Por: Gladis Mejía. 22/01/2025
Para el capitalismo estadounidense, China es la principal amenaza a su dominación mundial, tal como reconocen los documentos oficiales de la Casa Blanca. La tendencia de la economía china a crecer y superar a la burguesía estadounidense en áreas clave de la economía del futuro ha llevado a la clase dirigente estadounidense a la conclusión de que sólo mediante las armas podrá descarrilar el desarrollo de China. Debilitar a Rusia, aliado de China en la construcción del mundo multipolar, es necesario para ello.
Al impulsar la guerra en Ucrania, la burguesía de Estados Unidos logra que las fuerzas armadas rusas se vean comprometidas en una operación militar de gran envergadura en sus fronteras nacionales. Eso permite que Rusia tenga menos capacidades disponibles para prestar socorro a China en caso de que sea necesario, es decir, en caso de que Estados Unidos ataque militarmente a China. Al tener que defenderse a sí misma, Rusia difícilmente podría prestar ayuda para la defensa de otro país. Con un conflicto en Europa, la burguesía estadounidense obliga a la burguesía europea a participar en el suministro de armas, asesores y financiamiento a Ucrania, obligando así a las élites europeas a ser parte central de ese conflicto. Algunos presidentes, como Macron, han hablado incluso de mandar tropas al campo de batalla ucraniano (France24, 2024). Estados Unidos apoya sólo de lejos, reservando sus tropas para un posible conflicto con China, mientras obliga a Europa a hacerse cargo de una guerra pensada para desgastar o, en el mejor de los casos, derrotar a Rusia. En el peor escenario posible para Rusia, la derrota militar en Ucrania significaría luchar en territorio ruso contra las tropas europeas conjuntas. Pensar en la derrota definitiva de Rusia en su propio territorio es imposible si consideramos su arsenal nuclear, pues antes de permitir que eso ocurra, la clase dirigente rusa hará uso de sus armas de destrucción masiva.
Entre más complicada sea la guerra para Rusia, más fácil es una intervención armada de Estados Unidos contra China. La burguesía estadounidense ha venido preparando un conjunto de alianzas con los vecinos de China con miras a un futuro golpe militar. Japón, Corea del Sur, Filipinas, Tailandia e India son países que rodean a China y que mantienen alianzas militares con Estados Unidos. Además de Rusia, otros posibles aliados militares que China pudiera tener en un escenario bélico podrían ser Irán, Cuba, Venezuela y Corea del Norte. Ninguno de esos países tiene capacidades militares equiparables a las estadounidenses. Por otro lado, países serviles a los intereses de la burguesía estadounidense, como Israel, pueden desempeñar un papel importante para iniciar un conflicto que neutralice a actores como Irán, su histórico rival.
¿Cómo puede iniciar una guerra Estados Unidos contra China? Por medio de Taiwán. La isla es un polvorín que en cualquier momento puede explotar, y Estados Unidos tiene el detonador. Basta que las autoridades taiwanesas declaren formalmente su independencia para que China ataque militarmente a la isla, lo que traería como consecuencia inmediata el involucramiento directo de Estados Unidos y sus aliados. Con el Partido Progresista Democrático en el poder, la formación política más independentista de las que existen en la isla, el momento en que este enfrentamiento ocurra será decidido por la burguesía estadounidense, a menos que estalle una crisis inesperada.
Gladis Mejía es maestra en Economía por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
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Fotografía: BBC