Por Jorge Salazar García. 13/09/2016
Pocos ignoran que todos los gobiernos Soberanos diseñan una agenda de visitas mutuas con los países que se tienen relaciones diplomáticas. Durante esos encuentros, el Presidente realiza actos de Estado en calidad de representante de la soberanía que le delega el pueblo.
Si la visita la hace otro jefe de estado se debe seguir un protocolo especial en la seguridad (acordada por las partes) el recibimiento, el traslado, hospedaje, las reuniones, las conferencias de prensa y la despedida. El formato varían dependiendo del nivel de importancia; ya sea un Secretarios de Estado, un ministros o algún personajes ilustres. Quien generalmente los atiende es su homólogo o el segundo de abordo. Resulta muy extraño, que Donald Trump fuera atendido, aunque no se aplicó el protocolo, como un jefe de Estado en funciones, siendo tan solo un candidato de un partido político. Lo extraño se torna INSÓLITO cuando se trata del personaje que hizo declaraciones no amigables para nuestro país y ha proferido ofensas hacia los mexicanos; calificándolos de drogadictos, criminales y violadores.
EPN causa perplejidad y enojo en nuestra Nación, afirmando que la decisión de invitar al candidato republicano fue personal, después de haber condenado sus declaraciones injuriosas. Por supuesto, muy pocos le creen: ha mentido contumazmente. Por muy limitada que fuera su capacidad intelectual, podría haber imaginado la rabia que ese acto iba a provocar. Todo mundo se pregunta cuál fue la verdadera razón que lo hizo invitar a ese Nazi a México. Sobre todo ahora, cuando EPN se encuentra en los más bajos niveles de aceptación entre la población. Las plumas mercenaria la justificarán aduciendo la importancia del candidato Republicano (tiene el 50% de probabilidades de ser el Presidente del país con el que tenemos las más intensa relación en el mundo), lo cual es cierto. Y tal vez por eso, EPN, a toro pasado, informó que también se invitó a Hillary Clinton, quién ya declaró que NO vendrá. Estas declaraciones a posteriori ya no convencen a nadie, incluso son rechazadas por lo sorpresivo y destiempo.
¿Quiso EPN enojar a los mexicanos con esa postura sadomasoquista? No lo creo, aunque es un narcisista, esquizofrénico e inmaduro, sus asesores no le dejarían proceder de esa manera. El no actúa soberanamente, todos sabemos que el poder económico lo moldeo como una marioneta para sentarlo en la silla presidencial. Son ellos y las trasnacionales quienes definen e imponen TODA la agenda de este régimen pro- yanqui (trasnacionales). Fue el mismo establishment económico Norteamericano que se lo impuso sin importarles el rechazo que generaría. Tampoco ignoramos que los gringos jamás dan “paso sin guarache” y les importa un carajo las emociones tratándose de cuestiones económicas.
Asumiendo como verdadero lo anterior, puede afirmarse que los estrategas neoliberales están reposicionando a quien van a IMPONER como presidente de los E.U.: Donal Trump. Sólo así se explica la actitud de postración de EPN y sus corifeos ante ese odiado candidato quien ni siquiera movió un ápice su postura fascista de construir un muro en la frontera norte y que pretende cobrar a México. Al saberse el elegido, Trump, ni siquiera expresó, aunque fuera sutilmente, un disculpa por los insultos proferidos en sus actos de campaña en contra de nuestros hermanos.
Otro detalle revelador son las declaraciones de EPN (Maravilloso presidente, Trump dixit) al periódico El Nacional diciendo que su gobierno buscará el “diálogo constructivo” con el próximo mandatario estadunidense. De cualquier modo, el tiempo y el cambio radical de Chente Fox nos dará la razón. En cuanto el bocón se entere de lo arriba afirmado, cambiará su actitud de matasiente hacia Trump, por otra zalamera y obsequiosa, como siempre la tuvo hacia los mandatarios estadunidenses.
Fue, simplemente, una jugada de ajedrez con un gambito para subir puntos al candidato republicano (que estaban bajos antes de la visita) ante quienes realmente imponen los presidentes (Poder ECONÓMICO) y reposicionar a Luis Videgaray (quién recibió elogios de Trump) y a otros.
Si para el 2018 gana el PRI o el PAN (émulos de los partidos demócrata y republicano de los yanquis) seguramente tendremos que pagar ese muro de la ignominia. ¿Tal será nuestro destino?
Fotografía: elfinanciero