Por: Alfredo Apilánez. 30/07/2021
Se necesita una drástica transformación de las estrategias ecologistas en un sentido profundamente anticapitalista y antiestatista
“Estamos condenados. El desenlace es la muerte, con el final de la mayor parte de la vida en el planeta”. El poeta y filósofo Jorge Riechmann comparte la demoledora sentencia del científico social Mayer Hillman acerca del funesto destino que aguarda a la especie humana a medida que avanza de forma irreversible el proceso de volver completamente “asqueroso” su propio nido. Sin embargo, de la desesperación puede surgir también la esperanza: “Hay que repetirlo una y otra vez: paradójicamente, sólo asumir de verdad que no hay solución -que ‘estamos jodidos’- podría abrir un camino que evitase lo peor. Dar por muerta esta civilización, dar por muerta esta economía y esta cultura, darnos por muertos a nosotros mismos, y quizá entonces estar dispuestos a las hoy imposibles transformaciones que nos salvarían”.
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Fotografía: La haine