Por: Jorge Salazar García. 30/08/2016
“Lo problemas son demasiados grandes, los desafíos son enormes y
el personaje me parece muy pequeño”. Carlos Fuentes, 2012.
Ante la publicación de los resultados, por parte del equipo de Carmen Aristegui, de la investigación realizada sobre la Tesis que EPN sustentó en la Universidad Panamericana para obtener su título de Licenciado en Derecho, el vocero de los Pinos, Eduardo Sánchez, justifico el plagio cómo errores de entrecomillado. A continuación se demostrará fehacientemente que asumió una postura totalmente SUBJETIVA.
Para describir algo, los humanos podemos elegir la subjetividad o la objetividad. Con cualquiera de las dos formas se intenta comunicar ideas sobre ese algo tangible o no. La primera, incluye las emociones de la persona; no así la segunda. El involucrar las emociones en el instante de expresar las ideas puede alterar su veracidad; para evitarlo, fue necesaria la creación de la Lógica como precursora de las Matemáticas posibilitando el desarrollo de las ciencias. Los saberes descubiertos, empleando el método científico son considerados como objetivos, bajo las condiciones controladas por el investigador.
De tal modo que, un área del conocimiento humano se convierte en ciencia cuando está permeada por la objetividad, es cuantificable y verificable, entre otras característica igualmente importantes. Las matemáticas lo son, por ello aplicaremos un poco de ellas para demostrar el CINISMO del vocero de la presidencia y del secretario de Educación, Aurelio Nuño, al defender a Peña Nieto, señalado como plagiador por el equipo de investigación de Carmen Aristegui; y, de paso verificar la verdad propalada.
Se hará uso de la Probabilidad y la Combinatoria, básicas. La primera nos permitirá medir con cierto grado de certeza la ocurrencia o no de un evento y la segunda determinar cuántas combinaciones pueden hacerse con una cantidad de elementos dados.
Para hacerlo lo más sencillo posible, emplearemos sólo dos variable: palabras y estilo.
EL Diccionario de Uso del Español[1] registra 90,045 palabras, 190 mil acepciones y 4000 gentilicios, sin embargo se reconoce la existencia de casi 300 mil vocablos[2] de los cuales una persona culta emplea alrededor de 500 y una normal, 300. Para no complicarnos demasiado la vida, y siendo extremadamente benévolos supondremos que EPN utiliza las de una persona común (300 palabras). Ahora calculemos de cuántas maneras distintas se pueden combinar esas palabras en un párrafo con un promedio de 100 palabras empleadas. La fórmula que no permite hacer eso es:
Donde C es el total de combinaciones posibles; m (300) el número total de vocablos y n (100), la cantidad de palabras usadas en un párrafo. El signo de admiración se llama factorial y significa que un número debe multiplicarse por todos sus antecesores. Por ejemplo, 4! es igual a 4x3x2x1; es decir, 24. Procedamos a operar:
Expresando esta cantidad con potencia de base diez (Exponencial) y truncándola, se escribiría con un 4 seguido de ¡96 ceros! Este es un número del orden de los quintillones. Para darse una idea de su tamaño baste decir que a nuestro universo se la han calculado 100 000 000 000 de estrellas. Una cifra significativa con 9 ceros que no llega ni al billón, y ya es inmensa.
Avancemos en nuestro asunto: una persona, al escribir, escoge las palabras y los combina en el orden que considera expresa mejor su idea: eso es lo que se llama Estilo. Por lo tanto, existen, teoricamente, a nuestra disposición más de 4 quintillones de Estilos. Lo cual, por sentido común, resulta casi imposible que dos personas escojan las mismas 100 palabras y las coloquen en el mismo orden. Pero vayamos a los números nuevamente, para demostrarlo.
Utilizaremos la Probabilidad porque permite calcular la posibilidad de ocurrencia de un evento. El resultado deberá estar comprendido entre 0 y 1, porque si es 1, se considera un evento seguro y si es cero, entonces es IMPOSIBLE. Empleando una derivación de la fórmula clásica* quedaría así:
El resultado obtenido es un decimal cuyo valor es inconmensurablemente pequeño (0.192 ceros…0625) muy cercano a cero. Dicho de manera coloquial la probabilidad de que Enrique Peña Nieto y Miguel de la Madrid se les hubiera ocurrido escoger las mismas palabras y colocarlas en el mismo orden, es IMPOSIBLE. De lo anterior puede deducirse que el señor Eduardo Sánchez (vocero presidencial) actuó cínicamente para justificar lo éticamente injustificable.
Con respecto a lo declarado por Eduardo Alfonso Guerrero, asesor de tesis de EPN, claramente se evidencia una defensa palaciega ¡es magistrado! Tampoco es posible que en más de 190 ocasiones se hallan omitido las comillas.
La Universidad Panamericana al no preceder como debiera, por tratarse del presidente de la república, ahonda el desprestigio que todas las instituciones están padeciendo por la corrupción generalizada que pudre la política en México. Su negocio con la educación, seguramente, no tendrá mella, pero su prestigio, sin duda alguna, SI mermará.
Todos los que hicimos realmente una tesis y la sustentamos, sabemos que los ricos y los flojos pagan para que les haga la investigación algún compañeros que si estudia y sobresalen del montón por su responsabilidad y trabajo. Otros acuden a personas que se dedican abiertamente a eso. ¿Ustedes amigos lectores, creen que el “muñeco de la ciudad” se iba a tomar las molestias de hacer su Tesis teniendo tanto dinero y poderoso padrinos que lo había destinado a ser el pelele de los poderos, si nunca ha leído un libro?
Por supuesto, va a aprovechar la muerte y el amor que el pueblo le tiene a Juan Gabriel (quién nuca plagió canciones), para apuntalar su destartalado prestigio.
Referencias
[1] Moliner María; Diccionario de Uso del español (2007), Ed. GREDOS; Madrid, pág. XIV.
[2] http://factoides.com.ar/post/3031124497/usamos-solo-unas-300-palabras
Fotografía: zacatecastrespuntocero