Por: Héctor González. Aristegui Noticias. 26/05/2016
Entrevista inédita con el ganador del Premio de Poesía Reina Sofía 2016.
“Antonio Colinas es un gran poeta y ensayista notable (…), un hombre de letras muy completo”, dijo Jorge Edwards sobre el ganador del Premio de Poesía Reina Sofía 2016.
A propósito de la designación que le otorga el mayor reconocimiento a la poesía en nuestro idioma, recuperamos una entrevista inédita,realizada a propósito de la reedición de su Poesía completa por editorial Siruela.
Cuando se habla con un poeta es lugar común tocar el tema de las dificultades editoriales que enfrenta la poesía. Se sabe que se publica poco y se lee aún menos. No obstante sus autores, pese a la adversidad, siguen siendo indispensables.
“Siempre reconforta hablar de poesía, sobre todo en América. Ustedes mantienen a lapoesía como algo vivo, quizá en Europa la estamos intelectualizando demasiado en cambio ustedes la mantienen en la calle”, apunta Antonio Colinas.
Similar a como lo hizo Miguel Delibes en la prosa, el poeta se dejó influir por su entorno. Sus versos parten del contacto directo con la naturaleza: “La poesía no debe perder su contacto con la realidad, para mí siempre va unida. No comprendo la experiencia de escribir sin la de vivir. Hay escritores que dicen: mi obra es una cosa y mi literatura otra. En mi caso no es así”.
Miembro del grupo de los Novísimos constituido por la primera generación de poetas nacidos en los años posteriores a la Guerra Civil y entre los que se incluía a José Miguel Ullán, Jenaro Talens, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, Justo Jorge Padrón, Luis Antonio de Villena, Miguel D’Ors, José Luis García Martín y Abelardo Linares, a fuerza de lápiz y papel, Colinas se convirtió en uno de los autores más sólidos de aquel movimiento: “La transparencia tiene su origen en el sentido órfico de la poesía. Para mí no hay poesía sin ritmo ni musicalidad. Escribir versos no es contar la prosa en trozos, a un poema no se le puede privar del ritmo y eso es algo que he cuidado siempre, desde mis primeros libros hasta ahora. Buena parte de esa musicalidad se apoya en los versos clásicos, los endecasílabos y alejandrinos pero también en los versos libres”.
Sus primeros títulos datan de 1969, Poemas de la tierra y de la sangre y Preludios a una noche total, le valieron el reconocimiento por parte de los críticos. En principio sus temas se vinculaban a su entorno inmediato, a principios su trabajo adquirió un enfoque más intimista: “Todo poeta va de la emoción a la reflexión. A partir de Noche más allá de la noche mi trabajo se vuelve más meditativo y reflexivo. Creo que el poema ideal es aquel donde el autor siente y piensa en igual medida. He comenzado sintiendo mucho, así lo han sido mis primeros libros, pero luego he evolucionado hacía la meditación, lo metafísico y hacia la realidad más viva”.
Dos autores centrales en la formación de su estilo fueron Vicente Alexandre y María Zambrano, ambos se erigieron como maestros con los que todavía se siente en deuda. “Cuando llego a Madrid a los 18 años conocí a Alexandre, él fue mi maestro literario, la persona a la que le enseñé mis primeros versos. Entonces yo escribía muchos sonetos y recuerdo que me dijo: ‘no cabe duda que usted es un poeta pero porqué no deja de escribir sonetos’. Siempre me sugirió que el poema siempre debe abrir y cerrar con intensidad, no se puede hacer con cualquier verso. Sobre María Zambrano puedo decir que fue mi maestra de pensamiento. Ella escribió sobre la razón poética. Logró fundir poesía y pensamiento de diversas formas, a veces más poemático como Claros del bosque y otros más teóricos como Filosofía y poesía. Era una gran lectora y se convirtió en mi consejera cuando escribí Noche más allá de la noche”.
La transición estilística es tan natural como el envejecimiento de un ser humano. Así lo entiende Colinas y no duda que en ello, influyan el tiempo y los años. “No se puede escribir igual a los dieciocho años que a los sesenta. La escritura es un proceso de maduración.Antonio Machado decía ‘Poesía es palabra en el tiempo’, es decir palabra del ayer pero también del mañana. Mis primeros versos fueron poemas juveniles y sentimentales, pero también son muy míos. Todavía me sigo encontrando en sus páginas pero desde el punto de vista de la exigencia prefiero otros como Noche más allá de la noche o Desiertos de la luz”.
Lo que no cambia y por el contrario se intensifica es la búsqueda y la efectividad de la palabra. “La poesía debe tener lo que Ezra Pound llamaba voltaje. El verso no es prosa y debe tener intensidad, tensión y concreción. En América tienen un lenguaje muy rico y en todo momento hay que diferenciar lo que es poesía de prosa en trozos: la diferencia está en la intencionalidad e intensidad. Cuando leemos un buen verso hay algo que se revuelve en nosotros”.
Hoy Antonio Colinas luce despreocupado por lo que pueda suceder con la poesía, el carácter minoritario lejos de quitarle el sueño le confirma su vigencia. “Cada vez se lee más poesía, pero coincido con Juan Ramón Jiménez, cuando dice que la poesía va dirigida a la inmensa minoría, sólo que esta inmensa minoría es muy influyente porque no podemos vivir en un mundo sin poesía. La poesía tiene los lectores que debe tener, lo que pasa es que debe recuperar la oralidad y la comunicación que ha perdido, la comunicación con la calle y el público”.
Fuente: http://aristeguinoticias.com/1805/lomasdestacado/la-poesia-no-debe-perder-su-contacto-con-la-realidad-antonio-colinas/
Fotografía: aristeguinoticias