Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. 6 de enero de 2024
Luego de una no muy agradable travesía en el buquebus con destino al puerto de Buenos Aires, llegamos con bien hacia esa bella ciudad, fuimos recibidos por la tarde de ese sábado 9 de diciembre por un amable transportista de la agencia quien nos llevó a nuestro hotel; como bien sabemos Argentina en estos últimos meses estaba inmersa en un proceso político por su cambio de presidente de la república; desde que nos enteramos que la fecha de la toma de posesión de Javier Milei estaba prevista para el domingo 10 de diciembre, fecha en la que de acuerdo al tour contratado se desarrollaría el city tour por Buenos Aires, le preguntamos a la agencia de aquí que si habría alguna modificación, la respuesta fue, en su momento la agencia de Buenos Aires se los dirá, así que previendo dicha situación, estuvimos cavilando en qué hacer el domingo 10 de diciembre, tomando en consideración que seguramente el city tour no se realizaría, sino después y dicho y hecho, así fue.
Una de las cosas que suceden en Argentina es que las ciudades grandes no están muy cercanas unas de otras, por lo que, para trasladarse en muchas ocasiones es mejor hacerlo por avión considerando si tienes limitaciones de tiempo, así que tomando en cuenta ese detalle, pensamos en la alternativa de alguna ciudad cercana que nos permitiera ir y venir el mismo día, las posibilidades era Tigre o La Plata, en el viaje anterior a Buenos Aires estuvimos en Tigre, así que pensamos La Plata era la alternativa adecuada.
El domingo 10 de diciembre de 2023, fue con una mañana muy bonita, lamentablemente el hotel de Buenos Aires a diferencia del de Montevideo, no tenía un desayuno tan variado, es más si se te antojaba una omelet o unos huevos duros o escalfados tenías que pagar por ellos ¿oiga, con qué acompañan los huevos escalfados? Le pregunté a un mesero, solo en el plato me respondió ¿Cómo así encuerados? Oiga en mi país me los traen con una ensalada, ¡pues aquí no es así! me contestó.
Bien, luego del desayuno, nos dispusimos a viajar a la cercana ciudad de La Plata, la cual está a una distancia de 56 kms. de Buenos Aires y hay varias alternativas para ir allá, lo puedes hacer en taxi, en tren o por autobús, por autobús tienen dos rutas, la más recomendable es la que va por autopista. Para los traslados en transporte estatal en Argentina, ya no lo puedes hacer pagando el boleto en taquilla, sino que debes adquirir una tarjeta recargable de saldo que se llama SUBE, aquí te presentas con una dificultad inexplicable, resulta que la tarjeta la puedes adquirir en algún kiosko que lo especifique ¡pero no la puedes recargar ahí! Tienes que buscar otro kiosko que te diga que es para recargas ¡háganme el refavron cabor!
Aquí permíteme insertar unos comentarios que me parece son importantes, respecto a la imagen que en el contexto internacional algunas personas han creado un estereotipo de los argentinos en el sentido de que son muy sangrones. En mi experiencia en viajes en los que he tenido la oportunidad de convivir con muchos argentinos, nada que ver con esa imagen, todo lo contrario, siempre han sido muy amenos y cordiales con nosotros y con algunos de ellos todavía mantenemos alguna comunicación por redes, inclusive en nuestro primer viaje por Argentina, la gente de allá fue muy amable con nosotros solo por el hecho de ser mexicanos. Hace tiempo, en uno de los viajes a China cuando mi hijo vivía allá, fue tan agradable la convivencia con argentinos que en un vuelo interno uno de ellos se pasó todo el trayecto del viaje platicándome de su viaje por Vietnam que me hizo prometerme conocería dicho país, cosa que afortunadamente se cumplió y ojalá hayas tenido la oportunidad de leer mi experiencia de dicho viaje.
Bien, sucede que no nos dijeron bien los costos de los traslados y el saldo que cargamos en la dichosa tarjeta Sube ¡fue insuficiente!, antes de ello te diré que el taxista que nos llevó del hotel a donde se abordan los buses a La Plata, nos dijo, váyanse con cuidado por aquí, ya que no es seguro, sobre todo si retornan de su destino por la noche. Preguntamos a la gente -porque había varias colas para abordar- ¿cuál es para ir a La Plata? Pues aquella que dice el número del bus, llega el vehículo y cuál sería mi sorpresa que al pasar dos veces la tarjeta resulta que no tenía saldo suficiente, el chofer me dijo ¡no tiene saldo, tiene que cargar! Yo no le entendía que en realidad lo que estaba haciendo ese chofer era indicarnos que nos bajáramos para buscar donde cargar suficiente saldo, en ese momento una chica le dijo al chofer, déjelos seguir, yo tengo saldo más que suficiente, esa chica era argentina ¿son o no son amables los argentinos?
Ya con esa tranquilidad viajamos hacia La Plata, pero a la vez con la inquietud de que, llegando a esa ciudad, lo primero que teníamos que hacer era recargar la tarjeta para el viaje de regreso; en la terminal de los buses, sucedió lo mismo que en Buenos Aires, “aquí solo se vende la tarjeta, no se recarga”, oiga ¿dónde puedo recargar? Pues vaya a la taquilla 9 del boletaje foráneo, afortunadamente, pese al anuncio de “no hay sistema” la chava se alivianó y ¡ah caray, ya llegó! ¿cuánto joven? Pues métale unos dos mil pesotes argentinos, no sea que me vayan a bajar. Como podrás imaginarte se me pasó la mano y le dejé una lana al tal Milei.
Una vez teniendo la tranquilidad de contar con saldo suficiente en la tarjeta, nos dispusimos a conocer La Plata, al salir de la terminal, pensamos ir en taxi así que saliendo estaba un grupo de taxistas charlando y por alguna razón salió el tema de Milei, oigan ¿qué onda con su nuevo presidente? Estamos aquí hoy porque por la toma de posesión se cambió el itinerario del viaje, pensábamos venir mañana lunes; resulta que en la charla nos dijeron que a excepción de uno de ellos -el más joven- ninguno había votado por él, prácticamente nos reímos todos ¡se ve que estás chavo, ya después te darás cuenta de que no se puede confiar en ningún político! (me acordé de la guía Helena en Portugal “los políticos son unos tontos de mierda”), no voy a abundar en el tema de Milei, pero lo cierto es que con la mayoría de argentinos que salió el tema o bien nos dijeron que no votaron por él o bien evadían el tema.
La Plata, es una ciudad que fusiona lo antiguo con lo moderno en lo que se refiere sus orígenes, con arquitectura un tanto cuanto antigua, con un trazado de la ciudad en su parte central que es un cuadrado (o más bien un rombo) el cual abarca la parte histórica de la ciudad, con un diseño de calles diagonales que lo cruzan, a lo largo de los cuales te encuentras parques y plazas. Posiblemente por tratarse de un día especial, o sea por la toma de posesión del presidente Milei, nos tocó un día muy tranquilo, tan tranquilo que al deambular por las calles en dirección a la impresionante Catedral de la Inmaculada Concepción (y mira que las iglesias no son mi principal atractivo en los viajes) prácticamente en el trayecto no encontramos mucha gente.
Efectivamente pasamos por varias plazas, una de ellas la Plaza Italia, continuando nuestra caminata hasta la catedral, en donde también se encuentra enfrente de esa iglesia el edificio del gobierno platense. Hay un pequeño museo debajo de la catedral, la verdad de las cosas no lo vimos muy interesante, así que como ya hacía hambre nos fuimos a buscar un buen restaurante, quizá por la hora del día, ya los lugares para comer estaban prácticamente llenos, así que en el que nos decidimos obviamente con buena carne argentina, resulta que las empanadas ya se habían terminado, así que nos echamos de entrada unos quesos mozzarela empanizados y de plato fuerte unas costillas muy bien hechas, rematamos de postre con un crumble que tenía tiempo no degustábamos. Terminando la comida le preguntamos a la mesera ¿oye qué más hay aquí para conocer? su respuesta fue, en realidad ya vieron lo más importante de la ciudad. Igual nos fuimos caminando de retorno a la terminal de autobuses y aquí ocurrió otro buen detalle con los argentinos, afortunadamente los autobuses con destino a Buenos Aires salen con mucha frecuencia, no obstante, había mucha gente, así que en el primero que había ya no tenía lugares, en el siguiente, nos tocó separados, pero junto a Mys iba una amable viejecita con quien entabló un diálogo por todo el recorrido del viaje, ¿dónde se van a bajar? Le preguntó, pues en la terminal de los buses le respondió Mys, mejor no, yo les recomiendo se bajen en la siguiente parada (ya habíamos entrado a Buenos Aires) y ahí consigan un taxi, la zona de la terminal no es muy recomendable a estas horas de la tarde, por cierto, que con doña Ana, Mys conserva contacto vía FB insisto ¿son o no amables los argentinos? Mi respuesta es ¡sí lo son! Retornamos al hotel en taxi y como ya habíamos caminado un buen número de kilómetros, ya sabes que en estos viajes caminas mucho, retornamos a descansar al hotel.
El día lunes 11 de diciembre, dada la modificación del itinerario, luego del desayuno, pasaron los guías de la agencia para efectuar el city tour, el cual de hecho prácticamente fue una repetición del anterior viaje con la excepción de que en este no se visitó el cementerio de La Recoleta en donde descansan los restos de doña Eva Perón, este recorrido incluyó el barrio de la Recoleta en donde por cierto más adelante haré énfasis en algo que he aprendido en los viajes, resulta que estábamos “tirándonos” fotos Mys y yo cuando coincidimos con una señoras francesas y luego de las sonrisas les tomamos fotos con sus dispositivos y viceversa, acto seguido pasaron una españolas originarias de Barcelona sucedió lo mismo y luego de despedirnos mutuamente no imaginamos coincidiríamos con ellas en Iguazú; otros sitios fueron, el Teatro Colón, la Plaza de Mayo, la Catedral, la Avenida de Mayo, y otros muchos edificios y palacios de especial valor, entre ellos el palacio donde despacha el lorenzo de Milei quien por cierto ese fue su primer día de trabajo ¿cómo lo supimos? Porque debajo de la bandera de Argentina en esa asta bandera abajo se pone una pequeña bandera de Argentina que indica que el presidente en turno está despachando en ese recinto. Completan este paseo el Viejo San Telmo, residencia de la aristocracia porteña hasta fines del siglo XIX, la calle Caminito en La Boca, colorido barrio de inmigrantes italianos y la zona de Puerto Madero. Al terminar ese city tour le perdimos a la guía que nos dejara en Puerto Madero, para comer en alguno de los buenos restaurantes que abundan en esa zona, para después luego una buena comida argentina -esta vez sí hubo empanadas- emprender un recorrido a pie que nos permitiría retornar a la plaza de Mayo, ir a ver a Mafalda, recorrer muchas calles céntricas y conocer el sitio que desde que comenzamos a planear el viaje, me dije ¡esto no me lo puedo perder! me refiero al Museo Beatle, pero de esa experiencia te hablaré en mi columna Cirrus Minor, obviamente en ECO’s Rock. Luego de la visita al por demás interesante museo Beatle, nuevamente retornamos caminando hacia el obelisco de Buenos Aires, para seguir disfrutando de toda esa área, retornar al hotel, descansar un poco y salir por esa zona, donde por cierto nos echamos unas rebanadas de pizza “callejera” muy ricas.
El guadalupano martes 12 de diciembre, prácticamente el último día en Buenos Aires, decidimos hacerlo de manera tranquila, el día anterior habíamos comprados los boletos para el city bus con la expectativa de estar bajándonos en lugares que nos había faltado en el city tour, así que sin ninguna presión de tiempo, luego de el no tal opíparo desayuno en el hotel nos dispusimos a tomar un taxi para ir a la parada más cercana del city bus y como de hecho los lugares a los que nos interesaba mucho ir eran los destinos casi finales del recorrido, de manera muy tranquila estuvimos viendo diversos lugares; en Buenos Aires hay dos tipos de city bus, el amarillo y el rojo, cada uno tiene su propio itinerario con algunos puntos en común. Lo que queríamos ver eran fundamentalmente tres sitios: Galerías Pacífico, el Barrio Chino y la Floralis Genérica, para nuestra mala fortuna hubo un incendio que impidió el paso por el mall, pero la bajada en la Floralis Genérica nos permitió pasar unos momentos muy gratos porque el parque es muy bonito, pero lamentablemente el gobierno argentino no le dio mantenimiento a la inmensa flor y ya no se abre; por obvias razones desde hace tiempo en nuestros viajes procuramos acudir al barrio chino de los lugares que hemos visitado, empezando por el de la CDMX, el de San Francisco, el de San José de Costa Rica y en esta ocasión el de Buenos Aires, en donde por cierto comimos en un restaurante que tenía un menú de platillos muy abundantes, muy concurrido, tan es así que llegó el momento en que lo cerraron por no haber ni espacio ni comida suficiente para las personas que pretendían llegar a comer ahí, volvimos al city bus y al bajarnos tomamos un taxi para ir nuevamente a la zona centro y luego ir al hotel porque había que rehacer las maletas puesto que al día siguiente saldríamos con destino a Iguazú, Argentina.
El miércoles 13 de diciembre, como pasarían por nosotros alrededor de mediodía para llevarnos al aeropuerto doméstico de Buenos Aires para tomar el vuelo con destino a Iguazú Argentina, para matar el tiempo fuimos a una pequeña plaza comercial cercana al hotel en donde hicimos algunas compras con muy buenos precios para de ahí retornar al hotel en donde nos esperaba el guía, el vuelo salió a las 16:40 y pese a ser un vuelo relativamente corto, la llegada al aeropuerto de Iguazú, Argentina fue ya entrada la tarde por lo que llegamos al hotel a descansar prácticamente de noche.
El jueves 14 de diciembre, ya de hecho el último día del tour, pasaron por nosotros para ir a las impresionantes cataratas de Iguazú, Argentina, las cuales ya habíamos conocido en nuestro viaje anterior, desgraciadamente las torrenciales lluvias que cayeron algunos meses atrás ocasionaron que los accesos a la famosa “Garganta del Diablo” fueran arrasados por la furia del agua y es imposible llegar a ese lugar. Bien, el recorrido es por demás interesante, impresionante, hermoso, tienes oportunidad de ver la inmensidad de las cataratas, tener de cerca a algunos animalitos, pese a que afortunadamente no había un excesiva multitud de gente, ocurrieron dos cosas muy especiales en cuanto al acercamiento con otras personas, la primera de ellas fue que en una de las llegadas a un mirador, nos topamos con la señoras de Barcelona con las que coincidimos en Buenos Aires, nos dio mucho gusto saludarnos y hasta terminamos diciéndonos “nuestros países son hermanos”. El otro detalle muy padre fue en otro mirador en donde estaba un chavo que yo pensé era de la India por el color de su piel, él se estaba tomando una selfie con un cartón que decía Iguazú, me acordé de mi serie fotográfica “caugth in the act” en la cual me gusta sacar fotos de gentes que están a su vez tomándose una foto, le pedimos a señas que nos prestara su cartón y nos sacara una foto, más adelante al darle las gracias, le mostré la foto que le tomé lo cual le dio mucho gusto “oye tienes airdrop me dijo” para que me la pases, comenzamos a charlar, de ¿dónde eres? Soy de Taryiquistan (primera vez que oigo de ese país), ¡ah qué interesante! ¿De dónde eres tú? A su vez me preguntó ¡de México! Me dijo entonces, estoy recorriendo varios países de Latinoamérica, voy a Colombia y después a tu país. Así que una vez más reflexiono en lo que he comentado en anteriores ocasiones, el ser humano es afable por naturaleza, lamentablemente los sistemas político-religioso-financiero, principalmente, son lo que le da en la torre a la relación humana.
Luego del tiempo para comer, le pedimos a la guía turística nos dejara en la zona de la ciudad de Iguazú que se le conoce como “Tres fronteras” porque confluyen las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay. A esa hora del día, prácticamente el calor era infernal, pretendimos ir caminando de esa zona hacia el centro de Iguazú para de ahí caminar hacia el hotel, pues según la guía no estaba muy lejos y podíamos llegar a pie, llegó el momento en que le preguntamos una señora si estaba muy lejos el hotel, “en realidad no está muy lejano” pero con este calor les aseguro no van a llegar vivos, mejor tomen un taxi, insisto los argentinos son buena onda.
El día viernes 15 de diciembre, ya fue el retorno a nuestro país, el guía de traslado pasó por nosotros para llevarnos al aeropuerto de Iguazú, pero resulta que era del lado brasileño, así que luego de pasar por migración nos dejaron en el aeropuerto de Iguazú Brasil en donde tomamos un vuelo con destino a Sao Paolo, ahí, luego de una espera de prácticamente 7 horas, abordamos el vuelo con destino a la terminal 2 de la CDMX, en el aeropuerto de Sao Paolo pretendí gastar o cambiar los pocos pesos argentinos que no puede cambiar por lo de la confusión de qué Iguazú saldríamos y para mi sorpresa ni en los comercios ni en la casa de cambio aceptaron los dichosos pesos argentinos ¡qué barbaridad!
De esta manera terminó este viaje del 40 aniversario de bodas en el cual además de refrendar una vez más los lazos que nos unen, tuvimos la oportunidad de vivir momentos muy agradables que quedan en nuestra memoria, así como con la expectativa de retornar alguna ocasión por esos lares.
Fotografías: ECO’s Rock