Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 07/11/2016
¿Qué sucede cuando no se lee o se deja de hacerlo?
Leer es la actividad cerebral más saludable que todo ser humano debe realizar, pues mientras se lee, se activan los cinco sentidos que conocemos y se va más allá aún, pues mientras uno va leyendo, parte de nuestro cerebro empieza a activarse, permitiendo que toda la maquinaria cerebral se mantenga atenta esperando el momento de entrar en acción.
Se sabe que cada región del cerebro realiza un trabajo diferente y de manera coordinada hacen una labor única. Al ir leyendo se va realizando una serie de análisis, pudiendo llevarte la lectura a cambios de estado de ánimo; por ejemplo, cuando estamos leyendo un artículo relacionado con la actual situación político-económica por la cual atraviesa actualmente el estado de Veracruz, el cual de forma por demás grotesca ha sido robado, vapuleado y engañado últimamente con el teatro que arma el ejecutivo federal para continuar tomándole el pelo a la población con “la justicia” que dicen va a aplicarse en contra del peor y vulgar ladrón que el Revolucionario Institucional ha parido a lo largo de su existencia. Al ir leyendo toda esta ristra de mentiras emitidas por los actores políticos encargados de las políticas internas del país y darnos cuenta de la realidad, al estar el estado en bancarrota y no contar con recursos financieros ni para pagar la nómina de los empleados del gobierno y mucho menos pagar a todas aquellas empresas serias que en su momento le dieron fiados los materiales necesarios para no paralizar la obra pública y lo peor aún que sólo hayan pedido fiado y que los materiales no se sepa a donde fueron a parar, al ir haciendo conciencia de que este latrocinio nos ha afectado en el pasado, nos afecta actualmente y en el futuro también traerá sus consecuencias en el bienestar económico de nuestras familias, al darnos cuenta de nuestra triste realidad, pasamos de un estado de ánimo agradable al coraje y la indignación, al grado que por instantes nos convertimos en jueces y condenamos a todos esos políticos corruptos que nunca sirvieron al pueblo y solo ocuparon un lugar desde donde han podido robar a sus anchas.
Por el contrario, cuando en lugar de leer los diarios y nos refugiamos en las páginas de un buen libro, durante su lectura podemos navegar en diferentes estados de ánimo, desde la incertidumbre pasando por la tristeza, la pena, el dolor, podemos estar un rato enojados, preocupados y vivir una serie de emociones, las cuales son pasajeras conforme vayamos conociendo la trama y empecemos a vislumbrar el futuro de nuestro cuento o novela. Todos esos sentimientos internos afloran mientras vas avanzando en la lectura, ¡Claro! siempre y cuando esta lectura la esté realizando de manera placentera, porque si la está haciendo por compromiso solo conseguirá un terrible aburrimiento y al final no sabrá que imágenes vio, porque si no le entendió, entonces no leyó nada y solo vio una mancha tipográfica que en nada ayudó a su cerebro.
La lectura debe hacerse por placer y de esta manera usted podrá estar ejercitando su cerebro, en la medida que aprendamos a leer de verdad, desarrollaremos una “súper musculatura cerebral” poseeremos unas neuronas fortalecidas con un mayor entrenamiento al pensar, seremos poseedores de un mejor entendimiento y nuestro raciocinio logrará superar los estándares nacionales que en la actualidad se tipifican como mediocres y podremos salvar situaciones adversas más fácilmente sin llegar al estrés que hoy en día es causante de darle paso a un sinnúmero de enfermedades.
Leyendo constantemente podremos librarnos de muchas enfermedades, haciendo más saludable nuestro existir y en la medida que seamos mayoría, lograríamos pulverizar un régimen político causante de tantos daños a la sociedad y nuestras neuronas podrían darnos estabilidad emocional al saber que los líderes políticos estarían realizando el trabajo que a ellos les corresponde, pudiendo llegar a una perfecta armonía entre gobernantes y gobernados. Reflexionemos mientras llega el próximo café.