Por: DANIELA MORÁN. 11/08/2021
El nuevo libro de la socióloga María Pía López lanza reflexiones actuales del movimiento feminista como nudos. “Quipu. Nudos para una narración feminista”, publicado por EME editorial, pretende ser compartida para desanudarse. En esta entrevista, Pía López asegura: «Los feminismos son el horizonte de la época. En el sentido de aquello que te fija un conjunto de agenda, de problemas, de cuestiones emancipatorias». Y habla de la «pérdida de la calle» por parte del moviento.
Escribir como una forma de pensar. Para compartir lo pensado. Como un hacer/pensar que trata de intervenir en la coyuntura. Escribir como hacer un Quipu, ese instrumento con el que los pueblos originarios almacenaban información trascendental mediante nudos en una cuerda o lana. También escribir para desconocerse. Para intuir. Y encontrarse.
La socióloga, militante feminista y docente María Pía López se sienta a escribir como una mujer que asume un compromiso político y también sus libertades. Desde su computadora, va creando o rompiendo géneros. Planta ideas y las trasplanta, incluyendo lo poético, la crónica y el ensayo en un mismo párrafo.
Las reflexiones sobre los feminismos de Pía siempre están presentes. Van con ella en cada charla, clase o escrito. Hasta al verla caminar. Sus pensamientos tomaron forma de libro en “Apuntes para las Militancias” en el 2019, luego de cuatro años de pertenecer al movimiento “Ni una Menos”. Hoy se profundizan, amplían y llegan renovados a pensar los contextos con sus prácticas sociales y políticas en “Quipu. Nudos para una narración feminista”, también publicado por EME editorial.
“Contar. El quipu cuenta, numérico y narrativo. Como los feminismos que construyen una lengua de denuncia que cuantifica (cuántos femicidios en cada mes, en cada año, en cada día) y a la vez narrar para reponer una cierta justicia, al tratar de inscribir las vidas y los hechos en una trama de memoria”
-El libro tiene varios capítulos o reflexiones muy breves en cada hoja. Condensa mucho en muy poco espacio ¿Por qué lo escribiste de este modo?
-Se me apareció una escritura muy fragmentaria. Creo que hay que asumir el fragmento. Tratar de bancarse la fragilidad y esa cuestión de un “no saber pleno”. Cuando lo comentamos con les editores, yo quería que cada hojita estuviera troquelada para que se pudiera recortar y compartir. Es un tipo de escritura que plantea que todes podemos escribir, en ese caso cada uno hace un nudo con esas elecciones. Así se puede ir armando un libro. Pensar un objeto que en sí mismo tenga una propuesta circular de la palabra.
“Un bricoleur. Trabajar con los restos materiales a disposición en el mundo, y a partir de ellos componer uno nuevo. Un feminismo de los restos, de los pedazos, de las costuras. No de las ingenierías que pretenden diseñar lo vivible y lo deseable. Atentas, en nuestro insomnio , a lo que insurge. Apenas atentas a pelear – y esa es nuestra vigilia de ojos abiertos – para que no se ahogue lo insurrecto. Saber como parte de la insumisión contra un régimen de conocimiento que estaquea la sensibilidad”
-¿Qué es para vos el feminismo hoy?
– Los feminismos son el horizonte de la época. En el sentido de aquello que te fija un conjunto de agenda, de problemas, de cuestiones emancipatorias. Ver en otros sujetos políticos el nivel e innovación que tienen los feminismos. Difícil de interpretar porque así como abren un horizonte abren un conflicto en todos los ámbitos. También algo potente como los feminismos corre peligro de que se cierre. Produce una suerte de olvido de otras situaciones o modos de lenguaje, o modos en los que se produce la escritura, y las imágenes de la vida política. Hay un esfuerzo en este libro de situarme en ese horizonte con una posible movilidad para poner en discusión.
-¿En qué momento crees que está este movimiento en Argentina? ¿Crees que afectó la pandemia?
-Creo que hay dos puntos de este momento. La pérdida de la calle y la corporalidad, la movilización. Los feminismos masivos implicaron muchos procesos de encuentros y movilización la falta de calle. Y en ese sentido es un momento de pérdida de procesos de elaboración colectiva que generó la pandemia. Y otro punto es la institucionalización, la creación de ministerios y diferentes áreas del Estado. Hay muchas compañeras hoy sosteniendo esos procesos que al mismo tiempo bloquean la discusión política. El libro tiene como ese intento de seguir trabajando y sosteniendo la pluralidad crítica de los feminismos y abrir pasadizos para la conversación pública.
-En el libro hablas del temor con gran poesía. ¿Y a qué crees que deberían temerle hoy los feminismos como movimiento? ¿en qué debemos estar alertas?
-Hay una amenaza externa muy violenta contra los feminismos.Como la reacción conservadora. Que se vió el ataque a los periodistas que hicieron la nota de investigación sobre las derechas, o contra artistas. Esto no va a cesar y se va a volver más dura. Esto tiene que tener estrategias de alianzas y modos de respuesta conjunta.
-¿A qué hay que estar alertas entre feministas?
-Aquello a lo que hay que temer dentro de los feminismos, creo que son un par de cosas. Una es la confusión entre los feminismos y el sujeto político mujeres, si esta pudiera considerarse como una categoría universalista y biologicista. Lo que aparece en ciertos núcleos del feminismo más radicales. Frente a esto hay que pensar el feminismo como una coalición, una alianza, entre sujetos diferentes, con sexualidades e identidades de género diferentes. El otro temor tiene que ver con el despliegue de una lógica punitivista que se vincula a la reacción necesaria contra la violencia. Cómo hacemos para agenciar formas de vida frente a esas formas de vida, eso hay que inventarlo. Formas de justicia, de reparación, pero como todo eso es difícil muchas compañeras caen en la vía fácil: el castigo. Yo le temería dentro del feminismo a esos dos puntos que es ir por lo consabido y lo obvio, que tienen a construir un sujeto que no es emancipador. La gran promesa de los feminismos es la emancipación general, lo que es casi del orden de una revolución.
“El reto es la coalición porque no hay “mujeres” que valga: hay campos de alianza, zonas de conflicto, contagios y contaminaciones, apropiaciones e inventos”
-¿Cómo ves a las militantes viejas dentro de este movimiento?
-Los feminismos masivos fueron muy intergeneracionales. Tenemos la imagen de “las pibas” como la foto de ese movimiento o vogilias por aborto. Pero yo recuerdo que caminando por las calles un 8 de marzo cerca por Av De Mayo con Nelly Minyersky y era increíble la cantidad de pibas que se le acercaban a pedirle fotos con sus 90 años. Es un reconocimiento muy interesante. Yo creo mucho en la transmisión generacional, o lo que un filósofo llama la cita entre generaciones. Si eso no existiera, una no daría clases, ni tampoco se dedicaría a escribir. Es parte de trasmitir la riqueza sistematizada. Cuando das clases pensas eso, como haces para que los pibas y pibes accedan a esas cosas que estan buenisimas. Ese proceso de transmisión, mediación, articulación es un proceso político esencialmente. No se debe sostener como esfuerzo político. En este país si algo aprendimos del compromiso ético político fueron las madres y abuelas de Plaza de Mayo. En cada una de sus reflexiones abrieron camino. Y de eso se toma y debería seguir aprendiendo los feminismos. Multiplicar quienes somos feministas, pensar las corporalidades, el deseo de otro modo. Esto me motiva muchísimo.
“La amistad política.Tratarnos con dulzura, amorosamente, sin esquivar la conflictividad y la querella”
-¿Los varones entran dentro de los feminismos actuales?
– Yo creo que todavía no. Sí hay compañeros aliados. Pero es tanto el esfuerzo de desarmar que tenemos algunes, no es algo intencional. Tampoco sucede de la noche a la mañana. Hay muchas cosas que las feministas hacemos un esfuerzo grande. Todo el tiempo estamos descubriendo los límites y bloqueos del pensamiento. Por ejemplo, yo veo proliferar una práctica de capacitaciones en las aulas y hoy me veo en plena transformación de esto. Eso creo que a los varones les pasa mucho más. Tienen más lugares dónde reflexionar sobre sí mismos. Esto les genera disgusto, el ejercicio de poder interrogarse en su condición de supremacía y privilegio. Yo diría que hay varones aliados pero no que son parte del feminismo.
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Fotografía: Nuestras voces