Por: Maria Helena Ripetta. 24/06/2022
Pablo Bernasconi escribió e ilustró un libro dedicado a su hija a partir de la experiencia cuando le diagnosticaron Diabetes tipo 1. Miedoso, claro que no es solo para chicos, todas las edades están atravesadas por el miedo.
“El monstruo es metáfora de algún padecimiento”, dice a BAE Negocios el escritor e ilustrador Pablo Bernasconi desde Bariloche donde vive. “Para Nina, minina. Porque no hay más valiente rugido en el mundo que al canto rotundo del miedo ausente”, se lee comienzo de su libro Miedoso. Es un cuento que se supone para chicos, pero sin dudas es para todas las edades, ninguna edad escapa al miedo.

¿Está dedicado a tu hija, pero está escrito a partir de ella?
-Exacto, está escrito a partir de la experiencia que vivimos con ella, cuando le diagnosticaron Diabetes tipo 1. Eso sucedió ya hace unos cuantos años, y el texto que escribí en su momento se lo dediqué especialmente como una forma de atravesar ese momento de tanta incertidumbre y miedo.
-Es un libro quizás para niños, pero todos tenemos miedos, ¿Qué son los miedos para vos?
– A la distancia, diría que los miedos son experiencias que nos descolocan, porque no sabemos cómo atravesar, ni qué va a suceder cuando lo hagamos. El miedo a lo que puede ser, dentro de los pensamientos oscuros que uno suele tener ante algo desconocido, provoca mucha angustia y dolor. “Ningún mar en calma hizo experto a un marinero”, dice un viejo refrán, y supongo que en medio de las tormentas emocionales, uno necesita gobernar éste miedo hasta poder habitarlo, o acostumbrarse a cómo cruzarlo. Por supuesto, es un libro que no sólo se dirige a la niñez, los miedos nos tocan a todos en diferentes porciones y momentos, cada uno sabrá donde puntualizar dentro de sus memorias y circunstancias.

– Haces preguntas en la contratapa, que me gustaría hacértelas ¿Para qué sirven los miedos?
–Los miedos nos ponen en alerta, despiertan todos nuestros sentidos, nos erizan, nos obligan a decidir (aunque la decisión sea incorrecta). Los miedos nos ponen en una encrucijada, que divide lo real de lo ficticio, y sólo mirándolos muy de cerca podríamos darnos cuenta.
-¿Es posible ser valiente todo el tiempo?
-No, no al menos en mi experiencia. Es posible intentarlo, pero a veces lo único que queremos es escarparnos, huir del dolor y de la angustia. El miedo es más rápido de todas formas, y nos alcanza. Entonces, ahí si, la única salida es el valor.
-¿El miedo también se asusta?
-Según el libro, si. El miedo se asusta porque siempre está a punto de desaparecer, de esfumarse ante el coraje de quien antes lo traía encima. Cuando el miedo se asusta, se agiganta, como último reflejo, pero es sólo un punto último en su presencia, como la estrella que crece antes de explotar.

-Uno, como Nina, ¿los puede domar?
-Nina se levanta cada día con ese deseo. A veces lo logra, y otras veces no. Pero lo importante es que tanto ella como quienes la acompañamos, fuimos encontrando las formas de, yendo de a poco, domar aspectos y secciones del miedo. Mi impresión es que un miedo fuerte, cuando tiene de qué sostenerse, es muy difícil de erradicar, es persistente y porfiado. En éste caso, Nina lo es aún más, por suerte.

-¿Este libro ayuda a los niños y a los adultos a convivir con los miedos de una manera más amorosa?
-Creo que sí. En la última página, por ejemplo, propongo una especie de juego psicomágico, para tratar de incluso burlarse del miedo, de transformarlo, de correrlo del lugar autoritario y denso. De hecho, durante todo el libro lo que se intenta es caricaturizarlo hasta de forma corpórea. El miedo, cuando es invisible, es intangible y vence. Pero creo que si le damos sustancia tenemos por donde sostenerlo.
-¿Cómo fue el proceso de ilustración de este libro que estimo que es especial?
-Si, lo fue. No sólo por la evidente trascendencia emocional que me acercaba a recuerdos a veces lindos, a veces dolorosos, sino porque la caracterización del miedo, como éste monstruo prácticamente indefinible y camaleónico, me resultó muy esquiva. Como si el mismo miedo se defendiera y no quisiera mostrarse. Finalmente tomé una decisión, y fue la de responder con metáforas, con poesía, no hay forma más amorosa de acercarse, supongo.
-Lo dedicas a los médicos, ¿queres decir algo sobre la diabetes infantil?
-Si, lo dedico a los médicos y a todos los profesionales que se ocupan de ayudar y prestar su conocimiento para alivianar ésta condición. Podría decir muchas cosas de la diabetes infantil, es parte no sólo de la vida de mi hija, sino de todos los que la acompañamos. Por eso mismo, el conocimiento y la información es primordial. Rodearse de gente idónea y con buenas intenciones, creo, es una de las decisiones más sanadoras que podemos tomar. En mi experiencia, y teniendo en cuenta esto, con el tiempo todo va para mejor, en pequeñas porciones, pero para mejor.
-¿ Miedoso te ayuda a amigarte con tus miedos?
-Digamos que prefiero otros amigos, si me dan a elegir...

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Fotografía: Veintitrés