Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. 25 de enero de 2025
Haciendo una analogía entre el viaje realizado en Seattle, USA entre junio-julio de 2024, un viaje familiar visitando a primos que viven en esa ciudad gaba con el viaje emprendido en el mes de diciembre del mismo año, con nuestra familia política china en la ciudad de Chengdu en el lejano -para nosotros- país de China, en ambos casos la vivencia es muy rica en emociones agradables las cuales seguramente quedan guardadas en tu corazón para el resto de tu vida.
Bien, en el periodo comprendido del 20 de diciembre 2024 al 3 de enero 2025, el viaje a China tuvo el propósito primordial de conocer a nuestra familia política china que vive en la espléndida ciudad de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan, situada al sudoeste de la República Popular de China.
No abundaré en comentar la vivencia familiar, basta y sobra con lo comentado líneas arriba pues eso lo dejo como algo muy íntimo para nosotros, así que solo trataré de compartirte algunos aspectos dignos de destacar de los lugares -no todos- que tuvimos la oportunidad de conocer junto con nuestra querida familia de por allá.
Como posiblemente recuerdes pues lo he compartido en mis diferentes espacios periodísticos, esta no es la primera vez que viajamos por China, no solo en Beijing o Shangai sino en otras ciudades chinas las cuales tienen como un común denominador su espectacularidad en el sentido de ser ciudades con un progreso que de alguna manera es envidiable si lo comparamos con otros estilos de vida de otros países, entre ellos el nuestro.
Algo que me llamó mucho la atención en uno de los viajes anteriores cuyo recorrido se hizo apoyado por una agencia de viajes, fue que una guía comentó, “…esta ciudad es un tanto cuanto pequeña pues solo tiene 8 millones de habitantes…” posiblemente lo dijo pensando en que veníamos de Beijing magna ciudad con más de 21 millones de habitantes, así que con esa expectativa, durante el vuelo estuve cavilando si nuestro destino de Chengdu sería una ciudad relativamente pequeña pues alberga alrededor de 10 millones de habitantes.
Pero luego de la vivencia, pienso que no importa si una ciudad china es grande o pequeña, lo cierto es que, sin importar esa característica, lo más seguro es que conozcas lugares cuya presencia te causará un gran impacto.

No solo porque te das cuenta de cómo ha cambiado el estilo de vida de los chinos, sobre todo de los jóvenes, pero por ejemplo la cuestión llega a ser tan impactante que, en un centro comercial de la ciudad de Chengdu, te encuentras una agencia de autos Tesla, en donde está en exhibición -obviamente para su venta- del Tesla robot, llamado Optimus.
Pero, así como te encuentras con lo más moderno del mundo en China, también te encuentras con sus raíces históricas y religiosas las cuales también son de un gran impacto.
Tan solo te compartiré -no necesariamente en orden cronológico- fundamentalmente tres de los diversos sitios en los que tuvimos la oportunidad de llenarnos nuevamente de la milenaria cultura china.







El primero de ellos es el espectacular museo de Sanxingdui, el cual se encuentra situado aproximadamente a 40 kilómetros de distancia de Chengdu, se caracteriza por ser un museo construido en la zona donde fueron hallados los restos de una ciudad del reino de Shu, los cuales se caracterizan principalmente por ser piezas de diversos tamaños y figuras, realizadas en bronce, hay una parte en la que no tienes la menor duda de que dicho museo fue construido precisamente ahí, porque te encuentras una excavación mostrando una pared con la tierra -al parecer de barro- de ese lugar.
No solo observas piezas de guerreros y esculturas de bronce, sino también de máscaras de otros elementos, así como de grandes piedras de jade chino con las cuales los ancestros chinos elaboraron diversas piezas ornamentales, ya casi para salir del recinto te encuentras con la que quizá sea la “cereza del pastel”, lo que yo llamé el árbol de la vida del museo de Sanxingdui, en realidad se trata de un árbol de bronce de poco más de tres metros de altura, el sitio thehistoryblog.com dice lo siguiente: “…El enorme árbol restaurado consta de una base de tres patas con un tronco que crece a partir de ella. El tronco está dividido en tres niveles con tres ramas que se curvan hacia abajo en cada nivel. Las flores florecen en los puntos más altos de las nueve ramas y los pájaros se posan en las flores. Cada rama, a su vez, se ramifica en tres ramitas que dan frutos, para un total de 27 frutos en el árbol. Un dragón delgado con una cabeza con cuernos ondula hacia abajo en el segmento inferior del tronco, con su pie plantado en la base…”. Pese al inclemente tiempo que imperó por esos días en Chengdu, la verdad de las cosas fue algo espectacular conocer ese gran e interesante museo.





El segundo sitio de gran impacto visitado fue el Templo de Wuhou, el cual sí se encuentra enclavado en la ciudad de Chengdu, la historia nos dice que dicho templo fue construido para memorizar a Zhuge Liang, un distinguido estadista y estratega durante el Período de los Tres Reinos, el cual abarca del año 220 al 280 DC, durante el cual China se dividió en tres estados rivales: Wei, Shu y Wu, este personaje es símbolo de la sabiduría en la mente de los chinos. Te ubicas en una zona de la ciudad muy bella, aledaño al museo está la interesante calle antigua de Jinli, una zona peatonal en donde te encuentras diversos comercios, restaurantes, zonas de masaje de pies, zonas de limpieza de oídos, ¡sí de oídos! e inclusive teatro en donde disfrutamos de ópera china.






Para concluir, te platico del Gran Buda de Leshan, esta ciudad se encuentra a poco más de dos horas en coche partiendo de Chengdu, es un sitio mágico, lleno de misticismo cuya parte culminante es precisamente la colosal escultura de 71 metros de altura, por cierto, declarada Patrimonio de la Humanidad, la cual fue esculpida en el siglo VIII sobre el acantilado del monte Lingyun. Es muy espectacular, ahí confluyen varios ríos y cuentan que el Gran Buda fue construido para que sirviera para proteger a quienes navegaban por las entonces turbulentas aguas de la zona, se dice que al término de su construcción esas corrientes se apaciguaron, el recorrido se puede hacer en dos partes, una a pie en donde subes la montaña para apreciar muchas cosas, tanto otras pequeñas estatuas de Buda, dragones, fuentes, hasta llegar a la cima y aprecias el Gran Buda de arriba hacia abajo, de ahí bajas por unas estrechas escaleras en donde llega un momento en que te tienes que parar pues hay una gran cantidad de gente y la estrechez de las escaleras te impide caminar de manera continua, una vez llegas hasta abajo, aprecias al gran Buda de abajo hacia arriba, lo cual en verdad es imponente; después existe un paseo en barco en cuyo recorrido puedes apreciar al gran Buda de frente y de manera panorámica. En ambos casos, es decir no solo si haces el recorrido a pie o en el barco (nosotros hicimos los dos) entiendes el por qué ahí existe el dicho local: “la montaña es Buda y Buda es la montaña”.
Bien, este emocionante viaje y dada la situación familiar, lo más seguro es que se vuelva a realizar en fecha próxima pues esa convivencia sagrada familiar fue algo que nos llenó sobremanera el corazón.
Fotografias: Eduardo Celis