Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann. 02/06/2018
Ha pasado un tercio de las campañas electorales y el debate sobre los diversos asuntos que marcan la vida política de la sociedad se encuentra en plena efervescencia. Mientras tanto, se debate el rumbo de la vida del país a costa de las experiencias y resultados de las acciones emprendidas desde el gobierno federal.
En mucho, la definición de temas en derredor de las campañas se ha ido decantando principalmente hacia los temas de seguridad, pobreza y corrupción sin embargo el tema educativo comienza a abrir camino en quienes aspiran a la presidencia.
En mucho se habla de la continuidad o no de la llamada reforma educativa, y se habla como si todo fuera una sola temática y se polarizan las opiniones en donde para defenderla, ciertos grupos empresariales, así como el actual gobierno federal, centran la base de su argumentación colocando a la niñez por delante, como si todo fuera el nuevo modelo educativo. No es así, puesto que fue lo último que importó, al ser lo que apenas se va a implementar, cuando incluso este gobierno ya no tenga el control del sistema educativo nacional.
Desde el planteamiento mismo de la reforma, fue incesante el llamado que el propio presidente Peña Nieto, así como los secretarios del Ramo Chuayfett, Nuño y Granados al expresar que los derechos del magisterio se encuentran a salvo y sin ninguna modificación, dejando en la población la noción de que el magisterio solo está en contra de los niños y niñas de México. No hay mentira más dañina ni terrible para polarizar las opiniones de la sociedad.
De tiempo para acá, un amplio sector magisterial hemos señalado situaciones que tienen que ver con el problema de la modificación del estatus laboral, la certeza en el trabajo, las prestaciones e incluso, la forma en que nos encontramos en la legislación.
En el caso de Chihuahua, cuando se abordó la problemática de adeudos de más de 8 meses, el propio secretario de gobernación afirmó que “en el caso del magisterio no aplica la Ley Federal del Trabajo”, lo cual deja el gremio en una indefinición y desamparo total, así como a las futuras generaciones.
No solo es pertinente, sino urgente, que la sociedad entera, así como quienes aspiren a dirigir la nación se den cuenta de la problemática y preocupaciones que aquejan al gremio, y poniendo por delante los años de trabajo dedicados en pleno a la niñez mexicana.
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Fotografía: México Nueva Era