Por Güris J. Fry. ECO’s Rock. 2 de mayo de 2020
1945 (Ferenc Török, 2017)
De un ritmo parsimonioso, con una sobriedad plástica y una sencillez narrativa que en realidad vela una fuerza poderosa y atemorizante, el realizador húngaro compone un inquietante lienzo, una atmósfera intranquila y amenazadora que se apodera de cada paso del filme. El impulso de su obra no se atañe a ornamentaciones externas sino a los acentuados indicios del temor; aprensión y miramientos de un rastro pretérito que retorna cuando en realidad los hechos se han cedido al olvido. Lo acontecido, pues, es la torva presencia de una justicia que no busca los terrenos de la sentencia y la resolución –horizontes sin dueño– sino que detona un hosco y colectivo sentimiento de culpabilidad.
Basado en un cuento de Gabor T. Szántó, los pretextos que nos presenta el filme son de lo más simples; apenas disimulos narrativos, bosquejos de conflictos cuyo asomo –y posible empalme– crea una potencial dificultad para todos aquellos que se han sumido a una cómoda indiferencia. Situados en un mismo territorio y a poco tiempo del término de la segunda guerra mundial, la solidez del piso en el que habremos de caminar durante el encadenado de las acciones es un ilegible enigma social. Por un lado, tenemos la preparación matrimonial del hijo de un político local, mientras por el otro el arribo de dos judíos a la estación más cercana con un par de misteriosas cajas cuyo contenido termina por ser el veneno de la expectación. Bajo el recorrido de este cargamento con dirección a la localidad, acercándose a cada paso sobre la hora del festejo, los antifaces de aquella sociedad –el microcosmos que a bien construye y desarrolla Török– comienzan a removerse y develarse desde diferentes aristas, desde el pánico hasta la aflicción, desde la pena hasta la vergüenza. Desde la ignominia hasta el cinismo.
Filmada en un potente y bien cuidado blanco y negro, la fotografía de Elemér Ragályi se enlaza de manera estilística a los fines de la cinta: es sutil y profunda. Lo que emerge de ella no es lo que realmente acontece sino lo que hace brotar y germina en los ánimos de cada uno de los habitantes que por primera vez, en mucho tiempo, tendrán que mirar dentro de si, reflejarse en el ofusco espejo de sus actos y aguantar la mirada ante el candor de las consecuencias, de las posibles secuelas que se avecinan con cada pisada de aquellos personajes que han llegado sin previo aviso y sin dar mayores razones que las de su aparición; cuasi fantasmas de otros tiempos que se creían perdidos. El montaje de Béla Barsi, por su parte, permite que ese paulatino avance acreciente la tensión y la pesadillezca imaginación grupal. La partitura de Tibor Szemzö anuda los elementos y sostiene ese campo de incertidumbre en el cual nos habremos de situar hasta el final.
El 1945 que nos retrata Ferenc Török es el de un mundo en pena, un mundo que no ha llegado a comprender lo acontecido en los años de guerra. Las batallas han cesado, sí, pero la interrogante es clara, ¿ha arribado la paz con todos sus matices a todos los rincones y a todas las personas? La paz en el mundo se asume y presume, es un hecho por el cual sentirse realizado, pero aquello que movió los engranajes para que se diera el sanguinario levantamiento aún persiste, se mantiene: es un elemento vital en nuestro encarnecido cuerpo y dubitativa consciencia; algo a lo que se le puede aborrecer y condenar pero que no se puede negar. Nos amedrenta y acobarda la diferencia de pensamientos, el sistema de creencias de otros, nos asombra y empobrece la diversidad. Lo que Török logra aquí, apuntando directamente hacía el sentimiento antisemita que persistió acabada la gran guerra, y cuyas huellas aún se marcan en el polvo de la historia reciente, es una analogía de la sociedad de cualquier año y las negaciones que hacemos ante nuestra misma raza en momentos de apuro. Aquellas que luego disimulamos a clave de farsa como ayuda o perdón porque quizá la verdad y la mentira es nuestra real expiación o viceversa.
1945 de Ferenc Török
Calificación: 3.5 de 5 (Muy Buena)
Fuente: https://www.facebook.com/ECOsRockXalapa/posts/2590521504559554?__tn__=K-R
Fotografía: cartelesmix.com