Por: Marcelino Guerra Mendoza, Roberto González Villarreal y Lucía Rivera Ferreiro. 16/05/2018
No nos llamemos a sorpresas con los últimos planteamientos de la coalición Juntos Haremos Historia. Desde antes de aliarse con el Partido Encuentro Social (PES) y el del Trabajo (PT), el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) ya tenía perfilada su propuesta educativa.
Desde el 20 de noviembre del 2016 se tenían elaborados los lineamientos básicos del Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024. En ese entonces, el planteamiento de Andrés Manuel López Obrador era recuperar democráticamente al Estado para convertirlo en motor del desarrollo político, económico y social del país a partir de una nueva legalidad, con reglas claras, para garantizar las libertades y que cada persona pueda dedicarse a las actividades que más le satisfaga y convenga.
También se pronunció contra el influyentismo, la corrupción e impunidad y se dijo partidario de revertir las reformas estructurales en materia laboral, fiscal, energética y educativa, por considerar que no beneficiaban al pueblo.
En esos lineamientos básicos, se pronunció por una auténtica revolución educativa orientada a mejorar la calidad de la enseñanza y a garantizar que nadie se quedara sin estudios. Comprometió un amplio programa de alimentación en las escuelas, donde las aulas serían también comedores; también becas y entrega gratuita de útiles y uniformes escolares.
De igual manera, se manifestó a favor de integrar a los jóvenes en actividades laborales o académicas para dotarlos de herramientas que les permitieran la búsqueda de una vida mejor; alejarlos del desempleo, la delincuencia y de conductas antisociales; propuso también acelerar la preparación de una gran reserva de jóvenes para las actividades productivas en previsión de un mayor crecimiento económico.
Para lograr todo lo anterior, propuso becas mensuales de medio salario mínimo a estudiantes del nivel medio superior, y garantizó la inscripción del 100% de estudiantes a preparatorias y universidades. (Lineamientos básicos del proyecto Alternativo de Nación).
Un año después, el 20 de noviembre de 2017, durante el IV Congreso Nacional de MORENA, se presentó el Plan de Desarrollo 2018-2024. En esa reunión, el coordinador de dicho proyecto, el empresario regiomontano Alfonso Romo, dijo que se trabajó durante 10 meses, con la colaboración de más de 200 especialistas, con la intención de cambiar el rumbo de México.
Señaló que las bases de ese proyecto eran combatir la corrupción, hacer respetar el Estado de Derecho, regresar la paz ciudadana y ejecutar proyecto económico realista. También señaló que se defendería la libertad de expresión, el Estado laico y la propiedad privada y social. Del mismo modo, que se buscaba convertir al Estado en generador de riqueza, dando prioridad a la educación y la cultura; apoyar a las mujeres para que dejaran de ser consideradas como ciudadanos de segunda y elevar los salarios (Presentación proyecto de nación).
Los Lineamientosos Generales del Proyecto de Nación 2018- 2024 están orientados por cuatro ejes: Economía; Desarrollo Social; Política y Gobierno; y de Educación, Valores, Cultura y Ciencia (Ejes principales del Proyecto de Nación 2018-2024).
Para recabar información y realizar los análisis necesarios, se propone crear comisiones por cada eje. En la comisión de Educación, Valores, Cultura y Ciencia, se vislumbra el sentido que le daría el gobierno de AMLO a la reforma 2013. Son cuatro los capítulos que contempla: proyecto educativo en educación básica y superior; inclusión de jóvenes al sistema educativo; cultura comunitaria; bono educativo. Se percibe una combinación entre los planteamientos originales expuesto en 2016, con otros que no estaban contemplados, como el bono educativo.
El 13 de diciembre de 2017 se formaliza la creación de la coalición, “Juntos Haremos Historia”, entre los partidos políticos de Encuentro Social (PES), del trabajo (PT) y Movimiento de regeneración Nacional (Morena), para contender en las elecciones federales del 2018. A esta coalición, López Obrador la denomina como la agrupación de fuerzas progresistas del país; mientras que el presidente del PES, Hugo Erick Flores, plantea la necesidad de un cambio para hacer historia en México y el presidente del PT Alberto Anaya dijo que, además de estar desde el 2006 con López Obrador, hoy día solo hay dos proyectos de nación en disputa; uno es el que mantendrá una continuidad y el otro, encabezado por López Obrador, representa la opción de cambio para transformar México.
El primer acto de campaña de esta coalición fue la presentación del gabinete de López Obrador. En su propuesta figuran ocho mujeres y ocho hombres; destaca la mención de Esteban Moctezuma Barragán. Ex secretario de gobernación en el sexenio de Ernesto Zedillo, presidente de la organización Compromiso Social por la Calidad de la Educación y actual presidente ejecutivo de Fundación Azteca, Moctezuma Barragán ocuparía la Secretaría de Educación Pública (Gabinete de AMLO).
En un video que recientemente circuló en redes sociales, Moctezuma Barragán asegura que en la propuesta de López Obrador, la educación pública de calidad es una prioridad. Agrega que los niños tienen que aprender tecnologías e idiomas, en particular el inglés. Argumenta que la reforma educativa priorizó la evaluación por encima de la capacitación, esta situación tiene que invertirse, primero capacitar para luego evaluar. Además, la capacitación tendrá que ser no solo a maestros, sino también a directores y supervisores “para contar con un cuerpo modernizado en cuanto a nuevas técnicas de enseñanza y modelos pedagógicos”. (Video de Esteban Moctezuma).
Como puede advertirse, en la opción electoral que se presenta como alternativa contra la continuidad, la esfera neoliberal en educación se mantiene girando. De las otras dos coaliciones mejor ni hablar, se mantienen en su posición de mejorar la implementación de la reforma educativa actual para profundizar la reconfiguración neoliberal del sistema educativo nacional.
Como explicamos en la entrega anterior, ninguna de las tres coaliciones ha planteado modificar el artículo 3°, tampoco detener los programas emanados de la reforma educativa que mantienen al magisterio como un condenado a demostrar rentabilidad en el aula, realizando un trabajo que poco a poco está siendo moldeado por una evaluación obligatoria de la que es difícil escapar. Nos referimos por ejemplo, al programa Escuela al Centro, la normalidad mínima, la autonomía de gestión de las escuelas con su ruta de mejora. Está también el Modelo Educativo con sus aprendizajes clave y autonomía curricular, próximos a generalizarse en todo el país. Todos estos programas de aplicación directa en la escuela, el aula y en los alumnos, también son parte de la reforma educativa.
En la cotidianidad escolar, resulta difícil imaginar que los maestros pueden sustraerse a todas estas acciones; actúan en función de las exigencias que se desprenden de todos esos programas, como también de la evaluación eterna y amenazante. Aun cuando no la hayan presentado, se cuidan de enseñar para la prueba, por aquello de demostrar buenos resultados, y hacen lo necesario para conservar el empleo, incluso pagar para estudiar para el examen.
Con todo esto, resulta necesario preguntarse: ¿Qué sentido tendrá el congreso pedagógico propuesto por López Obrador, si es que se realiza? ¿Se mantendrá la promesa de cancelación de la reforma educativa, o solo fue una ocurrencia para ganar votos en el magisterio?
Por lo demás, será preciso imaginar formas diferentes de resistencia y lucha. Las actuales no nos permiten ver en qué grado estamos inmersos en la narrativa de la reforma, y cómo la estamos fortaleciendo.
Fotografía: sdp