Por: Luis Alberto Hara. 16/11/2024
Meditar no es solo gozo, calma y luz: tiene aspectos complicados que pueden ser dañinos
La meditación y la práctica de la atención plena suelen considerarse herramientas terapéuticas para reducir el estrés y mejorar la salud mental, y muchas personas las adoptan como parte de su cuidado personal. La atención plena, una forma de meditación budista que enfatiza la conciencia en el momento presente, tiene raíces que se remontan a más de 2,500 años, a las enseñanzas del Buda y de antiguos renunciantes. Son los mismos textos budistas los que advierten sobre los posibles peligros de la meditación sin la guía de maestros calificado. Textos como el Dharmatrāta no solo describen las prácticas de meditación, sino que también advierten sobre posibles riesgos, documentando síntomas como la depresión, la ansiedad y anomalías cognitivas asociadas a estados meditativos intensos. Sin embargo, estos aspectos generalmente no se mencionan en la promoción general de la atención plena hoy en día.
En los últimos años, estudios científicos han ampliado nuestro conocimiento sobre los posibles efectos negativos de la meditación. Un estudio realizado en 2022 en los EE. UU. descubrió que más del 10 % de los participantes que practicaban meditación regularmente experimentaron efectos adversos significativos, como ansiedad, disociación o despersonalización, que afectaron su vida diaria durante al menos un mes. De manera similar, una revisión de 40 años de investigaciones publicada en 2020 identificó la ansiedad y la depresión como los efectos secundarios negativos más comunes, seguidos de episodios de psicosis, despersonalización e incluso temor intenso.
Incluso personas sin antecedentes de problemas de salud mental informaron de síntomas persistentes después de practicar la meditación. Estos hallazgos se alinean con advertencias hechas ya en 1976, cuando el psicólogo Arnold Lazarus advirtió que la meditación, si se usaba de manera indiscriminada, podría desencadenar problemas psicológicos graves, como depresión y agitación.
A pesar de la evidencia sobre estos efectos adversos, la atención plena se ha convertido en una industria de miles de millones de dólares, con cursos, aplicaciones y libros que se comercializan como beneficiosos para todos. El profesor Ronald Purser critica esta comercialización en su libro McMindfulness, argumentando que la atención plena se ha diluido en una forma de “espiritualidad capitalista”. De hecho, líderes de la industria de la meditación, como Jon Kabat-Zinn, una figura clave en la popularización de la atención plena en Occidente, han admitido que gran parte de la investigación que respalda sus beneficios es defectuosa. En su prólogo del Informe Parlamentario sobre la Atención Plena del Reino Unido de 2015, Kabat-Zinn sugirió que la meditación podría transformar la sociedad, una idea tanto atractiva como demasiado optimista.
Mientras que los medios suelen enfatizar los beneficios de la meditación, los informes sobre sus riesgos reciben menos atención. En 2022, un estudio a gran escala financiado por la fundación Wellcome Trust probó los efectos de la atención plena en más de 8,000 niños en el Reino Unido, sin encontrar mejoras en su bienestar mental y hallando posibles efectos negativos para aquellos que ya estaban en riesgo. Este estudio subraya la necesidad de una visión más equilibrada sobre los beneficios y posibles daños de la meditación.
Las implicaciones éticas son claras: si la atención plena va a ser ampliamente promovida, las personas deben estar completamente informadas de sus riesgos. Sin embargo, muchos instructores carecen de conocimiento sobre estos efectos potencialmente negativos, y algunos descartan las preocupaciones de quienes experimentan efectos adversos, aconsejándoles simplemente que mediten más. Como la investigación sobre prácticas de meditación seguras aún es limitada, están surgiendo recursos como grupos de apoyo y manuales académicos para ayudar a las personas afectadas. Por ahora, garantizar que el uso de la meditación como herramienta de bienestar esté acompañado de información adecuada sobre sus riesgos potenciales sigue siendo una responsabilidad crucial.
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Fotografía: Pijama surf