Por: Claudio Alberto Escobedo Hernández. Coahuila. 31/03/2018
Porque vivimos en un país donde hay 57 millones de personas que viven en situación de pobreza, de los cuales, casi 16 millones viven en pobreza extrema, apenas sobreviven, según el informe oficial de la CONEVAL, sin embargo, lo más grave, es que los datos no oficiales, que generalmente son más realistas, nos hablan de que tenemos un país con 70 millones de seres humanos en situación de pobreza.
Tenemos también un país con 2 millones de niños menores de 5 años que presentan desnutrición crónica, una alimentación raquítica y con escases de nutrientes elementales. Por su parte, la FAO, acaba de declarar que México tiene 20 millones de personas que padecen hambre, viven con ella, consumen menos de la mitad de los mínimos requeridos. Tenemos un México donde todavía abunda la miseria y la pobreza alimentaria.
Asimismo, en México, según datos de la organización internacional “Aldeas infantiles” tenemos 1.8 millones de niños huérfanos, muchísimos de ellos nacen y crecen en las calles, albergues y algunas instituciones de gobierno. Niños que nadie habla de ellos, niños sin rostro, niñas y niños olvidados, niños condenados por la indiferencia de la sociedad y un gobierno insensible ante este grave problema.
Así también, según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, de los 12 millones de ancianos que hay en el país, el 80% de ellos viven en condiciones de pobreza, y muchos de ellos también en el abandono.
Además en México, con base en datos de la CEPAL, tenemos 12 millones de mexicanos que viven en la indigencia, en el olvido absoluto, es el mayor número de indigentes en toda América Latina. Las calles de todas las ciudades son testigos de esta desafortunada realidad. Una realidad que no existe para las autoridades mexicanas.
En contraste, tenemos un país, donde viven 20 de los hombres más acaudalados del mundo, en México, el 1% de la población, tiene la riqueza similar al 95 % de los mexicanos. Tenemos una terrible concentración de dinero en unas cuantas manos, lo que genera indudablemente una gran desigualdad en la mayoría de la población.
Estamos viviendo, en uno de los países más contrastantes del mundo, un país donde unos pocos han amasado una inmensa fortuna, y las grandes mayorías no tienen nada, o cuentan con muy poco. Lo lamentable y vergonzoso, es que esas inmensas riquezas, seguramente han sido logradas, gracias al amparo y a los favores, que les han brindado, la clase política corrupta que ha gobernado los últimos 30 años este país.
Un ejemplo claro de esta complicidad, son sin duda los grandes banqueros de México, según datos de la misma Condusef, las tarjetas de crédito en México, cobran los intereses más altos del mundo occidental, el costo del dinero que cobran es 10 veces arriba de lo que captan, cobran lo que quieren y nadie los regula, cobran a sus clientes, comisión sobre comisión impunemente.
Datos escandalosos que aún no terminan, en nuestro México, la deuda externa llegó en 2017, a 182 mil millones de dólares, es de las más grandes del mundo. Felipe Calderón la incrementó 54 mil millones de dólares en su sexenio, y Enrique Peña Nieto lleva 60 mil millones de dólares y todavía no concluye su gobierno. Tanto el PAN como el PRI no pueden evadir la responsabilidad, de haber hipotecado el futuro de muchas generaciones que vienen detrás de nosotros.
Asimismo, es vergonzoso tener un país, donde robar, donde saquear, donde hurtar no es un delito, la prueba son los 8 exgobernadores, 7 del PRI y 1 de PAN, que dejaron una deuda de 186 mil millones de pesos en sus estados. Una bancarrota terrible de superar. Desafortunadamente vivimos en una asquerosa impunidad, donde nadie regresa nada de lo robado, donde nadie paga por sus culpas, donde todo, todo absolutamente se olvida.
Podría seguir hablando más y más del cáncer de la corrupción y la impunidad que nos aqueja como país (la casa blanca, el avión presidencial, los desvíos millonarios de Rosario Robles) pero no terminaría, sin embargo, no puedo dejar de mencionar, que tenemos además un país, donde la muerte convive cotidianamente con todos nosotros, en los 2 últimos sexenios, llegamos a 240 mil homicidios dolosos, la cultura de la muerte llegó para quedarse en nuestro país, el número de muertes que tenemos, es sólo comparables a países que están en guerra como Siria e Iraq. Aun así estos 2 últimos gobiernos repiten una y otra vez, que estamos bien, que vamos rumbo al primer mundo, qué hipócritas y embaucadores son.
Estamos, ante un escenario terrible, que no se puede esconder, una realidad penosa, una realidad emanada de una clase política inoperante y escandalosamente corrupta, estamos ante un PRI y un PAN que han demostrado en los hechos, que sus gobiernos no funcionan, sus gobiernos han fracasado rotundamente en la conducción política de este país. Allí, afuera está la cruda realidad, allí están todas las evidencias, allí están los malos resultados. Nadie en su sano juicio puede negar esto que vivimos en México. Porque la realidad es necia y siempre desnuda a los impostores, a los demagogos, a los políticos que mienten y engañan a su gente.
Tenemos una alta tasa de desempleo, servicios deficientes de salud, grandes rezagos en educación, pésimos servicios públicos, niveles de drogadicción a gran escala, maltrato y abuso infantil, inflación, carestía, bajos salarios, inseguridad…
Por si esto fuera poco, en el sexenio de Calderón, la economía creció en promedio 1.8 %, cuando él y su partido el PAN, gritaron a los cuatro vientos que iba crecer al 6%, el PIB pasó del lugar 57 al lugar 64, una mentira más que no pueden negar. Y eso que fue un sexenio, donde el precio del barril de petróleo estuvo en promedio a 89 dólares, aun así, lejos de crecer, empobrecimos mucho más como país.
Con Peña Nieto ni se diga, la inflación ha roto todos los records, ya llegó a 5.35 %, y el dólar pasó de 12.30 a 19.20, quien no quiera ver esta realidad de inoperancia en los gobierno del PRI y el PAN, se hacen tontos así mismo, los datos hablan más que las palabras.
Por lo anterior, creo que ya estamos en el momento exacto para cambiar, para que se vayan estos gobernantes, llegó el momento de que se marchen, es hora de que dejen de hacer daño a todos los ciudadanos de este país, pero sobre todo, es momento, de que dejen de perjudicar a los más vulnerables, a los mismos de siempre, a los más pobres y marginados de nuestro país. Pues es en ellos, donde pega más la injusticia y la exclusión social que ellos han fomentado.
Basta ya de sus mentiras, basta de demagogias, basta de seguir engañando al pueblo, son una clase política que ya llegó a su límite, son una clase política deshonesta, son inoperantes, y sobre todo, son malos para gobernar.
No olvidemos que son ellos, y nadie más, los que han dañado a este país, son los que han sacrificado a su gente, son los que han causado dolor, sufrimiento y muerte. Es momento, de que definitivamente se marchen, y no regresen nunca más.
Hay un hartazgo de la sociedad en su conjunto, el malestar ya es generalizado, la tranzas y corruptelas insaciables que hacen la clase política que tenemos, son las causas que le darán el triunfo a Andrés Manuel López Obrador el triunfo el 1 de julio, de eso no hay la menor duda.
Fotografía: claudioescobedo