Por: Global Voices. 21/01/2018
La libertad de prensa enfrenta crecientes retos en todo el mundo. Sin embargo, en México, el peligro de reportar ha alcanzado niveles alarmantes.
Grupos de poder −desde servidores públicos, corporaciones policiales, hasta líderes de los cárteles de la droga− rutinaria y sistemáticamente intimidan a periodistas y medios con el objetivo de que dejen de investigar la corrupción gubernamental y la violencia relacionada a la delincuencia organizada. Los esfuerzos para silenciar a los medios ocurren usualmente en las sombras, obligando a las víctimas a escoger entre la autocensura, el desplazamiento forzado o a arriesgar sus vidas por hacer su trabajo.
No obstante, algunos reporteros y periodistas ciudadanos continúan cubriendo zonas en conflicto en diferentes regiones del país. De acuerdo a un reporte elaborado por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, más de mil fosas clandestinas con 2,014 cadáveres han sido encontradas – un número que es mayor a las cifras oficiales gubernamentales. Los tiroteos entre grupos armados dejan un desgarrador número de muertes. Sólo en los primeros cuatro meses de 2017, México rompió su propia marca de homicidios con 7,727 casos, es decir, 392 más (5.3%) que en 2011, el año más violento del que se tenía registro según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El periodista Javier Valdéz, editor y reportero del medio local Ríodoce, fue ejecutado el 15 de mayo de 2017. Valdéz, quien era mundialmente reconocido como experto en materia de narcotráfico, se convirtió en el sexto periodista ultimado en México desde el inicio de 2017.
Valdéz conocía los riesgos de su trabajo en México pero nunca se rindió. Tampoco lo han hecho muchos de sus colegas:
Que nos maten a todos si la muerte es la sentencia por reportar este infierno. No al silencio.
Anabel Flores, Ricardo Monlui, Cecilio Pineda, Miroslava Breach, Javier Valdez, Salvador Adame y decenas de otros periodistas asesinados son testimonio de que la más grave de las amenazas constantemente se cumple. Los reporteros son ejecutados en sus casas, camino a sus centros de trabajo, frecuentemente a plena luz del día y con mínimas consecuencias para los atacantes. De acuerdo con lo documentado por Article 19, 107 periodistas (incluyendo a Salvador Adame) han sido privados de la vida en el país desde el año 2000. No es sorpresa, entonces, que México sea catalogado como uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.
Mientras algunos periodistas siguen trabajando en estas condiciones, los homicidios y el miedo que estas inspiran han dejado un vacío de información en el país, llevando a algunos comunicadores a evitar dar cobertura a temas peligrosos, reduciendo la posibilidad de que el público se informe sobre corrupción gubernamental, abusos comerciales, violencia relacionada a grupos delincuenciales y a violaciones de derechos humanos.
La corrupción y la impunidad han permeado a cada una de las instancias gubernamentales en México, lo que torna difícil establecer una distinción entre los miembros de la delincuencia organizada y los servidores públicos. En este escenario, no queda claro quién debería estar a cargo de proteger a los periodistas y garantizar su seguridad.
Mientras tanto, desde el principio de su administración, el presidente Peña Nieto ha intentado posicionar a México como una de las mejores opciones para inversiones financieras, así como un ejemplo a seguir en temas de democracia y libertad en Latinoamérica. Insiste en el compromiso de su gobierno para proteger a la prensa. Sin embargo, en múltiples ocasiones, cuando un hecho de corrupción se convierte en un escándalo público, el presidente y su gabinete niegan o ignoran las acusaciones, mientras que quienes exponen los hechos son tildados de mentirosos, sujetos a investigación o despedidos de sus empleos.
Cuando noticias incómodas de la llamada “guerra contra el narco” llegan a los medios de comunicación tradicionales – en gran medida gracias al trabajo de periodistas locales – estos son amenazados tanto por el Gobierno como por la delincuencia organizada. Una declaración hecha por Article 19 en la 35° Sesión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, dice:
Una fiscalía que no sirve
El Estado mexicano tiene una oficina dedicada exclusivamente − en teoría − a procurar justicia en los delitos cometidos contra quienes practican el periodismo o buscan ejercer su derecho a la libertad de expresión dentro de los parámetros de la ley.
La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) opera bajo la conducción de la Procuraduría General de la República.
La FEADLE, no obstante, es una oficina más del vasto entramado burocrático de país que absorbe substanciales recursos públicos y entrega muy poco a cambio. En 2017, el presupuesto asignado fue de aproximadamente un millón de dólares y en 2016 se le asignaron 1.4 millones.
En relación con los siete homicidios cometidos en agravio de periodistas en este año, ni siquiera una sola persona ha sido aprehendida. El portal Animal Político reportó:
En algo más de seis años – de julio de 2010 al 31 de diciembre de 2016 – se registraron 798 denuncias por agresiones contra periodistas.
Pues bien, de esas 798 denuncias, de las cuales 47 fueron por asesinato, la FEADLE informó en respuesta a una solicitud de transparencia que solo tiene registro de tres sentencias condenatorias: una, en el año 2012; y otras dos en 2016. O en otras cifras: el 99.7% de las agresiones no ha recibido una sentencia.
Ningún servidor público ha rendido cuentas por la ausencia de justicia en estos asuntos. Ninguna investigación se ha iniciado para determinar las causas del colosal fracaso de la fiscalía al no presentar a los homicidas ante un juez.
Vigilancia ilegal
Los periodistas no sólo se enfrentan a falta de protección, también se encuentran sometidos a una estricta vigilancia por parte del Gobierno. Reportes recientes evidencian que el gobierno ha utilizado sistemáticamente spyware para vigilar a activistas, abogados y periodistas, sin la supervisión de un juez, lo cual es ilegal en México.
Estas herramientas que deberían ser utilizadas contra la delincuencia, son blandidas en contra de ciudadanos para evitar que busquen la verdad y expongan la corrupción. Article 19 también se refirió a este asunto en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas:
México se ha convertido en uno de los principales destinos de la industria de la tecnología de vigilancia en Latinoamérica. Ferias comerciales son celebradas cada año, y las relaciones entre fabricantes y distribuidores con el Gobierno mexicano se han intensificado rápidamente durante la administración del presidente Peña Nieto. Investigaciones periodísticas e independientes llevadas a cabo por organizaciones de la sociedad civil, así como filtraciones, han sacado a la luz estas relaciones desde el año 2013.
Crímenes y amenazas contra periodistas
- “Nuestras armas no disparan balas, disparan verdades”. Ejecutan en México al periodista Cándido Ríos” (24 de agosto, 2017)
- La voz de Salvador Adame se suma a aquellas que han sido silenciadas por la violencia impune en México (27 de junio, 2017)
- “Los matan por haber cometido el gran error de vivir en México y ser periodistas”(19 de mayo, 2017)
- Netizen Report: Periodistas mexicanos son amenazados en línea y luego asesinados (24 de abril, 2017)
- Ejecución de reportera en México reaviva la indignación por la violencia contra periodistas (24 de marzo, 2017)
- Con Anabel Flores son ya más de 18 los periodistas asesinados en Veracruz desde 2000 (10 de febrero, 2016)
- Tú también puedes pedir justicia para los periodistas asesinados en México (27 de agosto, 2015)
- Violencia contra periodistas mexicanos se concentra ahora en los estados del sur, Veracruz en el punto de mira (4 de agosto, 2015)
- Asesinan al periodista 14 en gestión del gobernador Duarte en Veracruz, México(3 de agosto, 2015)
- Rompe el miedo a monitorear las elecciones 2015 en México (8 de junio, 2015)
- La criminalización de las radios comunitarias en México alcanza a las radios indígenas de Oaxaca (3 de junio, 2015)
- Diario de un preso de conciencia: Pedro Canché Herrera (6 de marzo, 2015)
- México: El país con la mayor tasa de asesinatos de periodistas en el hemisferio occidental (17 de febrero, 2015)
- Periodista ciudadana secuestrada y asesinada en México por reportar sobre el crimen organizado (18 de octubre, 2014)
Censura, vigilancia y manipulación gubernamental
- Proyecto fotográfico insta a mexicanos a nunca olvidar crímenes que quedaron impunes (26 de marzo, 2017)
- Netizen Report: En Kenia y México, se sospecha de manipulación del estado en Twitter (20 de febrero, 2017)
- Del #Gasolinazo a #SaqueaUnWalmart: Mapeando la batalla en línea durante la crisis gasolinera en México (3 de febrero, 2017)
- Ley Telecom y el derecho a la privacidad en la mira de la Suprema Corte de Justicia en México (25 de abril, 2016)
- Carta de Pedro Canché a Carmen Aristegui (24 de marzo, 2015)
- La periodista Carmen Aristegui es una voz necesaria al aire en México (19 de marzo, 2015)
- #YoSoyRed y #LoqueSigue en campaña de ‘crowdfunding’ contra la censura y los bots en Twitter (27 de febrero, 2015)
Global Voices continuará reportando estos acontecimientos y el trabajo de reporteros locales, periodistas ciudadanos y usuarios de redes sociales que den a conocer amenazas y ataques. Buscamos empoderar y defender a quienes están comprometidos a contar las historias que importan en México.
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Fotografía: Global Voices