Por: Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: CORTOCIRCUITOS. 02/04/2020
We won’t return to normality,
because normality was the problem.
Dice nuestro amigo Mauro Jarquín que la Nueva Escuela Mexicana está en jaque y que la crisis económica provocada por el COVID 19 cuestionará su fundamento gerencial. ¡Bueno fuera!, decimos nosotrxs.
Desafortunadamente, hay razones para pensar que no es así; la capacidad homeostática del neoliberalismo parece infinita. Generalmente encuentra la manera de aprovechar desastres naturales, contingencias sanitarias, crisis económicas y debacles sociales, para beneficiar a los mismos de siempre. También es sumamente hábil para capturar las resistencias y sus demandas, incluyendo las magisteriales.
La inequidad en infraestructura, la sobrepoblación de alumnos por salón, la insuficiencia de insumos de higiene, de personal de salud y atención especializada en los planteles, dice nuestro querido Mauro, se han combinado históricamente, dando como resultado la desigualdad característica del sistema educativo nacional. En realidad, de todos es sabido que a las añejas desigualdades se ha sumado la sistemática disminución de los presupuestos públicos y el crecimiento de las transferencias de fondos públicos a instituciones privadas, lo que ha ocasionado las escandalosas desigualdades de nuestros días.
El deterioro progresivo de las escuelas públicas coincide con el período neoliberal; desde hace más de tres décadas dejó de invertirse en el mantenimiento de la infraestructura escolar, los recursos de todo tipo se redujeron. Ahí donde los había, fueron desapareciendo servicios y especialistas: médicos, trabajadores sociales, orientadores educativos, profesores de educación física o educación especial.
Los profesores frente a grupo han asumido paulatinamente el costo de los recortes, cumpliendo funciones de psicólogos, contadores, enfermeros, arquitectos, inspectores de seguridad, además de aquéllas para las que fueron contratados.
Si nos detenemos a revisar situaciones críticas ocurridas recientemente, como el caso de la niña Fátima o la agresión de un alumno que disparó a sus compañeros y maestra en una escuela de Monterrey, veremos que la respuesta común del sistema es responsabilizar a los docentes y de paso, aprovechar las circunstancias para acelerar procesos, instrumentar cambios, imponer medidas o afianzar proyectos. Esto es precisamente lo que está ocurriendo con la contingencia sanitaria; veamos cómo y por qué.
- Los hechos
A mediados de marzo, el secretario de educación anunció que debido a la pandemia, se adelantaban las vacaciones. Luego de la sorpresa de propios y extraños, corrigió: no son vacaciones, es una suspensión de actividades (La Razón, 15 de marzo de 2020).
Todo esto en medio del desorden y la confusión; los gobiernos de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Veracruz, Nuevo León y Tamaulipas, entre otros, adelantaron una semana la suspensión de clases (Expansión Política, 17 de marzo de 2020). Las autoridades educativas en los estados no se quedaron atrás en el envío de órdenes contradictorias, como lo muestra el siguiente testimonio de una directora en Nuevo León: “Los comunicados que emite la secretaría de forma emergente y contradiciendo sus propias indicaciones, propician que, el personal docente, entre en un estado de pánico…..Los más afectados somos los directivos, somos los únicos que estamos asumiendo la responsabilidad de tomar las riendas de nuestro barquito. Me parece ofensivo que me envíen información de última hora, qué me pidan estar al pendiente, que me cambien la información a cada minuto. Ni en big brother pasaba eso…. ¿Cómo es posible que la misma SENL promueva acciones que van en contra del distanciamiento social, promoviendo que padres, madres y niños acudan a las escuelas por “tarea”?” (A.M. 18 de marzo)
Llegó el día de la suspensión preventiva de actividades escolares. Aproximadamente 260 mil escuelas cerraron sus puertas; más de 36 millones de niñas, niños y jóvenes dejaron de ir a clases. Los primeros afectados fueron los padres, principalmente las madres que también son jefas de familia. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el INEGI en 2019, más de la mitad de la población en edad productiva, se dedica al comercio informal para subsistir. De modo que la inmensa mayoría de los mexicanos enfrenta una situación sumamente complicada: con trabajos precarios, sin derechos ni permisos, se ven obligados a buscar el sustento diario para subsistir, aunque haya pandemia.
Así las cosas, cumplir la indicación gubernamental de quedarse en casa es prácticamente imposible para millones de personas. Cerradas las escuelas, la única opción de muchas familias han sido los abuelos, pese a que los mayores de 65 años se encuentran dentro de los grupos de alto riesgo. Otros optaron por llevarse a sus hijos al trabajo, si es que sus jefes se los permitieron; algunos no tuvieron más remedio que dejarlos solos y encerrados, con todos los riesgos que eso implica (Roldán, 18 de marzo de 2020).
Tras anunciar la suspensión de clases, la SEP convocó a los profesores a realizar una sesión extraordinaria de Consejo Técnico para el lunes 23. EMB fue objeto de fuertes críticas por parte de los maestros, quienes interpretaron la acción como un mensaje de desdén; una maestra sintetizó así este sentir: “Hago de su conocimiento que la orden y decisión que usted tomó hacia los docentes, en llamarnos a CTE extraordinario del presente (mes), me parece (algo) TOTALMENTE INHUMANO E IRRESPONSABLE DE SU PARTE…” (Milla, 16 de marzo de 2020)
Quizá para minimizar las críticas, el youtuber favorito de la SEP, como le llaman algunos al secretario de educación, envió senda carta al magisterio: “Hoy tenemos (nótese el plural) la oportunidad de demostrar que las maestras y maestros son (aquí desaparece el plural) los grandes agentes de transformación del país y que en ustedes tenemos las mejores manos, las mentes más lúcidas y los corazones más generosos para cuidar de nuestra comunidad”. Después de una lista de peticiones relativas a la adopción de medidas de higiene, concluye la carta anunciando la creación de un programa para llevar la escuela a la casa, con el apoyo de la televisión y trabajo en línea (Profelandia, 18 de marzo de 2020)
- La escuela mexicana de hoy: entre el jornalero-digital, el homeschooling y el home office
La oportunidad la pintan calva, dice el dicho. El 23 de marzo, primer día de suspensión de clases, se presentó en sociedad el prometido programa Aprende en casa. Para quienes no cuentan con internet, la SEP aseguró que los contenidos serían accesibles a través del canal 22 y 11 de televisión abierta (Reporte Índigo, 23 de marzo de 2020)
Días después el paquete quedó completo: EMB anunció el lanzamiento de un programa de actualización y capacitación docente en línea, pues la realidad “demanda modificar saberes, hábitos, expectativas, exige que todos los actores del sistema estén al día en el enfoque pedagógico” (Nación, 28 de marzo de 2020). Según el funcionario, se pretende fortalecer la formación profesional de las maestras y maestros, así como su labor en el aula. De manera que a partir del lunes 30 de marzo, justo el día que se anunció la prolongación de la suspensión de clases hasta el 30 de abril en lugar del 20, los docentes comenzaron a tener acceso a cursos y diplomados sobre estrategias digitales de aprendizaje y gestión de ambientes virtuales de aprendizaje, entre otros temas.
Resulta interesante observar cómo funciona la racionalidad neoliberal. Probablemente la SEP tenía previsto lanzar este tipo de programas más adelante, como parte de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). Pero el coronavirus vino a facilitar la introducción de tres estrategias de intervención educativa articuladas entre sí: la incorporación del profesorado a la capacitación digital; la introducción masiva en los hogares mexicanos de una modalidad de homeschooling[1]; la socialización de niñas, jóvenes y adultos en el home office. Todo esto cargando a la empobrecida población el costo de la energía eléctrica, el equipo de cómputo, el servicio de internet, invadiendo el tiempo y el espacio personal.
De este modo, un acontecimiento de dimensiones y consecuencias dantescas, como es el contagio de un virus, está siendo bien aprovechado por el sistema para profundizar una reforma educativa que, no se nos olvide, mantiene el 80% de la anterior, como festinó el PRI hace un año, en voz de la diputada Cynthia López Castro. Entonces no hay que irse con la finta; la misma CNTE sabe bien que no hubo tal cancelación de la reforma educativa neoliberal.
- ¿Qué escuela después del COVID 19?
La pandemia desnudó la fragilidad de los sistemas de salud pública en todo el mundo, resultado de su desmantelamiento sistemático; poco a poco se nos fue arrinconando, obligándonos a recurrir a los servicios privados. La situación en que se encuentra el trabajo, los salarios, la alimentación, la vivienda y por supuesto, la educación que recibe la mayor parte de la población, es la misma. En este momento, la humanidad se debate entre proteger la vida o las ganancias del capital.
Frente a este sombrío panorama, parece oportuno preguntarnos qué sucederá después de la pandemia. ¿A qué escuela queremos que vuelvan nuestras hijas e hijos, regresen alumnas, alumnos y profesores? ¿Es opción volver a la rutina, a la monotonía de la eterna gramática escolar (timbre de entrada, clase, recreo, más clase, salida, tareas en casa; pasar lista, dictar contenidos, dejar tareas, aplicar pruebas, llenar formatos), sin reparar en que la vida ya no es igual? ¿Regresar sin siquiera darnos la oportunidad de escucharnos, sentirnos o discutir lo que la pandemia nos arrebató, lo que cambió y lo que aprendimos? Parecen preguntas simples; las respuestas no son sencillas, mucho menos llevarlas a la práctica.
Por lo pronto, vislumbramos dos caminos posibles. Uno es el de la normalidad, es decir, el de la continuidad neoliberal de la NEM con la que sueña el secretario de educación de la 4T, que como ya vimos, hará todo lo posible porque así sea. El otro es el del rechazo a esa normalidad, para aventurarnos en construir algo nuevo.
El primer camino implica continuar por la senda de la devastación por la que venimos transitando desde hace más de treinta años. Esta ruta tiene, en el corto plazo, tres posibles derivaciones:
- Una aceptación acrítica de la virtualización educativa, sin reparar en la profundización de las desigualdades educativas que conlleva. A la postre, esto podría llevar a la extinción de la escuela pública como la hemos conocido hasta ahora.
- El crecimiento del homeschooling, un movimiento conservador que hasta ahora ha sido relativamente pequeño en México. De extenderse e institucionalizarse este movimiento, echaría por tierra décadas de lucha colectiva por una escuela gratuita, obligatoria y laica.
- Uberización de la educación y particularmente del trabajo docente. La precariedad estructural que la reforma de EPN legó al magisterio, encontraría una nueva brecha de profundización. La expansión de las modalidades educativas en línea, podría convertir a los profesores en lo que la OIT llama jornaleros digitales (cognitarios), en referencia a las personas sobre-explotadas en plataformas virtuales, que trabajan a destajo a cambio de un miserable pago.
El otro camino es más duro, a la vez que esperanzador, es el de la búsqueda de una vida digna. Para empezar, el día uno de clases después del COVID19, no debiera ser igual a ningún otro, simplemente y sencillamente porque ya nada será igual. No todos volverán, otros habrán perdido familiares, amigos o conocidos; muchos más habrán enfermado o vieron a sus seres queridos enfermarse; millones habrán perdido el trabajo y junto con eso, las ganas de vivir.
Este segundo camino implica desear y poner en juego toda nuestra potencia creativa para forjar una VIDA DIGNA. Salud, vivienda, educación, trabajo e ingresos dignos, reivindicando derechos sociales fundamentales que el neoliberalismo nos ha arrebatado.
Nos parece que estos son los asuntos que debiéramos estar discutiendo en casa, con los chicos, entre los maestros, con los padres, en las familias. Alimentar nuestra mermada capacidad de razonar y sentir para rebelarnos, en lugar de facilitarle al sistema con nuestro silencio, complicidad o indiferencia, una tersa transición hacia la uberización de la educación, el home office y el home work, variantes todas ellas de una autoregulación suicida que si nos mata, nos convertirá en zombis.
Es tiempo de decir NO a la normalidad de la indiferencia, la insolidaridad y el individualismo a ultranza. Si algo nos han enseñado las jóvenes que luchan contra el acoso, los jóvenes de la primera línea de la resistencia chilena y las mujeres del movimiento feminista, es precisamente eso: la normalidad de la barbarie neoliberal es el verdadero problema.
Referencias
Contra Réplica (28 de marzo de 2020) Lanza SEP capacitación en competencias digitales. Recuperado de: https://www.contrareplica.mx/nota-Lanza-SEP-capacitacion-en-competencias-digitales-para-docentes202028334.
Expansión Política (17 de marzo de 2020) Por coronavirus, al menos 10 estados adelantan la suspensión de clases. Recuperado de: https://politica.expansion.mx/estados/2020/03/17/estados-adelantan-suspension-de-clases
García, A. K. (febrero de 2019) Precariedad laboral en plataformas está creando jornaleros digitales. Recuperado de: https://factorcapitalhumano.com/innovacion-y-tecnologia/precariedad-laboral-en-plataformas-esta-creando-jornaleros-digitales-oit/2019/02/
Milla, F. (16 de marzo de 2020) Recrimina maestra jubilada de Chihuahua a Esteban Moctezuma. Recuperado de: https://elpuntero.com.mx/inicio/2020/03/16/recrimina-maestra-jubilada-de-chihuahua-a-esteban-moctezuma-via-correo-su-trato-totalmente-inhumano-e-irresponsable-al-magisterio-en-la-suspension-por-el-coronavirus/
Profelandia (18 de marzo de 2020) Carta de Esteban Moctezuma a las maestras y maestros. Recuperado de: https://profelandia.com/carta-de-esteban-moctezuma-a-las-maestras-y-maestros/
Reporte Índigo (23 de marzo de 2020) Todo sobre el programa Aprende en Casa de la SEP para alumnos en cuarentena. Recuperado de: https://www.reporteindigo.com/reporte/todo-lo-que-tienes-que-saber-del-programa-aprende-en-casa-de-la-sep-para-alumnos-en-cuarentena/
Roldán, N. (18 de marzo de 2020) COVID 19: Ante suspensión de clases, padres llevan a niños a su trabajo o los encargan con los abuelos. Recuperado de: https://www.animalpolitico.com/2020/03/clases-covid-coronavirus-padres-hijos-abuelos/
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[1] El homescholling o escolarización en casa, es un movimiento global que abarca un amplio espectro de posturas ideológicas y políticas, así como un extenso abanico de creencias y prácticas religiosas. Su origen se remonta a los años sesenta, como parte del movimiento de desescolarización encabezado por Iván Ilich, autor de La Sociedad Desescolarizada. Veinte años después, un movimiento originalmente contestatario, se transforma en otro de corte neoconservador. Ha logrado propagarse a escala internacional, respaldado y fortalecido por partidos, instituciones y líderes religiosos.