Por: El grito del sur. 29/06/2025
Fuentes consultadas descartan casi por completo la gestación de un paro general. Sin embargo, si se producen nuevos atropellos político-judiciales antes o durante la detención de la ex presidenta, podría desatarse una radicalización de las medidas gremiales.
La flamante etapa de resistencia peronista deposita ciertas expectativas -entre otros- en el sector gremial. Durante la proscripción y exilio de Juan Domingo Perón entre los años 1955 y 1973, las organizaciones sindicales se encolumnaron detrás del General pero bajo distintas estrategias. Algunos apostaron por el diálogo, otros por la confrontación directa con las autoridades del gobierno de facto. En un contexto dictatorial y de fuertes restricciones para la actividad gremial, la autodenominada «Revolución Libertadora» desencadenó la aparición de las 62 Organizaciones, que en un primer momento fue una alianza de peronistas y comunistas. De esta forma, se echó por tierra el intento de la dictadura de Aramburu por controlar el movimiento obrero argentino.
Setenta años después, volvemos a vivir otra época oscura de proscripciones políticas. Poco antes de conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia contra Cristina Fernández de Kirchner, que ratifica la condena a seis años de prisión y la inhabilita de por vida a ejercer cargos públicos, los sectores gremiales más cercanos al kirchnerismo agitaron la idea de un paro. «Si Cristina va presa, declaramos paro», anunciaron desde ATE Capital. Sin embargo, no hubo efecto rebote. En horas de la tarde del martes, SMATA cortó la Panamericana a la altura de Tigre para manifestar su descontento por el fallo. Pero, del lado de los mecánicos, nadie se animó a mencionar la palabra clave: PARO.
Hasta el momento, las acciones de protesta en los territorios vienen siendo garantizadas por la CTA y la UTEP. Este jueves 12, los cortes de ruta en zona sur, zona oeste y zona norte tuvieron como finalidad visibilizar la «proscripción» de Cristina y la «defensa de la democracia». A la espera del momento de detención de la expresidenta, se registró una buena adhesión en todas las actividades pero no la masividad esperada teniendo en cuenta el respaldo que reúne CFK dentro de estos grupos.
Fuentes consultadas descartaron casi por completo el llamado a un paro general. Detrás de esta dificultad, se entremezclan no sólo internas gremiales sino también un clima de época marcado por una adhesión más baja que en otros tiempos a este tipo de medidas. «Las movilizaciones que hizo la CGT hasta ahora no fueron contundentes e internamente no hay acuerdo para un paro general porque muchos no tienen una mirada favorable a Cristina. Si bien entre las dos CTA y la CGT se está negociando garantizar masividad el día que Cristina se presente en Comodoro Py, lo que va a primar es la libertad de acción y el cese de actividades en algunas áreas», señaló a El Grito del Sur un experimentado habitué de los pasillos gremiales.
La reacción de la Confederación General del Trabajo fue tibia. Si bien expresaron «solidaridad y apoyo incondicional» hacia Cristina, no lanzaron un plan de acción que permita romper la persecución y proscripción electoral. Octavio Arguello, triunviro de la CGT, habló sobre la posibilidad de una medida de fuerza tras la condena y se excusó: «No somos un local partidario». «Algunos confunden esto de Cristina con lo que pasó en el 55 y el 76 que fue un gobierno de facto. Nosotros repudiamos pero entendemos que el gobierno que está fue elegido democráticamente», dijo en declaraciones a El Destape Radio. De los otros miembros de la conducción cegetista tampoco se puede esperar mucho: Héctor Daer suele escapar a las medidas de fuerza y Carlos Acuña es profundamente anti-kirchnerista.

Desde la cúpula de la CTA reconocieron también que el camino es la lucha en las calles. «Una cosa es la intensidad de las agrupaciones y organizaciones que están bien definidas, pero no es la mayoría y tampoco es la mayoría de la gente. No nos podemos poner a hacer algo y que después nos terminan puteando. Es un delicado equilibrio», reconoció. No obstante, varias organizaciones sindicales -tanto de la CTA como la CGT- están comprometidas en aportar un caudal importante de afiliados para movilizarse en defensa de la ex presidenta cuando se presente en Tribunales, cuestión prevista para el día miércoles. En caso de que se produzcan nuevos atropellos político-judiciales contra CFK, las medidas gremiales podrían radicalizarse.
En otras provincias, la organización marcha a otro ritmo. Pero lo que surja de allí resulta un aspecto clave y es la principal esperanza con vistas a traccionar un paro masivo. «Si se convocan los distintos congresos provinciales del PJ y sacan una convocatoria federal con movilización a las plazas de todo el país, se podría generar algo potente y ahí la CGT no podría quedar fuera de una foto muy grande», concluyó otra de las fuentes conocedoras del mundo sindical. Lo cierto es que el tiempo apremia y se necesita más que nunca de la movilización popular para evitar un destino trágico para Cristina, principal anhelo de la derecha y los grupos económicos concentrados en Argentina.
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Fotografía: El grito del sur