQ+ durante las elecciones. Hasta ahora, hemos explorado este trabajo sobre todo a través del arte y la cultura», añade Batista.
Hace dos años se aprobó una ley en Brasil para luchar contra la violencia política. «‘Justicia por Marielle’ va más allá de hallar respuestas y responsabilizar a los autores del crimen. Debemos asegurar que no asesinen a nadie más».
Por lo tanto, el Instituto hizo una encuesta que toma “una radiografía» de los dos años que esta ley ha estado vigente y de los mecanismos para proteger a los candidatos y evitar la violencia política. Solicitan que se amplíe la legislación, se mejoren los mecanismos de protección (incluido un protocolo específico para las víctimas de la violencia política), se garantice el apoyo financiero adecuado a los representantes que enfrentan ataques y se implique a los partidos políticos, los organismos electorales y otros en programas de prevención y sensibilización.
La plataforma PANE, otro proyecto del instituto, consolida acciones y herramientas con el objetivo de reformar el sistema político brasileño. Con un guiño a los 524 años transcurridos desde la llegada de los colonizadores portugueses, la plataforma recorre las desigualdades arraigadas y la violencia a la que se han enfrentado durante siglos las comunidades históricamente marginadas. Las grietas en las estructuras actuales son visibles, y PANE promueve la inclusión de las mujeres negras en los espacios de toma de decisiones, presiona a los partidos para que apoyen estas candidaturas y aboga por un compromiso con las políticas antirracistas entre los candidatos a las elecciones.
En colaboración con organizaciones como Educafro, el Movimiento Mujeres Negras Deciden y la Coalición Negra por Derechos, el Instituto Marielle Franco ya ha tenido metas significativas.
Las organizaciones presionaron con éxito al Tribunal Superior Electoral (TSE) para que los candidatos negros recibieran fondos y tiempo al aire de manera proporcional en las elecciones de 2022. Sin embargo, aspiran a conseguir cambios más permanentes e instan a los partidos a aplicar estas recomendaciones de inmediato.
Tendencias globales
A nivel global, las mujeres, las minorías y las comunidades LGBTQ+ continúan teniendo poca representación en los partidos políticos y en la toma de decisiones. Este problema está enraizado en dinámicas sociales complejas y en formas de violencia entrecruzadas. Al ritmo actual, la diversidad de género en las posiciones más altas del poder político no se alcanzará en otros 130 años.
Batista insiste que «no se puede descuidar el papel de la solidaridad internacional para lograr cambios en los sistemas políticos. Creo que es clave para nosotros. Somos más fuertes donde y cuando estamos juntos más allá de cualquier frontera. Este mensaje de colectividad siempre es muy importante para ejercer una presión adicional al tomar decisiones, cambiar la situación y crear un entorno político diferente».
El 14 de marzo se cumplieron seis años (71 meses) desde el asesinato de Marielle Franco. La familia escribe que «estos han sido los seis años más difíciles de nuestras vidas», pero cada año el Instituto Marielle Franco organiza un “festival por justicia” con más de 20 000 personas para seguir luchando, defender la memoria de Marielle Franco, multiplicar su legado y “regar las semillas” de la democracia contra la violencia política.
Después de seis años, los asesinos de Marielle Franco fueron finalmente condenados en noviembre. Anielle Franco, hermana de Franco, habló con la prensa tras la sentencia, y dijo que este es el comienzo de un camino hacia la justicia: «Tenemos que poner fin a la normalización de la violencia contra los negros, los niños víctimas de balas perdidas y las figuras públicas asesinadas. Mantendremos la cabeza alta por Marielle, Anderson y el derecho a una vida digna».
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Fotografía: Global voices. Marielle Franco, septiembre de 2017. Foto Instituto Marielle Franco.