Por: Wilbert Torre. El Heraldo de México. 15/08/2017
Quiso la casualidad que el día que el presidente Peña dijo que el PRI no se intimida ante ningún reto, desde Brasil llegó un misil: Emilio Lozoya Austin recibió 10 millones de dólares de la compañía Odebrecht –a modo de propina por ayudarle a ganar contratos–, desde la contienda electoral de 2012, de acuerdo con declaraciones juramentadas de ex ejecutivos de la compañía.
El texto escrito por Ignacio Rodríguez Reyna y Alejandra Xanic –Premio Pulitzer 2012 por el reportaje que reveló una red de sobornos en Wal-Mart México– es el primero que publica Quinto Elemento, un laboratorio creado por los dos autores y los periodistas Marcela Turati y Daniel Lizarraga para respaldar proyectos de investigación periodística.
La historia transcurre en el ambiente nebuloso de las prácticas institucionalizadas en poderosas empresas que destinan millones de dólares a identificar, cortejar y corromper servidores públicos.
Tomemos como ejemplo la ruta de la corrupción de Lozoya: De Meneses, uno de los ejecutivos investigados, lo conoció en 2009 cuando era uno de los directores del Foro Económico Mundial. Cuando supo de una refinería de Pemex en Hidalgo, lo llamó.
Lozoya le recomendó asociarse con Juan Carlos Tapia, propietario de Construcciones Industriales. De Meneses lo hizo con la perspectiva de ganar contratos en Pemex, CFE y SCT por 2 mil 500 millones de pesos.
En enero de 2012 Lozoya fue designado vicecoordinador Internacional de la campaña y De Meneses olfateó la lluvia de dinero que vendría si Peña ganaba. Concertó una nueva cita y Lozoya hizo el movimiento que ya esperaba: con el pretexto de haberlo ayudado en Veracruz y Tula, le pidió 5 millones de dólares.
Lozoya le entregó las cuentas a nombre de dos compañías offshore: Latin American Asia Capital Holding y Zecapan SA, registradas en Tortola, en las Islas Vírgenes Británicas.
El primer cañonazo por 250 mil dólares llegó el 20 abril, con Peña en campaña, y el último de los 4 millones de dólares, en junio. Peña ganó, Lozoya tomó PEMEX y De Meneses lo visitó; pactaron proyectos y contratos. ¿Recuerdan Money, de Pink Floyd? Por sus servicios Lozoya recibió otros 6 millones de dólares como director de Petróleos Mexicanos.
Parafraseando a Peña, el reto de su gobierno es investigar los sobornos a Lozoya. Las declaraciones de los ex ejecutivos no tienen validez en México, pero si la voluntad política suplanta a la simulación en el enésimo renacimiento del PRI, la PGR debería estarse preparando para trabajar las confesiones juramentadas.
Hay un dato que los autores decidieron excluir tras una discusión ética: después de la primera ráfaga de 4 millones de dólares, Lozoya se compró una casa de 38 millones de pesos que pagó en efectivo e incluyó en su declaración patrimonial. No deseaban inferir que ese dinero hubiera salido de los sobornos.
El presidente tiene la palabra.
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Fotografía: monitorexpresso