Por: Nodal. 08/12/2021
Efecto pandemia: el hambre en América Latina creció un 30% y alcanzó su mayor nivel en 20 años
El hambre en América Latina creció por sexto año consecutivo en 2020 en plena pandemia de coronavirus, cuando anotó un alza del 30 % respecto al año anterior afectando a 59,7 millones de personas, el nivel más alto en 20 años, alertó este martes un informe de la ONU.
El informe, del que participaron la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos y Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), advirtió que “en tan solo un año el número de personas que viven con hambre aumentó en 13,8 millones”.
El “Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021” apuntó que la prevalencia del hambre en la región se sitúa actualmente en el 9,1%, frente al 7,1 % de 2019, la más alta de los últimos 15 años.
El incremento “podría explicarse en parte por los efectos de la Covid-19”, agregó la institución, que deja 46,5 millones de contagios totales y 1,5 millones de fallecidos, y provocó en 2020 una contracción del 6,8 % del PIB -la mayor en 120 años.
El panorama anterior se traduce en que cuatro de cada diez personas en la región -267 millones- experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2020, es decir, 60 millones más que en 2019, el incremento más pronunciado en relación a las demás regiones del mundo.
La inseguridad alimentaria grave, en tanto, es decir, personas que se quedaron sin alimentos o pasaron un día o más sin comer, alcanzó el 14% en 2020, lo que supone un total de 92,8 millones de personas, un “enorme aumento” en comparación a 2014, cuando afectaba a 47,6 millones de personas, según el documento, informó la cadena BBC.
El panorama de inseguridad alimentaria, por otro lado, no se distribuyó de igual forma entre hombres y mujeres, ya que en 2020 el 41,8% de las mujeres de la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 32,2% de los hombres, disparidad que fue en aumento en los últimos seis años y aumentó drásticamente, del 6,4% en 2019 al 9,6% en 2020.
“Debemos decirlo fuerte y claro: América Latina y el Caribe enfrentan una situación crítica en términos de su seguridad alimentaria. Ha habido un aumento de casi el 79% en el número de personas con hambre entre 2014 y 2020 “, denunció el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, que indicó que si bien la pandemia agravó la situación, “el hambre ha ido en aumento desde 2014”.
Otra de las grandes preocupaciones en la región sigue siendo el sobrepeso y la obesidad.
El informe advirtió que la región también está perdiendo la batalla contra otras formas de malnutrición: 106 millones de personas, lo que supone que uno de cada cuatro adultos, padecen obesidad en América Latina y el Caribe.
Entre 2000 y 2016 se notificó un aumento de la obesidad de 9,5 puntos porcentuales en el Caribe, 8,2 puntos porcentuales en Mesoamérica, y 7,2 puntos porcentuales en América del Sur.
El sobrepeso infantil también fue en aumento desde hace 20 años en la región, y en 2020, 3,9 millones de niños y niñas -el 7,5% de los menores de cinco años- tenían sobrepeso, casi 2 puntos porcentuales más que el promedio mundial.
En este contexto, América del Sur muestra la mayor prevalencia de sobrepeso en niños y niñas -8,2% -, seguida por el Caribe con 6,6% y Mesoamérica con 6,3%.
“En América Latina y el Caribe, la Covid-19 empeoró una crisis de malnutrición que ya preexistía”, dijo el informe.
Con los servicios interrumpidos y los medios de vida devastados, las familias tienen más dificultades para poner alimentos saludables en la mesa, lo que deja a muchos niños y niñas con hambre y a otros con sobrepeso”, lamentó el director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Jean Gough.
Gough pidió que “para que crezcan sanos”, hay que asegurar que “todas las familias tengan acceso a alimentos nutritivos y asequibles”.
La situación en la región llevó a la ONU a pedir en el informe “acciones urgentes” para detener el aumento del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas, por lo que instó a los países de la región a “tomar medidas rápidamente para transformar sus sistemas agroalimentarios y hacerlos más eficientes, resilientes, inclusivos y sostenibles”.
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Fotografía: Nodal