Por: Marcelino Guerra Mendoza; Lucía Rivera Ferreiro; Roberto González Villarreal. Columna: CORTOCIRCUITOS
Ya lo había anunciado López Obrador en su conferencia matutina el jueves 3 de junio: la secretaria de educación se reuniría con la dirigencia magisterial para ponerse de acuerdo en el regreso a clases presenciales. Aseguró que el regreso a clases presenciales “será cuando exista el semáforo epidemiológico en color verde, además de que no es obligatorio” (SEP afina detalles para el regreso a clases presenciales: AMLO).
En efecto, el SNTE y la SEP emitieron un comunicado conjunto sobre las medidas para el regreso a clases. Nada nuevo bajo el sol, la operación regreso a clases presenciales va; un día después de las elecciones se reanudan, dijeron los firmantes. La lógica es la misma de todo el periodo de la contingencia sanitaria, no se presta atención a lo que implica la circulación, traslado y reunión de varias personas en un mismo lugar en la propagación del virus de la COVID-19.
Las elecciones son al parecer, más importantes que los contagios en la población; las votaciones congregaron a una cantidad importante de personas que se trasladaron por distintos medios a las casillas, ya sea para instalarlas o para votar. En 5 a 8 días estaremos en posibilidad de verificar si los casos de contagio se elevan.
Estas preocupaciones se encuentran al margen de los acuerdos a los que llegaron SEP y SNTE, centrados en el estar en la escuela, no en el llegar a ella. Pretenden administrar el regreso a clases presenciales como si los estudiantes, sus familias y maestras vivieran en la escuela o muy cerca de ella. La realidad es que para amplios sectores de la población, en especial para quienes viven en megalópolis como la Ciudad de México, llegar a la escuela representa una auténtica travesía en cuanto a distancia y medios de transporte se refiere. La poca o nula atención que se tiene a la circulación en el comunicado conjunto se centra en las medidas, supuestamente, de seguridad para entrar y permanecer en la escuela durante la jornada presencial que se dice será voluntario, ordenado y gradual.
Del mismo modo, se plantea que no será obligatorio adquirir material escolar adicional al que ya utilizan en sus hogares niñas, niños, adolescentes y jóvenes, además, no se exigirá el uso de uniformes escolares. El regreso a las aulas se plantea, conforme a las “tres V”: voluntario, vacunados y verde. No se obligará a acudir a las escuelas a ningún estudiante, docente ni trabajador administrativo o de apoyo del Sistema Educativo Nacional. Pero las maestras y maestros serán quienes apliquen los protocolos establecidos por la Secretaría de Salud para el ingreso y permanencia en la escuela (En comunicado conjunto, acuerdan SEP y SNTE medidas para el regreso seguro a clases)
El comunicado se enfoca en la escuela, sus recursos y los protocolos de atención que deben seguirse sin considerar la realidad concreta de las escuelas, como si las pésimas condiciones de la infraestructura escolar no fuera un problema preexistente a la pandemia que se agudizó con la emergencia sanitaria. Pero eso sí, los estudiantes acudirán a la escuela siempre y cuando exista de por medio una carta responsiva a la que hemos nombrado PIN SANITARIO, porque son las madres o padres de familia los responsables de llevar a sus hijos a la escuela en buen estado de salud. Si llega a suceder algún contagio, serán ellos mismos quienes deberán hacerse cargo de los cuidados y demás atenciones necesarias, que pueden ir desde el aislamiento hasta la posible hospitalización si se presentan complicaciones que la requieran. Ya con la responsiva firmada por parte de las madres, padres de familia o tutores, entonces sí, comenzarán a aplicarse los protocolos de salud, establecidos desde la secretaria de salud y administrados por las autoridades de la escuela, maestras y comités de participación y salud.
La terquedad gubernamental en el regreso, a escasas cuatro semanas de que concluya el ciclo escolar, se ha convertido en una operación gubernamental en toda línea que se encuentra en proceso de institucionalización acelerada. Veamos por qué.
El pasado 21 de abril, la SEP dio a conocer su Estrategia Nacional para el regreso seguro a clases presenciales en las escuelas de educación básica. En dicho documento, se proponen los principios y las acciones para reabrir las escuelas de forma gradual y escalonada con base en el comportamiento del semáforo de Riesgo Epidémico. El propósito de dicha estrategia, es contribuir a orientar las acciones que las autoridades educativas estatales han planeado para garantizar las mejores condiciones para el regreso de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) a las aulas, y dar respuesta a la necesidad de asegurar un regreso a clases de toda la comunidad educativa, en condiciones de higiene y salud.
Su aplicación es nacional, se compone de nueve intervenciones y cinco momentos clave:
Intervenciones: comités participativos de salud escolar; acceso a agua y jabón; cuidado de maestras y maestros en grupos de riesgo; cubrebocas o pañuelo obligatorio; sana distancia, maximizar espacios abiertos, suspensión de cualquier tipo de ceremonias o reuniones; detección temprana y apoyo socioemocional. Momentos clave: preparativos, días previos al inicio, primer día de clases, primera semana de clases y resto del ciclo escolar.
El sustento normativo es el Artículo 11 de la Ley General de la Educación publicada en el diario oficial el 30 de septiembre de 2019, el cual plantea lo siguiente: El Estado, a través de la nueva escuela mexicana, buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.”
Se recurre también a los propósitos de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) planteados en el Capítulo III, Articulo 16 de la Ley General de Educación: la educación será democrática; nacional; humanista; promoverá el respeto; inculcará los conceptos y principios de las ciencias ambientales, el desarrollo sostenible, la prevención y combate a los efectos del cambio climático; equitativa; inclusiva; intercultural; integral y de excelencia. Se mencionan también los Artículos 17 y 18 de la Orientación Integral de la educación de la NEM.
Como hemos argumentado en diferentes Cortocircuitos y expuesto con detalle en el texto La continuidad neoliberal, estas disposiciones normativas, y en general la reforma educativa de la cuarta transformación, continúa, mantiene y profundiza la racionalidad neoliberal cimentada por la reforma anterior. Son también el sustento de una estrategia de regreso a clases presenciales que se fue institucionalizando gradual y progresivamente, sin descarrilar ni moverse un ápice de la continuidad neoliberal. Se pretende reanudar la escolarización presencial en el punto en que se quedó, como si en catorce meses no hubiese ocurrido nada.
En esta misma lógica, con base en los mismos fundamentos normativos, el pasado 27 de mayo pasado se dieron a conocer las Orientaciones sobre el regreso a la escuela durante el ciclo escolar 2020-2021, donde se establece que para el regreso a clases es fundamental la participación y el compromiso de todas y todos; se conmina a directivos y docentes a promover las acciones necesarias y a trabajar en conjunto con personal de apoyo a la educación, familias y todos los que integramos la comunidad educativa. Es decir, el Estado dispone y las comunidades escolares aplican y operan con base en las normas, y reglas establecidas por las autoridades educativas de la SEP.
Las Orientaciones Operativas que propone la Autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México (AEFCM) son: tequios de limpieza; consulta a familias sobre el regreso a la escuela el 7 de junio; Consejo Técnico Escolar (CTE) sesión extraordinaria el 31 de mayo; la apertura de las escuelas; comités participativos de salud escolar (CPSE); medidas de prevención; asistencia y formación de grupos; uniforme y útiles; regreso voluntario; organización del tiempo y del espacio escolar.
También propone Orientaciones Pedagógicas entre las que destaca el regreso presencial para cerrar el ciclo escolar y realizar la evaluación del tercer periodo de manera justa, equitativa y solidaria. Tomando como referencia el Acuerdo Secretarial 26/12/20 relativo a la reincorporación de quienes estén en riesgo de deserción, justifica el regreso para atender a la población más vulnerable, a quienes han tenido el mayor impacto negativo en el logro educativo; propone realizar el reforzamiento de los conocimientos, pero sobre todo iniciar el camino a la resiliencia -tan llevada y traída, junto con la empatía– y sentar las bases para el próximo ciclo escolar.
Al día siguiente de que la AEFCM diera a conocer al magisterio de la Ciudad de México sus Consideraciones, la SEP federal difundió catorce Consideraciones generales para formalizar el regreso voluntario a clases presenciales. Con un título tan original, ya podemos imaginar el contenido: reiteración machacona expuesta en ocho cuartillas, de las mismas bases normativas contenidas en los documentos antes comentados: rectoría del Estado en la educación, derecho a la educación, máximo logro de aprendizaje, excelencia, desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes…..
En lo que constituye una especie de exposición de motivos (Consideración I), la SEP plantea que para continuar con el servicio público educativo, en el marco de lo indicado por las autoridades sanitarias y, con ello, privilegiar la vida y beneficiar a la comunidad escolar, así como detectar y dar atención a los casos de abandono escolar, el objeto de sus Consideraciones es: regular acciones específicas y extraordinarias para conocer el avance de los educandos durante el ciclo escolar 20- 21 mediante una valoración diagnóstica; establecer un período extraordinario de recuperación y generar un plan de atención en aquellos casos que resulte necesario y así continuar dando cumplimiento los planes y programas de estudio para el tipo de educación básica y Normal.
No podían faltar las nueve intervenciones establecidas en la Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales en las Escuelas de Educación Básica: comités participativos de salud escolar; acceso a agua y jabón; cuidado de maestras y maestros en grupos de riesgo; firma de carta responsiva por parte de padres o tutores; cubrebocas o pañuelo obligatorio; sana distancia, maximizar espacios abiertos, suspensión de cualquier tipo de ceremonias o reuniones; detección temprana y apoyo socioemocional a estudiantes y docentes.
También se sugieren criterios y modalidades para brindar el servicio público educativo presencial: lunes y miércoles asistirá la mitad del grupo de conformidad con el numero de educandos inscritos en la escuela. Mientras que la otra mitad asistirá martes y jueves y los viernes se dedicará a cursos extraordinarios de recuperación conforme planes de Atención al rezago educativo.
En la consideración VI, se plantea que los educandos cuyos padres, madres o tutores, de forma voluntaria opten por renunciar al servicio presencial, serán incorporados a un programa de renivelación, el cual funcionará conforme a las normas de control escolar que emita la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación de Estudios. Dicho programa tendrá por objeto valorar los conocimientos del educando durante todo el periodo que se abstuvo de asistir a clase presencial, para que a su regreso al ciclo escolar que corresponda, sea incorporado al nivel o grado pertinente, conforme a sus conocimientos y aprendizajes obtenidos. En esta misma consideración, se establece que, “en ningún caso, podrá frenarse el transito educativo de grado o nivel en educación básica respecto de aquellos educandos que cursaron el ciclo escolar 2020- 2021 al 2022” (p. 6) ¿A qué juega la SEP?, ¿cuál es el sentido de un programa de renivelación, cuando al mismo tiempo y de modo tajante, determina que no puede frenarse el avance de un grado a otro? A estas alturas, lo mínimo que habría que exigirle a la SEP son acciones claras. En lugar de eso, recurre a la reiteración de medidas anunciadas hace un año, al tiempo que mantiene en la ambigüedad la aplicación de medidas pedagógicas para resarcir el rezago y atender las desigualdades.
Estas últimas consideraciones amarran con broche de oro los acuerdos firmados entre el SNTE y la SEP, porque en ellas se encuentran expresadas las formas jurídicas, normatividades y reglas del juego que, aunque se dicen voluntarias constituyen los instrumentos de presión para hacerlos ver como de decisión de las madres, padres o tutores cuando se han visto presionados por las autoridades escolares y maestras para acceder a firmar el PIN SANITARIO. De ese modo, la responsabilidad de la salud y vida de sus hijas corra a cargo de ellas. Esta carta responsiva firmada por las madres por tal presión no es algo voluntario sino de manera real una imposición que emana de acuerdos entre autoridades educativas y sindicales pero mediadas y transmitidas por supervisores, directoras y docentes. Situación que pone en vilo a las madres, padres o tutores para la toma de decisión en cuanto a la seguridad, salud y vida de sus hijas.
Es necesario dejar en claro que la decisión de las madres, padres o tutores, solamente, tiene que ver con su autorización mediante la firma de una carta responsiva para que sus hijas asistan a clases presenciales y corresponderá a las madres, padres o tutores y solo a ellos el cuidado y atención de las niñas, niños y adolescentes si en su traslado y permanencia en la escuela y aula llegan a contagiarse. Sin considerar si los NNA son transmisores del virus en sus hogares a sus familiares. Por su parte, las docentes y docentes tendrán que operar lo establecido en la Estrategia Nacional, sus Orientaciones Generales y las Consideraciones Generales para Formalizar el Regreso Voluntario a Clases Presenciales en el Ciclo Escolar 2020 -2021 y firmado en los acuerdos entre la autoridad educativa y el SNTE.
Ante la institucionalización de la Operación regreso a clases presenciales , nuestra postura es la siguiente:
- Las “Consideraciones” de las autoridades educativas, no guardan correspondencia con la realidad; por lo mismo, son planteamientos que ponen en riesgo la salud y vida. Frente a este embate, decir NO AL REGRESO A CLASES PRESENCIALES PARA CONCLUIR EL CICLO ESCOLAR 2020 -2021 HASTA QUE EL 80% DE LA POBLACIÓN ESTÉ VACUNADA, es un modo de decir SI a la vida.
- La SEP pretende que los padres firmen cartas responsivas para el regreso a clases, cuando la responsabilidad de un regreso seguro a clases presenciales con un mínimo de certeza le corresponde en primer lugar al Estado, representado por las autoridades educativas federales, estatales y municipales. El artículo 3° constitucional dice claramente que la rectoría de la educación la tiene el Estado, en él recae la responsabilidad de garantizar el derecho a la misma, al igual que a la salud. ¡NO AL PIN SANITARIO!
- En todas las disposiciones, orientaciones y consideraciones generales para un regreso a clases presenciales se trae a cuentas el rezago educativo de los estudiantes durante la pandemia, pero brilla por su ausencia la evaluación del programa Aprende en Casa, mediante el cual se otorgaron recursos públicos a las televisoras privadas. ¿Qué fue lo que pasó con esos recursos públicos entregados en bandeja de plata a las empresas televisivas?, ¿por qué Aprende en Casa no contuvo el rezago educativo?, ¿qué logró y qué no?
- En cuanto a la evaluación diagnóstica para determinar el nivel de logro de los aprendizajes de los estudiantes, se pasa por alto que tanto las maestras como a los estudiantes y sus madres, fueron sometidos a una intensificación de tareas escolares y exigencias diversas. Las Consideraciones oficiales pasan por alto o cuando menos minimizan estos esfuerzos, como si el trabajo en casa, las clases remotas y demás estrategias sostenidas gracias al esfuerzo y recursos aportados por las comunidades escolares hubiesen sido un mero entretenimiento, por lo tanto, carecen de valor. El mensaje pareciera ser: los únicos aprendizajes reconocidos son los esperados, es decir, los Aprendizajes Clave del Modelo Educativo 2017, el de la reforma de Peña Nieto, que es el vigente; la única forma de establecer si se han conseguido es mediante pruebas estandarizadas, ¡y a la OCDE le urge aplicar PISA!. Es preciso decir NO A UN REGRESO A CLASES PRESENCIALES PARA REALIZAR UNA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA, con mayor razón cuandola SEP ha dicho -y desde hace tiempo es un secreto a voces- queningún estudiante reprobará el ciclo o nivel escolar.
- Ni qué decir de las excesivas responsabilidades depositadas en las directoras y maestras; en ellas recae la aplicación de los protocolos establecidos por la secretaría de salud, junto con los comités de participación y de salud escolar. Pero también hacerse cargo del cuidado y mantenimiento de las escuelas, así como del abastecimiento de todos los enseres necesarios para la protección de los estudiantes y de reparar una infraestructura escolar de por sí dañada desde antes de la pandemia; con la emergencia sanitaria el problema se agudizó, por lo que raya en el abuso pretender que sean las comunidades escolares las que se hagan cargo de reparaciones mayores, cuando durante más de un año han cargado con el costo de las clases a distancia, vía remota o internet. Es tiempo de decir NO A UNA CORRESPONSABILIDAD QUE IMPLICA LA ACEPTACIÓN DE UN ESTADO OMISO EN EL CUMPLIMIENTO DE SU RESPONSABILIDAD DIRECTA COMO GARANTE DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN.
Afortunadamente, las normas, orientaciones, consideraciones y disposiciones gubernamentales se topan con los pensamientos, sentimientos y acciones compartidas de quienes forman parte y dan vida a las instituciones. De ahí la relevancia de reflexionar y analizar críticamente la progresiva institucionalización de un regreso a todas luces forzado. Cada día son más las comunidades escolares que le apuestan a una respuesta colectiva frente a la imposición de decisiones que desvían la atención de un problema de salud pública, al terreno de la responsabilidad individual.
¡NO AL REGRESO A CLASES PRESENCIALES PARA EL CICLO 2020 – 2021!
¡PREPAREMOS EL POSIBLE REGRESO PARA EL CICLO 2021 – 2022!