Por: Patricio Zamorano. pressenza. 06/05/2020
Los días transcurridos desde la fallida operación ilegal de infiltración paramilitar a Venezuela de un grupo de mercenarios estadounidenses y venezolanos han ayudado a esclarecer detalles claves de una historia impresionantemente reveladora sobre el interior de las dinámicas de una oposición fracturada, de baja moral y corrupta financieramente. Según una gran cantidad de información revelada por el propio ex militar de EEUU Jordan Goudreau contratado para la operación bautizada “Gedeón”, Juan Guaidó personalmente junto a los asesores Sergio Vergara, Juan José Rendón y con la asesoría del abogado Manuel Retureta, firmaron un plan de servicios para lanzar la operación paramilitar.
Entre el pasado domingo 3 y lunes 4 de mayo fueron capturados con ayuda de la comunidad de pescadores, una docena de paramilitares, entre ellos desertores de las fuerzas armadas y la policía venezolanas, junto a ex militares estadounidenses, en las zonas costeras de la Guaira y Chuao[1]. Ocho mercenarios fueron abatidos por las fuerzas de seguridad[2].
Toda la evidencia existente hace imposible que Guaidó y sus asesores puedan negar el contrato de estos servicios. Hay copias del documento de 8 páginas (bajo el nombre de “Acuerdo de Servicios Generales” o “General Services Agreement” en inglés) circulando ampliamente en internet[3], y una conversación telefónica del opositor grabada mientras firmaba el documento[4].
Un contrato millonario
El contratista estadounidense Jordan Goudreau, dueño de la empresa de Florida Silvercorp USA Inc, de un par de años de vida, está revelando todos los antecedentes por la simple razón de que Guaidó nunca cumplió con el pago del dinero comprometido, incluyendo una garantía mínima de $1.5 millones de dólares. Solo habría recibido 50 mil dólares[5] a través de Rendón.
Goudreau es un ex militar de EEUU, de origen canadiense, con experiencia de combate en Iraq y Afganistán. Según su sitio web, simple y centrado en su imagen personal, “Jordan Goudreau ha planeado y liderado equipos de seguridad internacional para el Presidente de Estados Unidos al igual que el Secretario de Defensa”.[6] Esta frase es una hipérbole de su relación de amistad con Keith Schiller, según informa AP[7], quien por años era jefe de seguridad y guardaespaldas de Trump. Muchas entrevistas realizadas por AP a personas cercanas al mercenario sugieren que Goudreau es ingenuo políticamente, impulsivo y con delirios de grandeza.
Todos los detalles, a la luz pública
Por todo lo que ha revelado Goudreau extensamente en entrevistas en video, queda en evidencia que tras el fracaso de una operación que hasta ahora mostró un gran nivel de incompetencia y la muerte de varios mercenarios, el ex militar se apresuró a revelar todos los detalles a la prensa mundial para redirigir su responsabilidad al equipo de Guaidó. Deja claro que su denuncia pública se basa en el incumplimiento del pago de sus honorarios y que no tiene obligación de guardar confidencialidad pues “en este momento el contrato ha sido completamente fracturado y nada ha sido cumplido por el lado de la oposición (…) He hecho todo lo que el contrato estipula”, expresó.[8]
El contrato de fondo tiene más de 70 páginas, según informó Goudreau. El Acuerdo General de Servicios, más corto, compromete más de 200 millones de dólares para los servicios de Silvercorp[9] para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Según el contratista, el dinero proviene de los cuantiosos fondos que EEUU ha confiscado ilegalmente a la petrolera Citgo, cuyo patrimonio es del Estado venezolano, y que ha sido transferido a las arcas de Guaidó[10]. Goudreau también citó el TIAR como base de apoyo a la operación, tratado que la oposición venezolana intentó activar infructuosamente desde la OEA para organizar acciones militares contra Venezuela[11].
El mercenario Goudreau critica la moralidad de Guaidó
El mercenario también cita razones morales para denunciar a Guaidó:
“Ellos nos hicieron daño más que ayudarnos. Al principio dijeron que iban a ayudarnos. Tienes estos tipos con acceso a millones de dólares. Se les entregó 90 millones de dólares, de los cuales 9 millones fueron destinados a defensa. Mira, ellos van a negar todo esto. Sabían que habían hombres en la frontera. Tienes a 60 venezolanos que estaban hambrientos, entrenando, pensando en la liberación, y fueron y lo hicieron. Mientas tanto, tu gobierno de oposición está ganando millones de dólares. Pienso que ahí hay un problema”. Frente a la pregunta sobre por qué cree que Guaidó quitó el apoyo al ataque, señaló que “pienso que hay mucho dinero involucrado en este momento. Cuando la gente está ganando dinero, están cómodos. No creo que haya un incentivo real para liberar”[12] al país.
Crítica contra Guaidó crece dentro de la oposición
Pese a todas las evidencias, especialmente las denuncias de no pago del propio contratista y la aparente firma de Guaidó en el contrato de servicios, el autodeclarado presidente de Venezuela se apresuró a negar que tenga algo que ver con la operación paramilitar[13].
El efecto de todas estas revelaciones es doble. Primero, confirma las denuncias constantes de los últimos años del gobierno de Nicolás Maduro sobre la existencia de una amenaza paramilitar real, desde suelo colombiano[14]. Segundo, abre una gran fisura de críticas de muchos sectores opositores, especialmente en EEUU, que están atacando duramente a Guaidó por haber abandonado a esta unidad de ex militares venezolanos[15]. La propia periodista que entrevistó en video al mercenario Goudreau, Patricia Poleo, que es antichavista, está siendo duramente cuestionada por los elementos más extremistas de los opositores de EEUU[16].
Las críticas y el escándalo son familiares. Este caso es similar al abandono a decenas de militares venezolanos desertores en Colombia, algunos con sus familias, tras el frustrado montaje de “ayuda humanitaria” que se intentó en febrero de 2019 en la frontera colombo-venezolana. En esa ocasión salió a la opinión pública, ratificado por los propios servicios de inteligencia de Colombia, de cómo el equipo de Guaidó robó cientos de miles de dólares de dineros recolectados para la campaña, dejando abandonados en hoteles, sin pagar, a todos estos soldados venezolanos que desertaron bajo inspiración de la oposición[17].
Los opositores claramente están dispuestos a usar la violencia paramilitar
Todo este caso demuestra varios temas fundamentales. Que Guaidó está administrando grandes sumas de dinero, cuyos resultados en el ataque constante al gobierno venezolano son limitados, y que no han logrado romper la unidad de cuerpo castrense. Que financia actividades privadas semi-clandestinas que hasta ahora también no muestran resultados. Y que está dispuesto a contratar fuerzas mercenarias para organizar ataques pseudo-militares que ponen en riesgo la vida de los propios participantes y civiles en Colombia y Venezuela.
Mientras las fuerzas de oposición moderada continúan sus conversaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, una facción dura aislada continúa con sus esfuerzos para apoyar las sanciones de EEUU, validar la intervención extranjera y los ataques paramilitares.
Además, queda claro que existe un gran factor de incompetencia y baja moral entre la oposición extremista venezolana que, en el caso del equipo de Guaidó, por algún motivo aún desconocido decide abandonar el ataque de este grupo de mercenarios. El caso recuerda a muchas otras operaciones en la historia del intervencionismo estadounidenses en América Latina, cuando grupos de mercenarios han sido abandonados en el último minuto debido a consideraciones de pragmatismo político, cálculo militar realista que predice el fracaso del esfuerzo, por escándalos de dinero o simple incompetencia militar.
Dejar tantas pistas claras: ingenuidad operativa y el fin de Guaidó
Todos los escándalos recientes que involucran a Guaidó demuestran una fisura importante en el apoyo opositor a su figura. Es clara la decepción por la falta de resultados, y todos los cientos de millones de dólares que el gobierno de EEUU ha puesto al servicio de un gobierno fantasma no han dado los resultados esperados. Demuestra también la inmadurez política e incompetencia de Guaidó, dejando pistas tan comprometedores como un contrato de servicios de mercenarios firmado de su puño y letra, en una oficina de abogados que no puede desdecir documentación legal.
No cabe duda que este hecho marca el principio del fin de la influencia de Guaidó al frente de la oposición venezolana. El ataque paramilitar, sin fondos, mal preparado, llenos de errores, dejó un costo en vidas humanas, alrededor de 8 militares fallecidos, muchos jóvenes ex soldados y policías mostrados en videos de los propios ex militares antes de iniciar el ataque.[18] Una responsabilidad directa de todos quienes complotaron para apoyar o abandonar esta excursión militar.
Las palabras de Jordan Goudreau no dejan lugar a dudas sobre la visión que muchos opositores sienten en este momento tras el fracaso de esta aventura pseudomilitar: “He sido un combatiente por la libertad toda mi vida. Luché en Iraq, en Afganistán. Soy un soldado condecorado, he sido baleado. Pero nunca en mi vida he visto una puñalada en la espalda y el nivel de completo desprecio por hombres en el terreno[19].
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Fotografía: pressenza.