Por: Pablo Hernández Jaime. CEMEES. 14/05/2020
Con motivo de la cuarentena implementada para reducir la intensidad de los contagios de SARS-COV-2, el 20 de marzo[1] más de 25 millones 600 mil estudiantes de educación básica y media superior[2] suspendieron sus actividades presenciales. El periodo de suspensión se programó originalmente para 30 días. Sin embargo, debido al desarrollo de la pandemia, la SEP anunció que dicho periodo sería ampliado, primero al 30 de abril[3] y después al 17 de mayo “en municipios libres de riesgo” [4], y al 1 de junio, en el resto del país.
Como medida complementaria y con el objetivo de no perder el ciclo escolar, la SEP buscó establecer un sistema de educación a distancia. Sin embargo, dicho sistema depende directa, aunque no únicamente, de las condiciones individuales de acceso a recursos tecnológicos, que van desde el acceso a radio y televisión hasta el acceso a computadora, impresora, internet, etcétera, condiciones que están fuertemente asociadas con la enorme desigualdad en que se encuentra la sociedad mexicana.
Así, por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH-2019)[5] solo cuatro de cada diez mexicanos cuentan con equipo de cómputo en casa[6]. Por otro lado, y aunque el número de usuarios de internet en México ya asciende a 80.6 millones, el acceso está altamente diferenciado: mientras en las zonas urbanas el 76.6% de las personas tienen acceso, en las zonas rurales el acceso llega solo al 47%. Suponiendo que todas estas proporciones son semejantes a las de los hogares con asistencia escolar, entonces podemos decir que, aproximadamente, cuatro de cada diez estudiantes no tienen computadora en casa, que cerca de la mitad de los estudiantes en el campo mexicano no tiene acceso a internet en su hogar, lo mismo que uno de cada cuatro estudiantes en la ciudad.
Pero la cuestión no termina aquí. Del total de usuarios de internet, solo el 33.2% puede acceder desde una computadora portátil y 28.9% desde una computadora de escritorio. A esto habría que agregar que la mitad de los usuarios reportan problemas de lentitud en su servicio de internet y cuatro de cada diez reportan interrupciones en el mismo. De nuevo, si estas proporciones se mantienen para los hogares de estudiantes, entonces esto quiere decir que, aun cuando una cantidad importante logra acceder a internet, muchos de ellos no lo hacen en las mejores condiciones.
La pandemia por COVID-19 nos ha obligado a tomar medidas extraordinarias, como la implementación masiva de un sistema de educación a distancia. Sin embargo, con estas medidas también se han revelado los problemas de desigualdad que subyacen al sistema educativo, problemas que no son privativos del sistema, sino que emergen de las propias condiciones de vida de la sociedad y que limitan sus posibilidades de acceso a la educación.
Pablo Hernández Jaime es maestro en ciencias sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
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Fotografía: CEMEES.