Por: Carlos Sandy Hernández Rosado. 27/10/2019
Una Nueva Escuela Mexicana de excelencia e inclusiva y de atención a la diversidad requiere de un liderazgo encaminado hacia ese rubro. La formación docente y directiva para asumir ese liderazgo es de suma importancia. En México existen escuelas normales para la formación de docentes, pero no existen escuelas formadoras para directivos. Quien aspire a ser director deberá transitar por la docencia y desde ahí escalar en forma vertical hacia una dirección, en un acto considerado como un ascenso y no como un mérito profesional. Sin embargo ya en la práctica dirigir una escuela requiere de una curva de aprendizaje la cual puede ser muy amplia para muchos, por carecer de formación adecuada y por falta de experiencia.
Para ser directivo se requiere sin duda de una formación especializada que hasta ahora solo se obtiene por iniciativa propia. El enfoque de una escuela inclusiva es una demanda actual y un derecho constitucional. Es necesario que universidades y escuelas normales oferten especialidades en administración escolar, lo cual debería ser requisito para acceder a una función directiva. El Estado debe tener la responsabilidad de preparar a sus futuros directivos así como lo hace en los docentes. El éxito de la nueva escuela mexicana con enfoque inclusivo dependerá en mucho del liderazgo que se ejerza en ella y esa responsabilidad recae en los docentes y directivos.
El dinamismo de una escuela y de un sistema educativo exige formación profesional de excelencia. Es necesario formar docentes y directivos con un perfil que propicie prácticas de inclusividad y diversidad. Las políticas públicas educativas deben fortalecer la formación docente y directiva. Las nuevas generaciones de maestros sustituirán paulatinamente a la generación presente. Estos serán los maestros que se harán cargo de la educación de nuestro país en el futuro inmediato. Hay que asegurarnos que sean los mejores, los más capacitados y preparados profesionalmente. Es responsabilidad de todos los docentes hacerla de excelencia y del Estado de proveer los recursos y las políticas públicas para hacerla inclusiva.
Considerando que la preparación profesional es fundamental en los sistemas educativos de excelencia, que es responsabilidad del Estado preparar a sus docentes y directivos con un enfoque de educación inclusiva, que cada maestro debe tener ese deseo de mejorar su preparación profesional, que es norma y requisito laboral ser evaluado para mejorar concluimos que para desempeñar la función docente y directiva además de un examen de oposición deberá existir un Sistema Nacional de Formación para Docentes y Directivos que regule y garantice el cumplimiento de un currículo que permita certificarse en el desarrollo de habilidades docentes y directivas y que la carrera docente y directiva debe ser considerada de formación continua, debiéndose crear mecanismos que faciliten esta mejora en su preparación profesional.
Docentes y Directivos suficientemente capacitados en el desarrollo de su función permitirá que los procesos de mejora continua sean eficientes y que los logros en la mejora académica, de aprovechamiento escolar y de prácticas inclusivas y con respeto a la diversidad sean relevantes en cada comunidad escolar. Mejores escuelas y mejores maestros harán mejores alumnos y mejores mexicanos.
Fotografía: discapacidadcolombia