“Necesitamos autoridades comprometidas con su trabajo”[1]
Jorge Salazar García. 02/09/2019
En Tanatología se afirma que el mayor de los sufrimientos experimentados por los seres humanos es generado por la muerte de nuestros familiares más cercanos (hijo, padre, esposo, hermano). El budismo atribuye ese sufrimiento al “apego” y recomienda tratar el enojo y la negación por medio de la meditación y oración. Por su lado, los tanatologos piden liberar esas emociones destructivas potenciadas por el daño recibido; aconsejando su aceptación como primer paso para recuperar el sentido existencial. Igualmente es de gran ayuda evitar el aislamiento rodeándose de otros seres queridos; ver, hablar, sentir y despedirse del fallecido consuela el alma. Cuando esto no es posible, la culpabilidad y el remordimiento sacuden al deudo impidiéndole recuperar su cotidianidad en corto tiempo. Pero si ni siquiera hay oportunidad de despedirse y la pérdida del ser querido ocurrió repentina y violentamente, como en las desapariciones forzadas, entonces no hay palabras que alivien ni describan la agonía del familiar, durante mucho tiempo o toda la vida.
Con el propósito de visualizar el problema y exigir castigo para los autores materiales e intelectuales de este nefasto crimen, la ONU designó el 30 de agosto como “Día Internacional del Detenido Desparecido”. En México, debido a la impunidad y corrupción aún prevalecientes en el sistema judicial y de seguridad pública, la mayoría de los mexicanos han sido agraviados, directa o indirectamente por las más de 44 mil desapariciones ocurridas en suelo patrio. Veracruz ocupa uno de los primero lugares en este flagelo; tal vez por esa razón el nuevo gobierno estatal tuvo, en sus inicios, la sensibilidad de atender a los familiares de las víctimas. Lamentablemente, después de 9 meses de ineficiencia, los familiares vuelven a salir a las calles para gritar ¡Basta de simulación e impunidad!
En esta ocasión estuvieron el viernes 30 en la plaza Lerdo de Xalapa realizando dramatizaciones de entierros, secuestros, tumbas y descuartizados. Allí, frente al palacio, manifestaron su dolor infinito, frustración y desconsuelo. En solidaridad con ellos cedo este espacio publicando algunos de sus testimonios.
Colectivos Unidos por Nuestros Desaparecidos.
Al desaparecido:
“Desde que me enteré de tu desaparición hasta el día de hoy no he dejado de buscarte, porque te amo. No necesito un día especial para recordarte, estás en todo momento de mi vida en mi pensamiento, despierta o dormida; siempre estoy buscando la forma de encontrarte, siempre llenando mi ser de todos los momentos compartidos, que son los que me dan la fortaleza para seguir en esta lucha. ¿Quién te ha arrebatado todo?”
Al ciudadano:
“Hoy es el día que miles de madres, padres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, esposas y esposos se unen en un solo corazón y gritan ¡justicia!, gritan ¡¿dónde están?! Tú, que caminas sin voltear, tú que compadeces pero callas, tú que viste y mejor en el silencio te quedas. Ve este dolor y Únete.
A las autoridades:
“Nos dejaron solos y aunque dicen trabajar aún seguimos caminando en la desesperación. Unos dicen; no fue en mi tiempo, nosotros les decimos; Ojalá nada sea en tu tiempo pues si esto te pasará exigirías igual que nosotros y te prometemos que si el tiempo pasa le rogarías a quien esté que trabaje aunque no fue su tiempo”
Al delincuente:
“No sé que te hicimos que te ensañaste con nosotros, no sé por qué tu alma esta dañada y ahora decidiste dañar a más. No sabemos qué fue de tú vida que ahora has marcado la nuestra. Pido a Dios que te perdone y me enseñe a mi a hacerlo pues no puedo. Nos arrancaste la vida en un segundo y ahora ¿cómo devolverás todo este tiempo de agonía? (Silvia Ortíz)…
[1] Rosa Elena Ladrón de Guevara Alafita, madre de Antonio de Jesús Viveros Ladrón de Guevara (21 años), secuestrado el 14 de Marzo del 2014 en Vega de Alatorre Veracruz.