Por: Carlos Cienfuegos. Estudiante de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad José Martí de Latinoamérica.
El Neoliberalismo en América Latina en la última parte del siglo XX y a inicios del siglo XXI ha sido implacable. Sus resultados han sido negativos en el crecimiento económico de los países y positivos en la generación de la pobreza a niveles alarmantes. Su flagelo ha devastado a los países latinoamericanos acrecentando los niveles de marginación social. El crecimiento de los pobres ha sido exponencial en los países latinoamericanos. Esta corriente económica propicia que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. Estas sociedades extractivas explotan los recursos naturales y los recursos humanos, promoviendo el libre comercio mundial, los bajos salarios y la explotación laboral, hechos que contrastan con los fines que todo Estado debe procurar, tal y como lo establecen los derechos humanos contemplados en las constituciones de cada país. Un estado humanista, promotor del desarrollo humano a través de la justicia social es la aspiración de los pueblos sojuzgados por un imperialismo agresivo y el cual no ha dado resultados con esta política económica. La vuelta a un populismo en América Latina es el resultado de la respuesta a las necesidades de políticas públicas humanistas, de los pueblos agobiados por los flagelos del neoliberalismo. Vemos como naciones le apuestan a un cambio de régimen, caso es el de México que le ha dado el voto mayoritario a un líder populista y de izquierda como AMLO. Pero también vemos el mismo caso en Brasil, donde el pueblo le dio el voto de confianza a un populista de derecha como Bolsonaro a causa de los escándalos de corrupción de los gobiernos de izquierda, o el caso de Trump en Estados Unidos, también populista de derecha, quienes tienen como bandera política un proteccionismo económico en sus países. Estos estados proteccionistas tendrán futuro político si logran generar con sus políticas públicas nacionalistas, con un modelo económico diferente al neoliberal que permita la explotación racional de los recursos naturales y un crecimiento económico interno, con políticas públicas de atención a los pobres. Su fortaleza dependerá del buen manejo de la economía, del combate a la corrupción y a la inseguridad, recuperando el estado de derecho, la paz social y de la vida ciudadana en general.
La cuarta revolución industrial trae consigo cambios fundamentales en materia laboral, tanto en los países industrializados como en los países en desarrollo. La automatización de la producción a través de robots es cada vez mayor en las principales empresas manufactureras del mundo, reduciendo cada vez más el campo laboral para las personas físicas. Este avance tecnológico tiene ya un gran impacto en la diversificación y profesionalización de las actividades así como en la demanda de nuevas profesiones y empleos tecnológicos. Por esta parte el estado deberá plantear políticas públicas adecuadas en materia económica que permitan la generación de empleos mejor pagados y suficientes para un pueblo demandante de ellos, pero también apostarle a una educación que permita un desarrollo tecnológico acorde a los países del primer mundo.
Actualmente observamos un incremento del fenómeno de la migración en América Latina. Diversas regiones se convulsionan derivadas de crisis económicas, inseguridad y falta de garantías para vivir adecuadamente. Los casos más recientes son los de Venezuela en Sudamérica, de donde se han desplazado millones de personas hacia Perú, Ecuador y Chile principalmente, huyente de la inestabilidad económica de su país. Honduras y El Salvador en Centroamérica desde donde caravanas de migrantes salieron en los últimos días con destino a los Estados Unidos, generando un conflicto internacional ante lo cual México han solicitado la intervención de las Naciones Unidas. Estos fenómenos de migración son permanentes históricamente, sin embargo en las últimas fechas se han incrementado generando una crisis humanitaria en la región latinoamericana, donde los países han tenido que adecuar sus leyes migratorias y generar o programas de atención para controlar estos movimientos humanos. Hasta el momento no es masivo, sin embargo ver caravanas de 5 mil migrantes atravesar México si es preocupante. Narra el ex presidente Bill Clinton en sus memorias que en el 94 ante la crisis económica de México tuvo que intervenir para otorgarle un préstamo emergente al país para evitar una catástrofe social y ante el temor de que millones de mexicanos atravesaran ilegalmente a su país en busca de mejores condiciones de vida. El caso de la migración mexicana está ligado a cuestiones no solo económicas sino también históricas que nos ligan con los estados unidos, por eso la existencia de más de 10 millones de mexicanos que viven actualmente en ese país. Los gobiernos latinoamericanos deberán trabajar en forma conjunta elaborando políticas públicas que contengan la migración y que mejoren las condiciones de vida de sus poblaciones y así controlar esta crisis humanitaria que apenas inicia.
La llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder en México fue a través del voto de más de 30 millones de mexicanos en las pasadas elecciones del mes de Julio, algo inédito en el país. Con su lema de la cuarta transformación de la república y a través de estos meses de transición AMLO ha demostrado su interés y decisión de cambiar el régimen económico prevaleciente en el país, de combatir la corrupción, de administrar los recursos públicos en forma eficiente y austera y de transformar a la república por cuarta vez. A partir del día primero de diciembre tomará el poder. Sin embargo decisiones como la cancelación del aeropuerto y diversas iniciativas presentadas en el congreso antes de tomar posesión han permitido que los mercados e inversionistas especulen sobre su tipo y forma de gobierno. Sin duda no será fácil esta transición democrática y pondrá a prueba a las instituciones sobre las que recae la propia existencia de la república. Lograr el bienestar de los mexicanos es sin duda la apuesta más esperanzadora de un pueblo cansado de los escándalos de corrupción y la creciente inseguridad de todas las regiones del país. AMLO encontrará resistencia de los poderes financieros nacionales e internacionales, acostumbrados a hacer negocios bajo un modelo neoliberal. El mayor reto de AMLO será afianzar su proyecto de gobierno y de nación bajo una estabilidad económica que le permita ir gradualmente implementando la transición a un modelo económico estabilizador como el mismo lo menciona. Su proyecto de social-democracia será cuestionado en el momento en el que no dé resultados. Deberá generar crecimiento económico y una estabilidad económica con una inflación controlada. Nada puede ser por decreto, ni los salarios, ni la generación de empleo, ni bajar los niveles de inseguridad. El bono democrático con el que llega al poder es muy alto, así como las expectativas de un pueblo cansado de promesas de los gobernantes y con el sentimiento de ser traicionado cada sexenio. México sin duda es un país democrático y defenderá su democracia. Los recuerdos de las grandes crisis económicas del México moderno en los 70s y en los 90s aún permanecen en la memoria de varias generaciones y con el deseo de no repetirse nunca más. AMLO deberá ir con paso lento pero seguro, paso a paso, transformando la vida pública del país, con un gobierno fuerte, respaldado por un congreso mayoritario, erradicando la corrupción en el gobierno y en la sociedad, controlando la inseguridad que tanto daño le ha hecho a la sociedad, propiciando crecimiento y estabilidad económica. México es un país de esperanzas y oportunidades, ahora le corresponde a AMLO responder a la confianza de millones de mexicanos.
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