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Siria y la empatía selectiva. Ellas también cuentan.

por La Redacción octubre 9, 2018
octubre 9, 2018

Por: Teresa Domínguez. Nueva Revolución. 09/10/2018

“Listen to the Syrian people!” Muhammad Najem, 15 años, desde Siria
“Convoy de la conciencia” en solidaridad con las mujeres encarceladas en Siria el 8M de 2018

Ahmed, (no es su nombre de verdad) vive en mi ciudad, hace un par de años que se estableció con dos de sus hijos gracias a la ONG ACCEM, después de más de un año de suplicio huyendo de Siria con su familia, un viaje desde el corazón del infierno. Tuvo “la suerte” de salir semanas antes del gran embudo de inmigrantes retenidos en el Este de Europa. Él, como Muhammad, o como muchos sirios y sirias gritan angustiados por hacerse oír, por denunciar la realidad de un país devastado y desesperado. Y piden que se hable de las mujeres y las niñas encarceladas, violadas.

I am Syria

Según las Naciones Unidas, 400.000 personas han sido asesinadas. Millones de desplazados.  La crisis del conflicto a obligado a muchas personas a huir. Según Médicos del Mundo en Turquía: “Hay una indiferencia terrible hacia la situación de los refugiados sirios”. Existen muchas personas refugiadas en campamentos de países limítrofes, cuatro millones se estima, y algunas familias se ven abocadas a vender a sus hijas como única manera de sobrevivir. Niñas vendidas en los campamentos de El Líbano, Jordania y Turquía, esclavizadas, abusadas, violentadas y las miles de mujeres y niñas que permanecen en las cárceles. De hecho, a principio de este año se denunciaba el intercambio de sexo por pan, con el propio conocimiento de la Organización de las Naciones Unidas. Los mismos empleados de la Organización retenían ayuda humanitaria a cambio de sexo. Su conclusión fue que el 40% de ellas había sufrido violencia sexual al acceder a servicios, incluidos los de ayuda.

“No hay palabras para describir el sufrimiento de los niños en ese país. UNICEF

“Hay mercados de prostitución en lugares controlados por el Estado. Cientos de refugiadas –mujeres y niñas– son vendidas a hombres mucho mayores que ellas, descubrimos que las mujeres se ven obligadas a prostituirse porque quieren comprar pan para sus hijos”. Eren Keskin, abogada y vicepresidenta de la Asociación por los Derechos Humanos de Turquía (IHD).

Un exhaustivo informe sobre las refugiadas sirias en Turquía, publicado en 2014 por la Asociación por los Derechos Humanos y la Solidaridad con los Oprimidos (conocida  como Mazlumder), menciona matrimonios infantiles y matrimonios forzosos, poligamia, abuso sexual, trata de personas, prostitución y violación. Las jóvenes de entre 15 y 20 años son las prostituidas, pero también son explotadas sexualmente niñas de tan sólo 13 años. Una necesidad perentoria que empuja a familias refugiadas a ofrecer a sus hijas por una cantidad entre 20 y 50 liras turcas (entre 7 y 18 dólares), o simplemente por comida u otros bienes que necesitan desesperadamente.

Luego está el tráfico con engaños, los profesionales del crimen convencen a los padres de que sus hijas tendrán una vida mejor en Turquía. Y estos las entregan a cambio de una dote, una cantidad que oscila entre 2.000 y 2.500 liras turcas (entre 700 y 1.700 dólares) como “precio de la novia”.

“Muchos hombres en Turquía practican la poligamia con las niñas y mujeres sirias, pese a que la poligamia es ilegal en Turquía” Abdulhalim Yilmaz, abogado, director de la Comisión de Refugiados de Mazlumder

La incidencia de la esclavitud en Turquía es la mayor de Europa, en especial a consecuencia de la trata con fines sexuales y el matrimonio infantil. La Red contra la Explotación Sexual Infantil y Adolescente (ECPAT) ha elaborado un detallado informe sobre “La situación de las acciones contra la explotación sexual de los menores en Turquía“.

Pero volvamos a Siria. La suerte de muchas mujeres y niñas en este país sigue siendo la misma, la violación como arma de guerra o el secuestro como moneda de cambio. Tanto por parte del régimen, como por parte de algunos sectores terroristas que luchan contra Assad. Hace un tiempo vi con especial angustia un documental de Infrarouge, en France2 “Siria, el grito amortiguado”, una película dirigida por Manon Loizeau que cuenta la historia, en testimonios personales, de mujeres sirias violadas durante más de seis años en las cárceles del país. Los horrores de la agencia 215, el centro de la muerte. Un crimen organizado e ignorado, porque se basa en uno de los tabúes anclados en la sociedad tradicional siria. Donde el silencio de las víctimas es la condición para no arriesgarse al rechazo de su propia familia, incluso a la pena de muerte. A través de sus desgarradores testimonios personales, las mujeres en la guerra silenciosa también cuentan no solo la historia de lo que ocurre en estas celdas, sino lo que sucede cuando regresan a una sociedad que las estigmatiza, las rechaza y las castiga por ser violadas.

Captura de pantalla 2018-10-02 a las 11.32.30Por cada ciudadano que apoya la resistencia de alguna forma, detienen a una mujer de su familia, esposa, hija, madre, hermana. La violación se usa como sistema para romper a los hombres. Golpeadas, torturadas por la mañana, violadas en grupo por la noche. Algunas han fallecido por el extremo de las violaciones. Muchas siguen detenidas o han sido asesinadas. La mayoría de las desaparecidas lo fueron después de 2013, sin que se sepa aún dónde están. De hecho se estima que quedan casi siete mil mujeres sirias encarceladas. Quinientas de ellas niñas. Víctimas de abusos, violaciones y torturas.

“La puerta se abre, alguien entra, ellas gritan, nadie las oye ni responde. ¿Quien empieza? No se detiene, cuando termina sale y entra otro soldado. Soy una esclava sin derechos. Venían pero ya no pueden sacar más nada de mí, estaba vacía. La última vez vinieron en grupo de cinco.”

Al inicio de la revolución pacífica las violaciones tenían lugar en las cárceles. Después se convirtieron en algo planificado y en cualquier lugar: en sus casas, en la calle, delante de sus maridos, de sus hijos… El régimen usaba de nuevo a las mujeres como medio de presión. Grababan en vídeo las violaciones de las detenidas y las mandaban a los hombres que combaten al régimen.

Fouzia vivía con su marido, sus ochos hijas y un hijo. Los soldados entraron en su casa y ella se ofreció a ellos con el fin de que no le hicieran nada a su familia. No sirvió de nada, tras de violarla a ella, violaron a todas y cada una de sus hijas. Después dispararon a su marido, que había contemplado toda la escena horrorizado. Luego dispararon a todos los niños, a una de ellas, sin estar muerta, le rompieron el cuello. Al hermano le cortaron el cuello, y también a sus hijas. Todos los niños yacían en el suelo.

Racha, superviviente hija de Fouzia, cuenta cinco años después, como despertó aquel día. Estaba embarazada de tres meses: “Me desperté desnuda, a mi lado, mi madre, también desnuda y cubierta de sangre. Mi tía tenía seis disparos de bala. Mis primas y hermanas con el cuello cortado y violadas. No puedo vivir en este mundo.”

“Sé lo que es una violación, y es imposible salir indemne de ella. Cuando detienen a una mujer, le deseamos la muerte. Porque la violación es peor que la muerte“. Racha

La violación de mujeres sirias, de niñas, es tabú y ha sido utilizada como medio de tortura. Porque en su cultura, en su religión, el cuerpo de una mujer es considerado sagrado, y la violación priva de la autoestima, es una vergüenza, y ese es el motivo por el que callan. Sin haber cometido ningún crimen.

Alwa, una de las mujeres detenidas y violadas, murió a manos de su padre. Una sociedad que prohibe mirar a mujeres sexualmente agredidas como víctimas. La injusticia para la mujer es ser castigada por la guerra y por la sociedad. Ellos violan, la sociedad rechaza. Entre las costumbres, las tradiciones por un lado, y la guerra por otro, las mujeres mueren atrapadas entre dos realidades injustas.

“Imagino que un día las flores crecerán sobre la tumba de Alwa. Todo florecerá desde su tumba para convertirse en un inmenso jardín que llenará el mundo del perfume de su sangre inocente.” Racha.

Nadie parece preocuparse por estas mujeres. A nadie le interesa investigar y saber quienes son y qué les ha pasado, miles de ellas siguen encarceladas, desaparecidas.

“No vengan a hablar de la ONU, de los derechos humanos, o de Ginebra. No creo a nadie. Hace cinco años que gritamos. Salven a las mujeres detenidas. Vosotras sabéis lo que es ser una mujer libre. Salgan y griten: ¡Liberen a las mujeres sirias de las cárceles!.”

“Cuando la revolución termine” Leila Nachawati Regó.

Escuchar a voces que conocen y han vivido la situación es imprescindible. Hace un tiempo tuve entre mis manos este libro (que también se ha publicado en Francia). y me permitió mirar el conflicto de Siria a través de distintas perspectivas. Desde sus primeras páginas quedé absorta.

Leila es profesora en la Universidad Carlos III, directora de comunicación en  @APC_News red internacional de Derechos Humanos y co-fundadora de @syriauntold, un proyecto independiente que explora la narrativa, la creatividad y cultura de la revolución siria.

“Este libro es una herramienta para combatir el discurso del odio.” 

IMG_8875“Cuando la revolución termine” es una lectura indispensable para comprender Siria. Como dice la misma autora “Este libro es una herramienta para combatir el discurso del odio”. En su libro Leila cuenta los orígenes de la revolución desde una perspectiva múltiple, distintas etnias y raíces culturales. A través de distintos diarios. La historia la cuenta Sarah, la madre de Sham “que tendrá 15 años” en 2027. Mucha parte de la novela está dedicada a los niños, al miedo, a los silencios, las intuiciones, en Siria los niños son las principales víctimas directas. Por otro lado el libro es un alegato a la mirada de sus gentes, de los sirios y sirias, frente al discurso de sofá. “La extraña empatía selectiva”, lo llama Leila Nachawati.”.

Cuando estallaron las protestas pacíficas, y su consiguiente represión, las personas normales y corrientes, tuvieron que posicionarse en gestos cotidianos, cuenta la autora. La novela muestra que no es tan sencillo analizar la situación. Cómo, en zonas consideradas de levantamiento o resistencia, gente normal de repente se vió en la tesitura de tener que posicionarse. Para la autora fue muy interesante explorar como una persona “normal” de repente adopta un comportamiento heroico, o da un paso atrás. Cuenta Leila que el régimen mandó un comunicado a los médicos en el que se les informaba que se consideraba colaboracionismo con el terrorismo atender a los heridos caídos en determinadas zonas de las protestas. La lucha por una Siria de la diversidad religiosa, cultural, de la igualdad, pero sin la dictadura ni el yugo de las banderas negras de Al-qaeda e Isis. Con figuras de resistencia civil cómo Riad-Al-Turk, un intelectual a la altura de Nelson Mandela. (Entrevista Al-Quds al-Arabi). (Pueden leer las primeras páginas aquí) .

No olvidemos el “Convoy de la conciencia” en solidaridad con las mujeres encarceladas en Siria el pasado 8M de 2018: 150 autocares, más de 10.000 mujeres, 400 niños de 55 países llamando la atención y exigiendo la liberación de las mujeres y niñas que han sido encarceladas, sometidas a crueldad y tortura durante siete años en la guerra que continúa en Siria. Ellas también cuentan.

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

#CuandoLaRevoluciónTermine

 

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ.

Fotografía: Nueva Revolución

 

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