Por: Filip Noubel. 18/11/2022
Traducido por: Valentina Trujillo. 18/11/2022
“Vivimos en una democracia inmadura”
Tras el crimen de odio del 12 de octubre que resultó en la muerte de dos homosexuales en Eslovaquia, Global Voices conversó con la aclamada escritora checa Radka Denemarková para desentrañar los discursos contra las mujeres y el colectivo LGBTQ+ que aún se mantienen en Europa Central y que llevan a la discriminación, estigmatización y eventualmente al asesinato.
Radka Denemarková es una de las autoras más premiadas de República Checa y es conocida por hablar sobre problemas sociales en sus novelas. En 2014 publicó una novela llamada «Příspěvek k dějinám radosti» (Contribución a la historia de la alegría) en la que aborda el problema de la objetivación de la mujer mucho antes de que el movimiento #MeToo llegara a Europa.
Global Voices le pidió que explicara por qué el sexismo, la homofobia y la transfobia siguen arraigadas en las familias, escuelas, política, religión y en la cultura de los cuatro países de Europa Central que se unieron a la Unión Europea hace 18 años en 2004 (República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia). Denemarková respondió:
Un hito no significa automáticamente un cambio de mentalidad. Lo que se necesita es un cambio de conciencia en las personas. Esto tomará generaciones. Después de todo, la homosexualidad no existía oficialmente en los Estados satélites de la Unión Soviética, y las mujeres eran conscientes de su espacio limitado. Después de 1989, Europa del Este adoptó una manera de vida consumista, y también el neoliberalismo. Pero la democracia necesita otros valores. Los países de Europa del Este tomaron el apoyo económico de la Unión Europea con ambas manos, pero rechazaron los principios del estado de derecho, solidaridad, dignidad para todos y de una democratización consistente de las instituciones. La jurisprudencia está ligada al lenguaje, sin embargo, desafortunadamente el nacionalismo aún tiene un papel aquí, mientras la presión de la Unión Europea no puede ayudar. Vivimos en una democracia inmadura. El hombre blanco heterosexual con poder sigue convencido de que el mundo es un juguete diseñado solamente para él. Veo un error importante el hecho de que no solo se subestima la importancia de la ley, pero también es la regla del comportamiento humano. Las personas respetan las leyes no porque lean la legislación sino porque se adhieren a los principios morales. No obstante, en Europa del Esta no es así.
Global Voices le pidió que desentrañara las raíces del sexismo:
Es el resultado de la creencia centenaria que las mujeres son personas de segunda clase. Los patrones patriarcales están encriptados en los propios huesos en los hombres y en las mujeres de Europa del Este. Muchos aún no entienden el significado de palabras como emancipación o feminismo. Todavía necesitamos repetir una y otra vez que los derechos humanos son para todos. Y que la lucha por los derechos humanos comienza en la cocina. Es necesario cambiar las leyes radicalmente, por ejemplo, la violación no tiene nada que ver con el sexo: es un delito de la magnitud del asesinato. En tiempos de guerra el cuerpo de la mujer se convierte en parte de la lucha, un arma de guerra, como vemos ahora en Ucrania. Para los hombres de Europa del Este la emancipación causa ansiedad, al igual que los judíos y los inmigrantes… después de 1989 (fin del comunismo en Europa Central), adoptamos los patrones civilizadores de la economía de mercado, pero nos olvidamos de eliminar la estructura patriarcal atrasada y oscura de la sociedad de Europa del Este. En general, los cambios crean ansiedad que se vuelve contra las mujeres y las minorías. Hay gran resistencia entre los hombres contra los pedidos de las mujeres por iguales derechos en el empleo, contra las mujeres que compiten con ellos por una posición clave en la sociedad. Solo las demandas por la igualdad pueden destruir esos prejuicios eternos que se disfrazan con referencias al estado “natural” de las cosas. Se pueden resumir en las siguientes declaraciones: las mujeres deberían conocer su lugar del orden de las relaciones sociales, en la que el hombre heterosexual tiene prioridad.
Global Voices le preguntó por qué la comunidad LGBTQ+ es frecuentemente instrumentalizada en los discursos políticos en la región. Según ella:
Porque es conveniente hacer la vista gorda a los problemas reales y en cambio lidiar con pseudoproblemas. Hay un patrón que se repite a lo largo de la historia de la humanidad: siempre que una sociedad se inclina hacia el autoritarismo o totalitarismo, inmediatamente se reducen primero los derechos de las mujeres y homosexuales. De esta manera se unen los conservadores y fuerzas burguesas pequeñas que inmediatamente blanden la religión. Estoy convencida de que la fe del mundo civilizado debería ser un asunto privado. Si se politiza se convierte en parte de lo político y del discurso del Estado, y resulta en un “infierno”. La vasta mayoría de religiones siempre incluyen un grupo de personas por defecto y la mayoría convierte a las mujeres y minorías sexuales en los llamados organismos de segunda categoría, dentro de los chivos expiatorios. Es una monstruosidad que no es parte del mundo civilizado. Siempre es fácil fomentar el odio hacia las personas vulnerables. En el pensamiento patriarcal el racismo, homofobia, transfobia, la humillación de las mujeres está en todas partes. El patriarcado nunca trajo nada bueno a este mundo y estamos teniendo dificultades para que ya no exista en este país. Sin embargo, tenemos que hacerlo, porque de lo contrario no sobreviviremos como humanidad. Las personas no han entendido que la democracia significa devolver la verdadera independencia, la dignidad innegable e inalienable a todos.
También tiene su propia visión en cuanto a si tener más mujeres funciones políticas de liderazgos puede hacer una diferencia en esta región:
No es sobre hombres contra mujeres, es cuestión de tener personalidades con integridad moral, independientemente de su género. Nos falta gente así en la política. Bastaría que siguieran la Carta de Derechos y Libertades Fundamentales de la Republica Checa. Todos deberían saberla de memoria. En cambio, volvemos una y otra vez a las supersticiones medievales, desinformación y delirios religiosos. El problema son las redes sociales, donde el odio se esparce fácilmente. Las figuras públicas, como uno de nuestros candidatos a presidente, que denigran a los grupos por su orientación sexual, también son parte del problema. Tales declaraciones deberían ser criminalizadas. Todos deben hacerse responsables de lo que dicen o escriben, cada palabra tiene poder grande y peligroso en el mundo actual, porque puede convertir a fanáticos inmaduros en asesinos. ¡Mentir nunca fue tan peligroso como hoy! Las palabras dañan y pueden matar. Cuando aparece una esvástica en la pared, usualmente hay una investigación. Debería aplicarse lo mismo con el odio hacia las personas por su orientación sexual, género o color de piel. El lenguaje es una herramienta para que los humanos coexistan. Las reglas del derecho y la moral se expresan en el lenguaje. Mentir debería estar penado, debería formar parte de la futura moral global.
Y parece ser que el mundo literario no es diferente de la sociedad convencional con respecto a la misoginia.
El modelo patriarcal domina el cien por ciento. Como escritora, tengo que ser X veces mejor para que me vean. Como si hubiese algún canon eterno de la literatura masculina, desde la que los hombres mirarían con desprecio a los cuerpos con vagina y se sorprendieran al descubrir que “esos cuerpos” son realmente inteligentes y tienen algo de talento. Podría escribir un libro completo sobre burlas y microsituaciones. El mundo estará bien en el momento en que palabras como racismo, sexismo, homofobia, transfobia desaparezcan del diccionario. Mi esperanza de vivir para ver esto, lamentablemente se ha evaporado, a la luz de lo que ha estado sucediendo en Europa del Este en los últimos años.
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Fotografía: global voices