Por: Isa Castillo. 03/03/2016
La bandera del sindicalismo en nuestro país, en sus inicios fue la defensa del trabajador. El sindicato hasta hace más de veinte años tenía autoridad y poder. Poder que le fue conferido gracias a la base que representaba de manera aguerrida y democrática.
Ayer martes por la tarde recibí una llamada de parte de la secretaria delegacional del Sindicato Democrático de Trabajadores de la Educación (SDTEV), a la cual pertenezco, en donde manifestaba la encomienda del representante estatal Miguel Hernández Placencia, para saber sobre mi situación respecto a los resultados de mi evaluación, que se habían publicado el día lunes. Me dijo que en cuanto recibiera alguna información me pusiera en contacto con el comité estatal para que actuaran en mi defensa.
Ante este acto de cinismo, desde luego contesté que no necesitaba la defensa de un sindicato que había sido cómplice de la SEV y sus autoridades para imponer una reforma antipedagógica y antieducativa, caracterizada por la pérdida de los derechos laborales de los maestros. También expuse que era imposible creer en ellos después de que nunca se pronunciaron ante la golpiza que habíamos recibido por la policía estatal, el mando único y golpeadores del mismo gobierno. En donde muchos maestros y personas ajenas al magisterio sufrieron fracturas e incluso hospitalizaciones; también les recordé que ante la golpiza que recibieron los jubilados en enero, quienes protestaban en la exigencia del pago de sus pensiones, tampoco hicieron nada, solo callar como los cómplices que han sido de este sistema represor y unilateral.
Concluí la llamada aclarando que la única defensa que tengo ante los resultados de mi evaluación será el Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV-CNTE) y la ruta jurídica que se tiene trazada para ejercer las acciones legales correspondientes, porque desde que se promulgó la reforma educativa centrada en la evaluación docente los únicos que han permanecido firmes en la defensa del magisterio hemos sido los maestros que nos sumamos al movimiento.
La figura de Miguel Hernández Placencia actualmente es gris y sin legalidad, un títere mas del gobierno, usado para desarticular la lucha sindical al igual que Rafael Sósol Sánchez quienes no han sido capaz de convocar a su base para exigir la toma de nota que tiene más de dos años en disputa. Ambos carecen de liderazgo, lealtad a la base que en su momento los apoyó, pero sobre todo de valor de hombres de palabra. Nada podrá hacer en mi defensa en caso de necesitarla el profesor Miguel Hernández Placencia.
El SDTEV es un cascarón dividido en dos grupos que pretenden preservar el poder que en su momento tuvo el sindicato, poder que fue ganado por la lucha hombro a hombro de cada uno de los trabajadores que lo fundaron ante la tiranía de la cual eran víctimas en los años 80’s los trabajadores de la educación. Éste, como todos los sindicatos están corrompidos, su hambre enferma de preservar la impunidad de la cual han gozado ha hecho mucho daño a los maestros que tenemos vocación para educar en las aulas. Actualmente sabemos que ha nadie defiende, ni a los maestros activos ni jubilados, porque cada uno de ellos han avalado el saqueo de nuestros ahorros que eran el patrimonio de nuestras familias. Si no fueron capaces de evitar el saqueo de la reserva técnica del IPE, es porque le deben mucho al gobernador, hay muchos intereses y favores personales de por medio que nada tienen que ver con la defensa de cada uno de los que hemos aportado quincena tras quincena para que nos representen en el marco de la legalidad y la justicia.
La única manera de reivindicarse y lograr que los agremiados crean en él, será luchando en el espacio público y jurídico por su toma de nota y evitar así más desafiliaciones, estableciendo una defensa laboral de los trabajadores de la educación que fueron sometidos a este proceso punitivo de evaluación y que evite ceses con acciones firmes y coordinadas a nivel estatal y nacional, es decir que luche por un derecho ganado como lo era la plaza base. De ninguna manera será preguntando si necesitamos ayuda. Los representante sindicales deben entender que la base manda y ellos obedecen y que solo unidos y organizados en la defensa de nuestros derechos laborales pondremos de rodillas a este mal gobierno priista.
La lucha que he decidido emprender de manera coordinada con el MMPV-CNTE es una lucha justa, en la defensa de nuestros derechos laborales, pero sobre todo de la educación pública, legado de la revolución mexicana. La lucha sigue… solo la base puede salvar a la base, no necesitamos más mentiras, más dobles discursos, necesitamos organizarnos y movilizarnos para defender la estabilidad del magisterio.