Por: Mara Fernández Brozzi. La Negra del Sur. 23/11/2017
Había muchos Santiagos, lo vieron por todas partes, y claro que estaba en todas partes, y estará en más, cada vez.
Había muchos Santiagos, lo vieron por todas partes, y claro que estaba en todas partes, y estará en más, cada vez.
Estaba sobrevolando la mentira, la miseria del humano, la insensibilidad de tantas madres, el encubrimiento de un estado, la difamación de los comunicadores, la infamia del indiferente. Estaba en el río, en el sonido del agua avisando que estaba.
Fue él quien puso sus ojos en todas las portadas, los dejó ahí, para que lo viéramos, instándonos a seguir buscándolo, porque él estaba, gritaba desde el sur, aullaba desde la entraña de la tierra advirtiéndonos que las bestias murmuraban el silencio más abrupto.
Estuvo en todas partes, marcando un camino que no imaginábamos recorrer de nuevo, ése, el del terror de saber, el de la pavura de la certeza del asesino impune gobernando, el de la historia otra vez cayéndonos encima, manchándonos de sangre. Ahí, pisándonos, ahí, persiguiéndonos, ahí, desapareciéndonos, ahí, asesinándonos.
Estaba en todas partes, estuvo por nosotros, “centineleando” la verdad, la justica, guiando los reclamos y sosteniendo las manos, estuvo en la espalda de Sergio, en la hipocresía develada de la ministra, en la no palabra expresada de la lacra que nos gobierna, en las plazas, estuvo en la miserabilidad descubierta de tantos.
Nos miró a todos, a los 41 millones. Nos miró a todos. No sólo a quienes quisimos verlo. Nos miró a todos. También a vos que le dijiste hippie sucio, guerrillero, rim, ram, kurdo, k, también te miró a vos. También te sobrevoló mientras lo seguías desapareciendo y apareciendo en las mentiras que construías para que tu insensibilidad fuera camuflada. Te miró y te interpeló, les esquivabas la mirada, pero igual te miró, y esos ojos te mostraron más de tu vida, mostrándote la suya. Te mostraron que la solidaridad y el compromiso con las causas es esencial para quienes concebimos la vida como latidos conjuntos y ciertos, te mostró la podredumbre de tu alma, lo asqueroso y ensordecedor que es tu silencio, te hizo oler lo nauseabundo de tu piel apartada siempre del dolor del otro. Santiago te miró, por más que no hayas querido verlo.
Esos ojos, que estuvieron en todas partes, ahora se multiplicarán, y te seguirán mirando, te seguirán interpelando. A vos para que pagues por su asesinato, a vos para que pagues por tu complicidio, y también a nosotros, para seguir en la lucha, exigiendo juicio y castigo a los culpables.
Ustedes siempre ponen las balas. Nosotros los cuerpos. Ustedes nos matan, pero nosotros seguiremos naciendo.
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Fotografía: La Negra del Sur