Por: Manuel Retamal. 17/01/2025
«Los libertarios seguirán leales al imperialismo de los EE.UU., la UE y la OTAN y la Izquierda Popular buscará reordenar América Latina, reactivando la Unasur y Celac como espacio de integración, además de fortalecer los lazos comerciales y políticos con los países que conforman los Brics.
El movimiento geopolítico entre las principales fuerzas económicas y políticas del mundo tendrá un impacto en el territorio nacional, a través de nuevas organizaciones políticas, lo que resultará en un debilitamiento de los partidos tradicionales, aunque estos seguirán ejerciendo influencia social y comunicacional.»
Con posterioridad a las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2025, se desarrollarán dos grandes bloques antagonistas. Por un lado, y con influencia desde Argentina, estará el grupo de los Libertarios, liderados por los hermanos Kaiser, quienes cuentan con un importante respaldo mediático y de redes sociales. Por otro lado, se encontrará una Izquierda Popular aún en formación, que probablemente no logre presentar una candidatura presidencial en 2025, pero que contará con varias figuras emergentes principalmente en las elecciones parlamentarias. Este sector se fortalecerá, si el próximo gobierno es liderado por la derecha de Chile Vamos con su candidata Evelyn Matthei.
Esta es y será la nueva repolarización del país. Ambos sectores buscarán cambiar el Estado; los libertarios buscarán reducirlo y la Izquierda Popular, ampliarlo. El debate se centrará en el Estado para cambiarlo en una de las dos direcciones.
Los libertarios, de la mano de Javier Milei en Argentina, han encontrado un formato de golpe de Estado con la Ley Ómnibus, donde se modifican múltiples normas y la misma constitución con una sola ley que contiene muchos artículos. Esta línea política cuenta con el apoyo de varios grupos económicos. La Izquierda Popular debe retomar el tema constitucional, pero con una matriz diferente a la tradicional Asamblea Constituyente para cambiar el Estado y la constitución. Una iniciativa probable sería, a través de un referéndum constitucional, donde con varias preguntas en una papeleta, se proponga mediante decreto presidencial y plebiscito popular cambiar los pilares de la actual constitución.
Por un lado, los libertarios construirán una plataforma enfocada en el futuro, intentando construir una opinión política, que se pueda materializar en un voto radical, buscando militarizar todo, sin ofrecer soluciones a las demandas sociales de las y los chilenos, incluso en algunos casos, buscarán retrocesos con respaldo ciudadano. El sentimiento predominante que buscarán explotar en la gente es el odio, la ira y la angustia.
El otro bloque, la Izquierda Popular, perseguirá lo contrario, se iniciará con un liderazgo nacional para diferenciarse del oficialismo actual, y buscará un nuevo proyecto económico y programático histórico para dar respuestas a las demandas sociales y la soberanía nacional, donde predominarán los sentimientos de amor, utopía y esperanza.
Esta nueva tesis y antítesis surgirá como fuerza crítica a la política del turno entre Chile Vamos y Socialismo Democrático + FA (Concertación), son fuerzas que buscarán conectar diferentes emociones y estarán influenciadas por la geopolítica mundial.
Los libertarios seguirán leales al imperialismo de los EE.UU., la UE y la OTAN y la Izquierda Popular buscará reordenar América Latina, reactivando la Unasur y Celac como espacio de integración, además de fortalecer los lazos comerciales y políticos con los países que conforman los Brics.
El movimiento geopolítico entre las principales fuerzas económicas y políticas del mundo tendrá un impacto en el territorio nacional, a través de nuevas organizaciones políticas, lo que resultará en un debilitamiento de los partidos tradicionales, aunque estos seguirán ejerciendo influencia social y comunicacional.
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Fotografía: Revista de frente