Por: Sociedad 3.0. 29/03/2016
Es común que en temporada electoral la mayoría de los partidos políticos recurra a la contratación de empresas o profesionales que se especializan en diagnosticar los niveles de aceptación pública que tienen los institutos políticos, el posicionamiento de sus candidatos y desde luego el de sus adversarios. Esas mediciones de la percepción ciudadana de los actores políticos llegan a convertirse en instrumento de análisis útil para tomar decisiones y diseñar estrategias para la competencia electoral.
Difundir resultados de encuestas se ha convertido también en una manera eficaz de atraer votantes, ya que una parte de los electores llega a suponer que lo consignado por los medios anticipa plenamente los resultados y difícilmente se llega a tener conocimiento público sobre otras variables que arrojan los diagnósticos y que impactan el resultado final de los procesos, por ejemplo: el tamaño del segmento de indecisos, es decir aquellos que en una encuesta no manifiestan preferencia alguna, como tampoco se establece la capacidad organizativa y de movilización de cada fuerza política para que sus simpatizantes lleguen a las urnas, o de su estructura para garantizar las actas de resultados de la elección.
Es un hecho que las encuestas no pueden sustituir las campañas por el voto ciudadano, los grandes problemas de Veracruz demandan compromisos claros de partidos y candidatos: pobreza, economía, deuda pública, seguridad, corrupción, derechos humanos son algunos de los temas que necesitan respuesta de quienes aspiran al voto de los veracruzanos, no bastan las fotos con sus sonrisas abrazando personas contratadas para la ocasión, en ese sentido, las encuestas deben servir para orientar las decisiones de los contendientes y no como otro Photoshop de propaganda que les evita compromisos mayores ante los votantes.
Fuente: http://sociedadtrespuntocero.com/2016/03/las-encuestas-como-propaganda/
Fotografía: laverdadnovende.wordpress