La directora de Foco Al Aire, entidad productora de la obra, Marcela Sánchez Mota dijo que “son personajes creados para representar al ser latinoamericano actual que vive la globalización, pero sin embargo, trata de guardar sus tradiciones puesto que ellos están contenidos a vivir el infierno porque no pueden expresarse sin que el poder del desarrollo los detenga”.

Además, hizo énfasis en la importancia que tiene la obra ya que representa  la cotidianidad del mundo actual. Esta obra obtuvo el premio Nacional de Danza en México en el 2012.

El espectador, Andrés Gómez  expresó el valor que tuvo la obra, los personajes y todo lo que hay  detrás de cada presentación, aseguró que le transmitió “angustia debido a las expresiones faciales que tenían porque cuando se reían o lloraban no se creía que fuera así, además de eso admiro la manera en que contagiaron al público con su arte, no solo por la interacción que tuvieron con ellos sino también por todo lo que hay detrás de cada uno de los personajes”.

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Los The Ultramar aparecieron en nuestro horizonte como seres que funcionan en sí, los elementos más disímbolos (diferentes) en apariencia. En ellos convive desde lo más precario hasta la civilidad más recalcitrante.

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Representan a un hombre alineado, producto de la historia contemporánea y de la comunicación digital que convive con el sentido primitivo del sí mismo y que persiste en cada uno de nosotros.

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Se reflejan las ideologías del poder y la falta de personalidad, son historias disímiles bajo un mismo mundo; aquí  la diferencia predomina y se rige por la globalización.

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Recorren el mundo y sus espacios, sus expresiones particulares provienen de lo tribal, de congregarse, de agruparse para festejar la vida a pesar de los males del mundo y sobrevivir a ello por medio de la geografía y la historia cultural.