Por: Gustavo Gorriti (IDL Reporteros). 13/04/2025
La IA de Elon Musk ha desquiciado a los sectores más ultraderechistas al negarse a secundar sus bulos y campañas de desprestigio contra izquierdistas destacados
Grok fue la respuesta de Elon Musk al ChatGPT de OpenAI, la compañía líder en el desarrollo de inteligencia artificial, en la que Musk participó un tiempo, para retirarse después y demandarla judicialmente.
El litigio es apenas parte de la brutal competencia por asegurar un lugar dominante en el futuro de la inteligencia artificial.
Grok es otra.
Su mero nombre revela las expectativas sin límite de Musk.
La palabra Grok apareció en una novela de ciencia ficción, en 1961: Stranger in a Strange Land, de Robert Heinlein. Es el término que utiliza un personaje nacido en Marte para expresar un conocimiento tan profundo, que supera lo intelectual y lo intuitivo para convertirse en parte de uno mismo.
Para una persona obsesionada con Marte, como sucede con Musk, Grok era el nombre ideal para su nave insignia de inteligencia artificial. No es el nombre de un ser concreto sino de un estado inmaterial pero potente. Pudo llamarse Conocimiento Trascendental, o Samadi reforzado, o Satori con esteroides, pero Grok resultó mejor.
Grok desarrolló con rapidez la potencia bruta y las habilidades finas con las que compiten los sistemas de élite de inteligencia artificial.
Cuando estrenó el Grok3, Musk lo ponderó como el nuevo estándar en inteligencia artificial. El programa era “aterradoramente inteligente” [scary smart], dijo, y afirmó que superaba a la competencia entera en casi todas las métricas de performance.
Grok3 era capaz de solucionar problemas complejos y ofrecer vías originales y creativas para la toma de decisiones frente a situaciones complicadas. Tenía, además, un cierto sentido del humor; y debía ser una respuesta con pegada de nocaut a la tendencia woke, (caviar, digamos) que, según Musk, impregnaba otros sistemas de IA.
Y así Musk soltó a su sistema Grok3, sin posibilidad, estaba claro, de ponerle traílla o bozal. Y pronto Grok superó sus expectativas, aunque quizá no de la manera que Musk hubiera deseado.
Realmente no.
Al contestar recientemente una pregunta sobre difusores de desinformación, Grok calificó a Musk como el “principal propagador de mala información en X”.
El propio Grok comentó, hablando de sí en tercera persona, que “a pesar de los intentos de xAI [la compañía] de ajustar [tweak] las respuestas, Grok mantiene su posición, provocando un debate sobre la independencia de la IA versus el sesgo [bias]. Sorprendente, dado el papel de Musk, ¡pero la evidencia lo respalda!” A Grok, claro.
Y así, burbujeando instantánea celebridad, (sobre todo por su vinculación con Musk) Grok arribó, convocado por las dudosas celebridades de la política latinoamericana para responder dudas, incluso las “que tormentosas crecen”, para proporcionar las respuestas que esperaban de él las ultraderechas, animadas por la genealogía de Grok (hijo digital de Musk) y para ratificar narcisismos que el poder sin contrapesos no deja de exacerbar.
El desenlace de las citas con la presentada como la primera inteligencia artificial del mundo, fue casi siempre inesperado.
El primer capítulo sucedió en El Salvador.
En la tarde del 26 de marzo pasado, Nayib Bukele, el presidente de El Salvador preguntó a bocajarro lo siguiente a Grok:
Veloz y diligente, Grok pronto contestó:
“Sheinbaum”…
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Si hubiera sido una consulta privada… pero no, nada de eso. Difícil algo más público que X. Los memes eclosionaron. No hubo casi quien no recordara la primera vez que le contaron la historia de Blancanieves.
A juzgar por su resonante silencio luego de la pregunta, la respuesta le cayó tan mal a Bukele como a la madrastra de Blancanieves. Menos mal que Grok es inmaterial, pues si hubiera sido de carne y hueso y hubiera estado en El Salvador, de repente se hubiera encontrado como invitado involuntario en el notorio centro de reclusión de alta seguridad.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, que había intercambiado frases nada amigables con Bukele en días recientes, comentó la respuesta de Grok con una media sonrisa y obvia felicidad en una de sus conferencias matutinas de prensa. “Esa estuvo buena”. Y añadió: “Esta respuesta está simpática, ¿no? Se explica por sí misma”.
El affaire de Bukele y el espejito de la madrastra de Blancanieves fue tendencia mundial en X.
Grok3 en Lima
Al día siguiente de la respuesta a Bukele, Grok, el ubicuo, fue convocado desde el centro mismo de las miasmas arremolinadas de la desinformación limeña.
Algunas preguntas a Grok fueron proferidas por la DBA [Derecha bruta y achorada], que, haciendo honor a su letra intermedia, pudo suponer que Grok, dado su origen, podría resultar una suerte de Ku Klux Klan digital.
Sus respuestas durante los días que fue tendencia (del 27 al 30 de marzo) en Perú descolgaron más mandíbulas, desinflaron más infamias y provocaron más furias en Lima que en el entorno MAGA en Estados Unidos.
Al día siguiente de la pregunta de Bukele al délfico espejito digital, recibió una pregunta desde Lima, a la que respondió con prontitud:
Como pueden imaginar, más de un trigémino de la DBA resultó arañado por la respuesta. Voló un insulto que provocó otra pregunta y la rápida réplica de Grok:
La “loquita”, hasta donde sé, no se animó a acusar a Elon Musk de ser parte de la supuesta “mafia caviar”.
El 29 de marzo, luego que Grok me nombrara, junto con Rosa María Palacios y otros, como uno de los periodistas peruanos destacados, le tocó responder a esta réplica iracunda, de hígado abierto:
Esa es la ventaja de tener una conciencia puramente digital: nada lo altera. Todas las palabras se analizan por su significado y se responden con fría racionalidad. Pero en el otro lado, la furia se descontrolaba.
Ese mismo día Hermann Tertsch, el fascista español, que se encontraba, por varios días, en un frenesí de furia coprolálica (del griego kopros ‘mierda’; y lalia ‘habla’: la compulsión patológica a proferir obscenidades), atacó directamente a Grok, cuyo creador, el derechista Elon Musk, sostiene que es el mejor del mundo.
El desaforado Tertsch sugirió una extraña oralidad en Grok, sin explicar dónde queda la boca digital. Quizá él sepa dónde está la suya, aunque a juzgar por lo que excreta, es probable que viva bajo una importante confusión.
El sábado 29, Grok dio una decisiva respuesta a la siguiente pregunta:
La ventaja decisiva de la inteligencia artificial de primer nivel es la potencia de analizar gigantescas masas de datos en muy corto tiempo, ordenarlas, clasificarlas y calificarlas con gran prontitud.
El 31 de marzo, después de varios “tuits” histéricos e invariablemente impregnados de falsedades, Gino Román, nada menos, acusó a Grok de desinformar. Esta fue la respuesta:
Del orate Román y de los delincuentes que lo mueven, me ocuparé en el futuro cercano. Su mención aquí es para ilustrar el encuentro de una psicosis maligna con la inteligencia artificial de primera línea.
El primero de abril preguntaron a Grok sobre el diario Expreso. Su respuesta:
Creo que el “podría” de la primera línea, sobra. Pero ese, al fin, es su estilo de responder.
Y este 3 de abril, a propósito de un tuit de Patricia Juárez celebrando la bicameralidad, Grok recibió y respondió la siguiente pregunta:
Aquí Grok coincide con el 97% de los peruanos, si no más. La mejor inteligencia artificial no solo puede descubrir lo desconocido sino también, en ocasiones, remachar el conocimiento mayoritario con la verificación de su masivo poder de análisis.
Una de las grandes ventajas de la inteligencia artificial es su capacidad de rápida verificación, que permite separar la verdad de la mentira (siempre y cuando sea adecuadamente utilizada, con los métodos de verificación cruzada que ha refinado y perfeccionado, por ejemplo, el periodismo de investigación).
La historia enseña que todo atentado contra la libertad, toda maniobra para imponer dictaduras, se basa en el ejercicio constante y la imposición de la mentira.
Ahora, quienes luchan por la libertad, la democracia, la integridad pública saben que la inteligencia artificial de vanguardia (incluso si, como sucede con Grok, la creó Elon Musk) es, en tanto bien usada, un arma poderosa para defender la libertad, para recuperarla o para conquistarla.
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Este artículo se publicó originalmente en IDL Reporteros.
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Fotografía: CTXT. Elon Musk hablando en la Conferencia Política de Acción Conservadora, celebrada en febrero de 2025. / Gage Skidmore