Por: Nabil Wakim y Sylvia Zappi. viento sur. 08/06/2020
Francia, plataforma conjunta del sindicato CGT, Greenpeace y Attac.
Un plan de “salida de crisis”. Veinte asociaciones y sindicatos han nombrado así a su plataforma de propuestas para responder urgentemente a la crisis sanitaria vinculada al SARS-CoV-2 y, a largo plazo, a las crisis económica y climática.
Esta coalición sin precedentes fue planteada por el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, la copresidenta de Attac, Aurélie Trouvé (en la fotografía de la cabecera ndr), y el director general de Greenpeace Francia, Jean-François Julliard. Una lista de propuestas marcadas por su radicalismo social y ecológico “para un mundo de después que no se parezca al mundo anterior”.
Su “plan de salida de crisis” ofrece 34 medidas. Ustedes están pidiendo una “reconversión social y ecológica” del tejido económico francés. Concretamente, ¿cómo podría suceder esto?
Aurélie Trouvé: La transición ecológica es complementaria de la creación de cientos de miles de empleos. ¡Queremos un reciclaje profesional que mantenga los trabajos actuales, cree otros nuevos y éstos deben ser trabajos de calidad! El plan para poner fin a la crisis requiere, precisamente, planificación. Para no relanzar un modelo insostenible y hacer que estas exigencias sociales y ecológicas sean complementarias.
Ustedes abogan por una “economía de la sobriedad” contra el consumismo. ¿Se ha vuelto decreciente la CGT? ¿O productivista Greenpeace?
Philippe Martinez: El verdadero debate es cómo producir y consumir de manera diferente. Por eso nuestro plan plantea la cuestión de reducir el tiempo de trabajo. También podemos preguntarnos sobre el consumo: ¿vale la pena tener cada dos años una nueva versión de iPhone fabricada en elrincón más lejano del mundo?
Jean-François Julliard: ¡Las y los ecologistas no decimos en absoluto que haya que detener toda actividad productiva! Pero hablamos de decrecimiento de las industrias que contaminan y reorientación de las inversiones hacia los sectores que procuran el bienestar. No hay ninguna dificultad en asumir que hay que aumentar la producción de alimentos a partir de la agricultura biológica, desarrollar el ferrocarril, el transporte público. No es un enfoque decreciente.
En particular, están proponiendo un aumento general de los salarios, una reducción de las horas de trabajo y un fuerte apoyo a la transición energética. ¿Cómo financiar un proyecto así?
P. M. Hay dinero, pero es captado por el sector privado. ¡En 2019, Francia fue campeona mundial en dividendos pagados a las y los accionistas! Tampoco debemos olvidar que, incluso durante esta crisis, ciertos sectores, como la distribución masiva, han ganado mucho dinero. El desafío es el de una mayor distribución de la riqueza dirigida hacia lo social y el medio ambiente.
J.-F. J. Muchas de nuestras medidas consisten en redirigir las inversiones que existen hoy en día, particularmente en combustibles fósiles. Por ejemplo, proponemos una ley que obligue a las empresas a alinearse con los objetivos del acuerdo climático de París. Esto redirigirá los fondos que benefician a las industrias altamente basadas en el carbono a sectores más favorables a la lucha contra el calentamiento global.
El gobierno planea ayuda masiva para el sector de la aviación y Renault. Su plan defiende la idea de garantías ecológicas y sociales. ¿Qué condiciones deben establecerse?
P. M. Hace mucho que intervenimos en estas empresas para que realicen rupturas estratégicas. No lo han hecho. Renault, por ejemplo, no ha invertido en la motorización híbrida recargable. Hoy, las ayudas del Estado no son ni para lo social ni para lo medioambiental, sino que respaldan los beneficios de estas empresas. En Renault o Air France, esto se acompaña de una reestructuración sin contrapartidas. Estas ayudas deben estar condicionadas a cambios profundos. También debemos revisar el conjunto de las cuestiones de movilidad. Si ha habido un sindicato que haya luchado contra el desguace de la SNCF (compañía ferroviaria estatal) y el transporte ferroviario, ¡ese es la CGT!
J.-F. J. Todo lo que Philippe Martinez acaba de decir, yo también podría haberlo dicho. Defendemos conjuntamente poner fin a ciertas aerolíneas, la cancelación de planes para extender o privatizar aeropuertos, el fortalecimiento del sector ferroviario, especialmente trenes nocturnos. Estos son temas concretos, que permiten la limitación de los gases de efecto invernadero.
Le están pidiendo al Estado que no apoye el sector de los combustibles fósiles o la reactivación de la energía nuclear. Sin embargo, la CGT defiende una moratoria sobre el cierre de centrales eléctricas de carbón y el desarrollo de la energía nuclear en Francia.
P. M. La CGT está a favor de una combinación energética diversificada y está luchando en EDF (Electricidad de Francia) contra el cese en las inversiones en investigación en nuevas energías, un área que EDF ha dejado al sector privado. En el tema de las centrales de carbón, hay proyectos de conversión defendidos por las y los empleados, debemos apoyarnos en sus propuestas, como es el caso de la central de Gardanne [en Bouches-du-Rhône], por ejemplo. Pero si les decimos a las y los asalariados “usted tiene que elegir entre su trabajo o el planeta”, ¡el asunto será complicado! Preferimos hablar con ellos para ver cómo transformar estas industrias contaminantes.
J.-F. J. Nunca hemos ocultado nuestras diferencias sobre el tema, Greenpeace es antinuclear y defiende una salida de lo nuclear lo más rápido posible. Pero debemos tomar el tiempo necesario para las reconversiones de empleos. No necesariamente estaremos de inmediato de acuerdo en el ritmo de cierre de las centrales eléctricas. Pero integramos la dimensión social en la reconversión ecológica, y no he oído a la CGT defender el carbón.
¿Para qué sirve la plataforma que han construido? ¿Es ésta la base de un programa para las elecciones presidenciales de 2022?
J.-F. J. La idea era ir más allá de las palabras en la articulación necesaria de la emergencia social y ambiental de la que todo el mundo habla. Si queremos ir más allá del simple eslogan “fin del mundo, fin de mes”, tenemos que apegarnos a la realidad y ver qué podemos hacer juntos a pesar de nuestras diferencias. No es un programa en desarrollo, sino medidas que apuntan a su aplicación real, y para eso necesitamos a los partidos políticos. Nuestro objetivo entonces es influenciarles en su diversidad.
P. M. En el último año que hemos estado hablando, nos hemos dado cuenta de que había más cosas que nos unían que cosas que se nos enfrentaban. Este documento ayuda a todos a comprender que no hay un solo camino.
Hablarse entre asociaciones medioambientales y sindicatos es nuevo. ¿Cómo reacciona su afiliación?
J.-F. J. En Greenpeace ha despertado curiosidad y preguntas en nuestra base militante. Algunas personas se plantean cuestiones acerca de los sindicatos y su enfoque en la transición energética, pero nadie se enfadó ni abandonó nuestras filas porque nos estuviéramos acercando a la CGT.
P. M. En la CGT, esto corresponde a una expectativa, especialmente entre las y los miembros más jóvenes que, como su generación, son mucho más sensibles que los anteriores a los problemas ambientales. También hay reticencias, risas burlonas cuando hablamos de Greenpeace, pero eso liberó la palabra de muchos miembros que nos dijeron “hay que ir por ahí”. Cuando eres un líder sindical, también debes saber cómo hacer las cosas. Queremos confrontar las realidades del trabajo, de quienes trabajan y quienes buscan trabajo, y ver qué se puede mover mediante la acción, no solo mediante la palabra.
¿En qué se diferencia esta iniciativa de los muchos llamamientos que han aparecido sobre el mundo de después, como el pacto de “Poder de vivir” defendido por Nicolas Hulot y Laurent Berger, de la CFDT?
J.-F. J. Encontramos en las 34 medidas acciones que deben implementarse de inmediato (mascarillas gratuitas para todas las personas, plan hospitalario) y medidas a corto y medio plazo que conducirán a una reconstrucción ecológica y social de nuestras sociedades. Tenemos medidas radicales que van más allá de simples conjuros.
A. T. Invitamos al Pacto del “Poder de vivir” a participar en nuestro proceso. No querían unirse a nosotros. La base de las ideas que ponemos sobre la mesa implica un cambio de sistema, una salida del sistema neoliberal y productivista. Cuando se propone que la deuda pública mantenida por el Banco Central Europeo sea deuda perpetua a tasa cero, no es insignificante desde mi punto de vista macroeconómico.
También han organizado una reunión con las direcciones de todos los partidos de izquierda y ambientalistas. ¿Qué papel juegan? ¿Qué esperan Vds.?
A. T. Nuestro espacio no es el de la recomposición política, no es nuestro trabajo. Invitamos a los partidos que apoyaron nuestro enfoque a discutir este plan de salida de crisis y las futuras movilizaciones para defender estas propuestas.
P. M. Estamos haciendo propuestas concretas. Y les decimos a los partidos: “Hemos trabajado esto, ¿qué vais a hacer vosotros ahora? “
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Fotografía: viento sur.