Por: Xochi Quetzal López Guzmán y Diego Amando Moreno Garza. Chiapas Paralelo. 11/02/2017
Cuando se tomó la decisión de convertir el Movimiento Regeneración Nacional en un partido político, los compañeros del área juvenil de San Cristóbal de Las Casas desde el 2011, dudamos. Teníamos entre dieciséis y veinticinco años. ¿Qué podría pasar si se ingresaba en las filas de lo que para nosotros significaba un partido político? Nuestros referentes en Chiapas eran el PAN, el PRI, y un menguante y corrompido PRD. Nuestra trinchera fue siempre la participación ciudadana en la esfera universitaria, artística, cultural, etc., y veíamos a López Obrador como un ser humano cuyos ideales trascendían la dinámica perversa que el sistema electoral, con su imaginario, imponía.
Después del robo de la elección en 2012, no podíamos pensar en una candidatura independiente, por lo que defendimos, en la ilusión teórica de una democracia liberal, que el partido político sería un medio apropiado para atender lo dicho por López Obrador, barrer la corrupción desde arriba. Morena como partido político no sería lo mismo que los referentes antes mencionados, sino una forma crítica e innovadora de entender la política en México. Necesitábamos dar, a través de los estatutos de Morena, los primeros pasos para atender necesidades concretas en Chiapas antes que ocuparnos de una utopía inalcanzable e ilusoria. Era una forma de racionalización necesaria para llevar a cabo el proyecto alternativo de nación propuesto en sus libros en un plazo coherente.
Hoy nos sigue pareciendo que López Obrador es la vía. Pero no podemos callar al saber lo que ocurre en Chiapas, cuando el ejercicio se corrompe a instancias de Morena y su gente.
¿Qué pasa?
Los problemas se han presentado desde que se formó el movimiento. Siendo México un país enorme, es difícil establecer medidas que regulen las afiliaciones tramposas en todos los distritos del país, por ello se estableció la construcción de Comités Seccionales. Andrés Manuel López Obrador y su equipo están pendientes de la constitución de los Comités Seccionales, pero es imposible inspeccionarlos todos, y lo entendemos. La función vigilante está en la Ciudad de México, y no abarca lo necesario. Para coordinarlos cuentan con enlaces nacionales cuya tarea es visitar y sistematizar las estructuras distritales. Pero no indagan en la secretaría de honestidad y justicia para conocer a las personas que llevan a cabo las tareas que nos asigna el partido. He allí un punto ciego del cual cualquiera puede aprovecharse. Hay mucha gente honesta y maravillosa dentro del equipo en Chiapas, gente preparada intelectualmente y en lucha incesante. El problema fue que Morena descuidó los adherentes más antiguos, ésos que lucharon sin interés alguno desde antes de que fuera un partido político, para dar viabilidad administrativa a aquellos aparentemente más preparados. Pero se confundió la preparación técnica con el colmillo. Al traste se fueron los intelectuales y la gente que participó desinteresadamente en favor de los que llevan a rastras una experiencia secuestrada. Éstos últimos pretenden convertir a la gente honesta, participativa y comprometida, en un número de cara a sus aspiraciones privadas. Actualmente éstos colmilludos toman posiciones para sus ambiciones en la elección presidencial del 2018, unos por cargos municipales o diputaciones federales y otros, por la gubernatura estatal.
Zoé Robledo es un ejemplo terrible. Su afiliación a Morena es un insulto. El anuncio, además, se fragua en la Ciudad de México, nuevamente, con el apoyo de Mario Delgado, de quien sentimos traición a nuestro esfuerzo, traición a las tareas desgastantes que realizamos desde hace tiempo en favor del proyecto alternativo de nación. Nos sentimos indignados y vilipendiados. Robledo forma parte de algo que no es el pueblo de Chiapas: la burguesía explotadora; es hijo de un sombrío personaje que pisoteó los derechos de padres y hermanos de los que hoy somos compañeros de Morena mediante el fraude; cómplice de políticas que atentan contra los chiapanecos y aprendiz de su padre político, Juan Sabines Guerrero, un detestable bandido de la peor y miserable calaña. Zoé Robledo es de izquierda cuando le conviene, pero de derecha por praxis.
Chiapas para él y sus allegados es una mina de oro y el estandarte de lo que sería, en el futuro, ambiciones perversas por ocupar nuevos cargos de poder.
No pretendemos distanciar gente de adherirse a Morena, al contrario, son bienvenidos todos aquellos que luchen por la justicia social. Pero Zoé Robledo no representa pluralidad. Miente. Robledo es un personaje que, bien lo sabemos la mayoría, se aprovecha de la estructura estatal de Morena para acaparar espacios, conseguir candidaturas y contaminar con su gente y sus prácticas prehistóricas lo que con mucho esfuerzo ha venido desarrollándose en Chiapas con gente honesta, trabajadora y pobre, con tradiciones culturales y espirituales profundas que su educación en el ITAM le negaron, aun siendo chiapaneco.
Por eso nos sentimos ofendidos y no queremos que se pisoteé nuestro esfuerzo. No podemos imitar los errores del PRD que hace poco tiempo apoyó a María Elena Orantes, Juan Sabines y los viejos apellidos caciquiles de la finca chiapaneca. Hay que respetar el trabajo de los protagonistas del cambio verdadero, como llama Morena a sus adherentes. Por eso invitamos a todos los que atienden la ofensa a rescatar lo que queda de Morena en Chiapas y pronunciarnos ante tal atrocidad. Porque si callamos, silenciamos nuestro esfuerzo. Entonces, de nada habría valido el sudor de quienes recorrimos las calles de Chiapas; porque si callamos, el lodo en nuestros pies al caminar las comunidades del estado habría sido un amargo recuerdo, y de nada habrá valido la piel quemada en las asoleadas marchas casa por casa. No podemos permitir que se hundan nuestros gritos y nuestra fe en la tumba histórica de los movimientos que lucharon por un sistema igualitario, pero prefirieron venderse al mejor postor.
Fuente: http://www.chiapasparalelo.com/opinion/2017/02/morena-zoe-robledo-y-la-desmemoria-politica-chiapaneca/
Fotografía: Chiapas Paralelo