Top Posts
Pobreza menstrual en América Latina, cuestión de Derechos...
Francia: trabajadores protestan contra reforma de pensiones
Cinco barreras que impiden a las mujeres denunciar...
Un paraíso perdido
Aprendizaje basado en el diálogo interactivo vivencial
Rumbo a la Sucesión: vorágine política por venir.
Fallece Marva Garcimarrero
Mujeres redefiniendo una cultura
Una breve historia del anarquismo en Indonesia
10 libros con mirada feminista e inclusiva que...
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Micropolíticas del vivir
Espacio principalEspacio secundario

GIORGIO AGAMBEN: ‘UNA SOCIEDAD DE CÓMPLICES ES MÁS OPRESIVA QUE CUALQUIER DICTADURA’

por RedaccionA diciembre 14, 2022
diciembre 14, 2022
Veces que se ha leído este Artículo: 72

Por: Giorgio Agamben. 14/12/2022

«Una sociedad de cómplices es más opresiva y asfixiante que cualquier dictadura, porque quienes no participan en la complicidad —los no-cómplices— están pura y simplemente excluidos del pacto social, ya no tienen cabida en la ciudad» Giorgio Agamben

Intervención de Giorgio Agamben en la «Commissione Dubbio e Precauzione», organizada el 28 de noviembre de 2022 por Generazioni Future.    

Me gustaría compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la situación política extrema que hemos vivido y de la que sería ingenuo creer que hemos salido o incluso podemos salir. Creo que, incluso entre nosotros, no todos se han dado cuenta de que a lo que nos enfrentamos es cada vez más a un abuso flagrante en el ejercicio del poder o a una perversión —por grave que sea— de los principios del derecho y de las instituciones públicas. Creo más bien que nos enfrentamos a una línea de sombra que, a diferencia de la de la novela de Conrad, ninguna generación puede creer que puede cruzar impunemente. Y si, algún día, los historiadores indagan en lo que ocurrió al amparo de la pandemia, resultará, creo, que nuestra sociedad quizás nunca había llegado a un grado tan extremo de abyección, irresponsabilidad y, al mismo tiempo, descomposición. Utilicé con razón estos tres términos, atados hoy en un nudo borromeo, es decir, un nudo en el que cada elemento no puede ser desatado por los otros dos. Y si, como afirman algunos no sin razón, la gravedad de una situación se mide por el número de asesinatos, creo que incluso este índice resultará ser mucho mayor de lo que se ha creído o se pretende creer. Tomando prestada de Lévi-Strauss una expresión que utilizó para Europa en la Segunda Guerra Mundial, se podría decir que nuestra sociedad se ha «vomitado a sí misma». Por eso creo que no hay salida para esta sociedad de la situación en la que se ha encerrado más o menos conscientemente, a menos que algo o alguien la ponga en cuestión de arriba abajo.

Pero no es de eso de lo que quería hablarles; más bien me gustaría interrogarme junto con ustedes sobre lo que hemos hecho hasta ahora y podemos seguir haciendo en una situación así. De hecho, estoy totalmente de acuerdo con las consideraciones contenidas en un documento que fue difundido por Luca Marini sobre la imposibilidad de una reconciliación. No puede haber reconciliación con quienes han dicho y hecho lo que se ha dicho y hecho en estos dos años.

No tenemos simplemente ante nosotros a hombres que se han engañado a sí mismos o han profesado opiniones erróneas por alguna razón, que podemos intentar corregir. Quienes piensan esto se engañan a sí mismos. Tenemos ante nosotros algo diferente, una nueva figura del hombre y del ciudadano, por utilizar dos términos conocidos en nuestra tradición política. En todo caso, se trata de algo que ha ocupado el lugar de esa hendíadis y que propongo denominar provisionalmente con un término técnico en derecho penal: el cómplice; siempre que dejemos claro que se trata de una figura especial de complicidad, una complicidad absoluta, por así decirlo, en el sentido que trataré de explicar.

En la terminología del derecho penal, el cómplice es aquel que ha realizado una conducta que no constituye en sí misma un delito, pero que contribuye a la acción delictiva de otra persona, el reo. Nos hemos enfrentado y nos enfrentamos a individuos —en realidad, a toda una sociedad— que se ha hecho cómplice de un delito en el que el reo está ausente o, en todo caso, es innombrable para ella. Una situación, por tanto, paradójica, en la que sólo hay cómplices, pero falta el reo, una situación en la que todos —ya sea el presidente de la República o un simple ciudadano, el ministro de sanidad o un simple médico— actúan siempre como cómplices y nunca como delincuentes.

Creo que esta singular situación puede permitirnos leer el pacto hobbesiano en una nueva perspectiva. Es decir, el contrato social ha tomado la figura —que es quizás su verdadera y extrema figura— de un pacto de complicidad sin el reo. Y este reo ausente coincide con el soberano cuyo cuerpo está formado por la misma masa de cómplices y no es, por tanto, más que la encarnación de esta complicidad general, de este ser com-plices, es decir, plegados o entrelazados juntos, de todos los individuos.

Una sociedad de cómplices es más opresiva y asfixiante que cualquier dictadura, porque quienes no participan en la complicidad —los no-cómplices— están pura y simplemente excluidos del pacto social, ya no tienen cabida en la ciudad.

Hay también otro sentido en el que se puede hablar de complicidad, y es la complicidad no tanto y no sólo entre el ciudadano y el soberano, sino también y más bien entre el hombre y el ciudadano. Hannah Arendt mostró en repetidas ocasiones la ambigüedad de la relación entre estos dos términos, y cómo en las Declaraciones de Derechos se trata en realidad de la inscripción del nacimiento, es decir, de la vida biológica del individuo, en el orden jurídico-político del Estado nación moderno.

Los derechos sólo se atribuyen al hombre en la medida en que es el presupuesto que se desvanece inmediatamente del ciudadano. La emergencia permanente en nuestro tiempo del hombre como tal es un indicio de una crisis irreparable en esa ficción de la identidad entre el hombre y el ciudadano en la que se funda la soberanía del estado moderno. Lo que hoy tenemos ante nosotros es una nueva configuración de esta relación, en la que el hombre ya no transita dialécticamente hacia el ciudadano, sino que establece una relación singular con éste, en el sentido de que, con la natividad de su cuerpo, proporciona al ciudadano la complicidad que necesita para constituirse políticamente, y el ciudadano, por su parte, se declara cómplice de la vida del hombre, cuyo cuidado asume. Esta complicidad, se habrán dado cuenta, es la biopolítica, que ahora alcanzó su configuración extrema (y esperemos que definitiva).

La pregunta que quería plantearles, pues, es la siguiente: ¿hasta qué punto podemos seguir sintiéndonos obligados a esta sociedad? O si, como creo, seguimos sintiéndonos de alguna manera obligados a pesar de todo, ¿de qué manera y dentro de qué límites podemos responder a esta obligación y hablar públicamente?

No tengo una respuesta exhaustiva, sólo puedo decirles, como el poeta, lo que sé que ya no puedo hacer.

Ya no puedo, ante un médico o cualquiera que denuncie la forma perversa en que se ha utilizado la medicina en los últimos dos años, no poner en primer lugar en cuestión la propia medicina. Si no nos replanteamos desde el principio en qué se ha convertido progresivamente la medicina, y quizás toda la ciencia de la que pretende formar parte, no podremos esperar de ninguna manera detener su curso letal.

Ya no puedo, ante un jurista o cualquiera que denuncie la forma en que se ha manipulado y traicionado el derecho y la constitución, no poner en cuestión en primer lugar el derecho y la constitución. ¿Es necesario, por no mencionar el presente, que recuerde aquí que ni Mussolini ni Hitler necesitaron poner en cuestión las constituciones vigentes en Italia y Alemania, sino que encontraron en ellas los dispositivos que necesitaban para instaurar sus regímenes? Es posible, pues, que el gesto de quienes hoy pretenden fundar su batalla en la constitución y los derechos esté ya derrotado de entrada.

Si evoqué esta doble imposibilidad, no es de hecho en nombre de vagos principios metahistóricos, sino, por el contrario, como consecuencia ineludible de un análisis preciso de la situación histórica en la que nos encontramos. Es como si ciertos procedimientos o ciertos principios en los que creíamos o, más bien, pretendíamos creer, hubieran mostrado ahora su verdadero rostro, que no podemos dejar de mirar.

No pretendo con ello devaluar o considerar inútil el trabajo crítico que hemos realizado hasta ahora y que sin duda seguiremos realizando hoy aquí con rigor y agudeza. Este trabajo puede ser y es ciertamente útil desde el punto de vista táctico, pero sería una prueba de ceguera identificarlo simplemente con una estrategia a largo plazo.

En esta perspectiva, queda mucho por hacer y sólo puede hacerse abandonando sin reservas conceptos y verdades que damos por sentados. El trabajo que tenemos por delante sólo puede comenzar, según una bella imagen de Anna Maria Ortese, ahí donde todo está perdido, sin compromisos y sin nostalgias.

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ

Fotografía: bloghemia

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
RedaccionA

noticia anterior
Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados emite exhorto al Gobernador de Durango
noticia siguiente
El gobierno de Lula, entre la destrucción bolsonarista y el peligro militar

También le podría interesar

Las fuerzas políticas, sindicales y sociales y la...

febrero 3, 2023

Aprenden primero a disparar y después a leer

enero 27, 2023

Argentina. Análisis político: Los sectores marginados podrían ver...

enero 25, 2023

Visitantes en estos momentos:

206 Usuarios En linea
Usuarios: 71 Invitados, 135 Bots

Amador Fernández Savater en AUDIO

cba24n.com.ar · Después del Fin | por Amador Fernández Savater y Agustina Beltrán Peirotti

Artículos publicados por FECHA

febrero 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728  
« Ene    

Artículos por AUTORES

Fundación de los comunes

Fundacion de los Comunes · EL FUTURO NO ESTÁ ESCRITO. Organizarse en la crisis del capitaloceno

Traficantes de sueños

Traficantesdesueños · El Consenso de Wall Street. Rutas y ruinas del capitalismo verde.

Artículos más leídos esta semana

  • ¿Cuáles son los elementos de una historieta?

    febrero 15, 2017
  • 2

    Comunidad Otomí de San Matías el Grande, vota por su autonomía

    febrero 3, 2023
  • 3

    María y el panadero avaro

    febrero 3, 2023
  • 4

    ¿Qué es la Cooperación Genuina? Entrevista a Herman Van de Velde en EDUCA VIRTUAL

    febrero 4, 2023
  • 5

    Jesús Torres obtiene el grado de Doctor con Mención Honorífica por la UPN

    febrero 4, 2023
  • 6

    ¿Qué es el Ayni? El sistema de reciprocidad andino

    febrero 5, 2023
  • 7

    Las mujeres, lejos de la toma de decisiones en tribunales deportivos

    febrero 3, 2023
  • 8

    ¿Qué era la socialización? Una mirada al pasado

    febrero 4, 2023
  • 9

    La aceleración como tiempo estructural del capital: algunos apuntes sobre aceleracionismo desde la perspectiva de la crítica de la economía política

    febrero 5, 2023
  • 10

    Mujeres redefiniendo una cultura

    febrero 5, 2023
  • 11

    Microchips: la nueva carrera de armamentos

    febrero 3, 2023
  • 12

    Hoteles de la Sedena en la ruta del Tren Maya: dónde están y qué tendrán

    febrero 2, 2023
  • 13

    ¿Tanques alemanes contra Rusia? EEUU quiere enviar a Alemania al combate

    febrero 5, 2023
  • 14

    Aprueba Senado de la República 4 Reformas promovidas por Comisión legislativa presidida por la Diputada Ivonne Cisneros

    febrero 3, 2023

Rolando Revagliatti. Argentina

Vanesa Monserrat. Argentina

Juan Antonio Guerrero O. México

Raúl Allain. Perú

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Columna: CORTOCIRCUITOS

Javier Tolcachier

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

Iliana Lo Priore

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

BIBLIOTECA de ÁBACOenRed

Suscríbete

Acepta recibir notificaciones

@2020 - Insurgencia Magisterial

Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Micropolíticas del vivir
Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Micropolíticas del vivir
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

Ernesto Castro: “El capital más valorado y...

enero 18, 2019

Zonas y campos de exterminio en México.

agosto 17, 2017

Redocente, de Calle 13.

diciembre 10, 2017