Por Güris J. Fry. ECO’s Rock. 20 de mayo de 2023
Close (Lukas Dhont, 2022)
El quid de la infancia y el crecimiento que adolece siempre ha estado presente de manera por demás portentosa en el Cine de autor; es un vehículo a reflexiones profundas sobre diversos recorridos y andares que van desde la cruenta inocencia hasta la sobrecarga de la expiación, de las libertarias experiencias que nos da la lozanía hasta la incomprensión de las mismas. El camino andado sobre los avatares de la juventud son un laberinto sin sazón de conocimiento y desconocimiento. Es un espacio sin respuestas que puedan encontrarse u ofrecerse por parte de todos los jugadores del partido de la existencia misma. Y es sobre este ruedo que el belga Lukas Dhont se postra para su segundo largometraje; una historia de amistad plena que roza diversos espacios del debate social contemporáneo.
A través de un campo minado de drama, el encadenado que se nos presenta no pude ser más sencillo y directo a la vez: tajante y con una alta carga de sinceridad. Eden y Gustav son un par de púberes que se conocen de casi toda la vida, la unión que existe entre ellos es honda; insondable, tan interiorizada que se enfrenta a los límites de una relación amorosa. He aquí, entonces, donde Dhont muestra sus mejores cartas, una fina y galante mano que construye a través de matices sumamente bien constituidos. Los trazos que este realizador manifiesta en su lienzo son complejos y puros; sus conflictos son universales y de una implicación rotunda. Nadie puede negarse a los hechos que se presentan en pantalla; bajo esta construcción fílmica no tiene cabida la razón de explicitar tras las acciones sino de dejarnos un aire decoroso para la interpretación de ellas a través de un campo emocional al que todos podemos abrazarnos. El trabajo de esta obra se explaye en un anecdotario al cual asirnos -y al cual negarnos. Su mirada no se establece de llana manera en la perspectiva de género o edad de sus protagonistas, sino que va más alla, a la intuición de los cambios a los que se están enfrentando dentro de sus cuerpos, mentes y corazones.
Los tópicos son varios: los prejuicios sociales, las contradicciones humanas, el desconocimiento ante las tragedias que enfrentan a las generaciones (adultos y niños) entre sí, y ante sí mismos. La negación y miedo en las diferencias entre similares. Y si bien en apariencia esta parecería ser una película sencilla, no lo es; resulta a bien un ejercicio de observación mayúsculo y muy particular que hacen prever un estilo que con los años nos puede ofrecer una mirada de sumo interés dentro de la esfera humanista y las redes sensitivas de la comunidad LGBT. Lo que Dhont logra no es un trámite espontáneo, es un trabajo que requiere de una fuerte percepción sobre la perdida en uno de los momentos claves de la vida. Sobre el paso errante de la omisión, la desorientación y la empecinada búsqueda por tratar de que el camino de la vida de un vuelco atrás hacía su punto original -cuando esto es simple y llanamente imposible: las secuencias de inicio y cierre de este filme lo demuestran al tiempo que denotan el buen estudio y manejo estructural narratológico de su director.
El “acercamiento” al que nos invita Lukas Dhont es uno de expiaciones diversas. Un círculo que no nos es ajeno, que nos abraza porque queremos que nos abrace pero que en un cierto momento se convierte en una opresión de la cual queremos liberarnos; de la cual queremos huir pero resulta ser el tiempo mismo, la lógica y dinámica natural de la crónica que habrá de escribirse en nuestros cuerpos y nuestras emociones: las que irán definiendo nuestros gestos y nuestras cicatrices, porque estamos construidos de dolor, como esta bellísima pero dura película. Y del dolor se puede intentar escapar, sí, corriendo para alejarse de él… Se puede andar lo más rápido posible para alejarse, pero no podremos tomar nunca ventaja significativa, no podremos ganar la guerra ni la batalla, claro, pero siempre está el recurso de seguirnos moviendo, acelerando y acelerando a pesar de su siempre letal y calurosa cercanía. Algunos le llaman a ello vivir.
Close de Lukas Dhont
Calificación: 3.5 de 5 (Muy Buena).
Fuente:
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=946384483243530&id=100036159626395
Fotografía: byebyeviernes