Por: Gaby. Comentario de una de nuestras lectoras. 02/04/2016
Para mi papá fue como un chasquido de dedos, sin previo aviso lo despidieron.
Dio trece años de su vida en un empleo que parecía confortable y que merecía gracias a su esfuerzo diario, sin embargo de la noche a la mañana lo dejó sin nada. Una hija en la universidad, otro por entrar a la preparatoria, y aún otro más en la primaria. Con cincuenta años que se carga, ¿En dónde lo van a aceptar?
Pasó ya casi veinte días en la casa, sin nada que hacer, se estresa y ayuda a mi mamá a lavar los platos sucios para “despejar su mente”. Todos los días manda correos y habla con personas que otras personas conocen y le podrían ayudar en ésta situación, hasta que le da por dormir.
No cabe duda que la decisión de despedir a muchísima gente para salvar a unos pocos “privilegiados” no sólo afecta a ésos sesenta mil trabajadores, sino a cada familia de ésos sesenta, familias como la mía, y que ojalá no sea la de usted.
Fotografía: Redes sociales. Sin autor visible.