Por: Yanina Welp. 10/04/2022
El 10 de abril, más de 90 millones de electores han sido convocados en México a participar en una consulta de revocación de mandato presidencial. Suiza fue el país que inventó esta herramienta democrática en la década de 1850, pero solo la ha utilizado una sola vez. No obstante, la figura se vuelve cada vez más frecuente en el mundo. A veces por buenas razones. Otras, no tanto.
La próxima consulta de revocación de mandato, prevista el domingo 10 de abril, determinará el destino del presidente de izquierda Andrés Manuel López Obrador, actualmente en funciones. El jefe de Estado, de 69 años, fue el promotor de la votación a través de una organización no gubernamental porque apuesta a que una fuerte victoria popular le daría vigor a los últimos dos años del mandato sexenal que tiene en curso. La campaña recibió el respaldo de más del 3% del padrón de electores de México (2,75 millones de personas), cifra mínima indispensable para que la consulta revocatoria se llevara a cabo.
Una de las impulsoras de la campaña revocatoria, Gabriela Jiménez Godoy, miembro activo de Morena, el partido gobernante, calificó el ejercicio como “una forma de fortalecimiento de la democracia”, y la influencer mexicana de Tik Tok, Patty MirandaEnlace externo, recomendó votar por el ‘sí’ para que “Andrés Manuel puede seguir trabajando por México”.
En el otro extremo, los principales partidos de oposición, entre los que se incluyen el PRD, PAN y PRI, hicieron un llamado a los mexicanos para abstenerse de participar en lo que consideran un “ejercicio plebiscitario”. “Es simplemente una pérdida de tiempo y dinero”, dijeron.
Ésta es la primera votación revocatoria nacional en la historia de México. Y es un ejercicio posterior al referéndum que tuvo lugar en agosto del 2021, que proponía una nueva ley para sancionar a los expresidentes corruptos. Dicho referéndum, también impulsado por el actual presidente, fue invalidado por la baja tasa de participación de la gente: solo acudió a las urnas 7% de los votantes, y se requería un 40% como mínimo para que los resultados fueran vinculantes. Ambas iniciativas demuestran la dificultad y complejidad que supone que estas herramientas democráticas partan “de arriba hacia abajo”.
Tendencia global
La consulta de revocación de mandato de México es parte de una creciente tendencia mundial que utiliza estos procesos para desestabilizar a presidentes (como el venezolano Hugo Chávez o el rumano Trian Basescu), alcaldes (como la peruana Susana Villarán y la polaca Hanna Gronkiewicz-Waltz), o gobernadores (como el estadounidense Gray Davies). Y el creciente número de revocaciones a nivel mundial atrae cada vez más atención. Son ejercicios realizados lo mismo en América Latina que en Europa del Este, o en democracias consolidadas y de larga data como las de Alemania (en Duisburgo) y Estados Unidos.
Uno de los ejemplos más célebres es el de Gray Davis, gobernador demócrata de California, quien fuera revocado tras una campaña iniciada por el culturista y estrella de cine Arnold Swarzeneger, quien se vio beneficiado indirectamente con el resultado, ya que más tarde se convirtió en gobernador de California por el Partido Republicano
En 2021, California repitió el ejercicio con el gobernador demócrata Gavin Newsome. Pero en este caso la revocación fue rechazada, pues 58% de los electores apoyó a Gavin.
Receta para un gran desastre
La investigación académica (ver caja informativa al final del texto) sugiere que la mayoría de las consultas de revocación son lanzadas para desestabilizar a las élites opuestas y no como un verdadero instrumento de rendición de cuentas. E incluso si el voto revocatorio fracasa, el funcionario electo se ve debilitado y hay riesgo de inestabilidad política. Un ejemplo es Susana Villarán, alcaldesa de Lima, quien sobrevivió a una consulta revocatoria el 17 de marzo del 2013, pero vio fragilizado su gobierno porque más de la mitad de los concejales fueron destituidos y en las siguientes elecciones perdió la mayoría que tenía previamente.
Gustavo Petro, quien fue electo como alcalde de Bogotá en 2012 -y hoy es el favorito para las elecciones presidenciales de Colombia que se celebrarán en mayo de 2022- fue removido de su cargo en 2013 por una orden de destitución emitida por la Fiscalía General de la Nación (fiscalía encargada de aplicación de la ley, procesamientos y asuntos legales en general). Lo anterior sucedió apenas unos días antes de la fecha en la que se realizará una votación revocatoria que finalmente fue cancelada.
En Varsovia, Polonia, la alcaldesa Hanna Gronkiewicz-Waltz, y en Chisinau, Moldavia, el alcalde Dorin Chirtoacă, sobrevivieron a consultas revocatorias porque ninguno de los dos países logró la participación mínima indispensable en estas votaciones, invalidando con ello los procesos. Pero ambos políticos vieron debilitada su posición durante el resto de sus mandatos.
En todos estos casos, lo mismo si el funcionario electo permaneció en el cargo que si partió, las consultas revocatorias fueron contraproducentes. En lugar de mejorar los patrones de gobierno, se dañó la democracia, se erosionó el debate público y se desviaron recursos públicos.
Una forma de castigar a los políticos corruptos…
No obstante, las revocaciones también se utilizan para cumplir con su misión primaria de obligar a los políticos a rendir cuentas. A menudo, son detonadas por acusaciones de corrupción que existen en todos los países y tienen como blanco a funcionarios electos que están usando sus cargos para el beneficio personal. Múltiples encuestas públicas confirman el creciente nivel de desconfianza de los ciudadanos en sus gobiernos.
En Europa, según el Barómetro Global de la Corruption 2021Enlace externo, la mayoría de los ciudadanos de la UE cree que los gobiernos están dirigidos por un puñado de personajes que representan grandes intereses y que se cuidan entre sí (53 %) y casi un tercio de las personas piensa que la corrupción está empeorando en su país. Otro 44% considera que la confianza no mejorará en el futuro. En este contexto, se han introducido disposiciones de revocación en más y más jurisdicciones de todo el mundo.
Durante la última campaña presidencial francesa, La France Insoumise, un partido político de izquierda liderado por Jean-Luc Mélenchon (que vuelve a ser candidato en la primera vuelta de las elecciones francesas de este domingo 10 de abril) propuso una convención constitucional para crear una Sexta República que concede una gran importancia a la revocación.
…O un invento suizo, casi superfluo
En Suiza, la figura de la revocación puede ser usada por los votantes desde mediados del siglo XIX. Suiza fue, de hecho, el primer país que permitió la revocación de cargos de elección a través del voto popular. De 1846 a 1915, nueve cantones suizos utilizaron esta herramienta. En seis de ellos (Berna, Schaffhausen, Soleura, Tesino, Turgovia y Uri) aún es posible revocar un mandato.
Pero lo más interesante es que, a pesar de esta accesibilidad temprana y extendida, los votantes suizos sólo han revocado un mandato una sola vez: en julio de 1862 en el cantón de Argovia, el 63% el electorado (en esa época, solo hombres) apoyó la terminación anticipada del mandato de su parlamento. El gobierno se vio obligado así a convocar a nuevas elecciones y dimitir.
“La introducción de otras herramientas de la democracia directa moderna, como la iniciativa ciudadana o los referendos populares, han hecho que las consultas revocatorias se vuelvan casi superfluas en el terreno práctico”, argumenta Uwe Serdült, politólogo y profesor del “Centro de la Democracia” de Argovia, vinculado a la Universidad de Zúrich.
Más recientemente, varios escándalos políticos han revivido la idea de las provisiones revocatorias en Suiza: en el cantón de Ginebra, en donde un miembro del ejecutivo fue acusado de recibir beneficios ilegítimos por parte de un gobierno extranjero, más del 90% de los votantes aprobó la opción de la revocación en noviembre pasado. Y en el cantón de Argovia, los ciudadanos tendrán que decidir, el próximo 15 de mayo, si debe ser introducido un nuevo proceso para enjuiciar políticamente a los titulares de cargos ejecutivos electos por el parlamento.
(Traducción del inglés: Andrea Ornelas)
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Fotografía: Swissinfo