Por: Damián Ravenna. 07/12/2024
Estamos atravesados por una época donde el rigor histórico y el saber se ven manoseados para adecuarlos al discurso de alguna fracción de las clases dominantes cuando ejercen la función de gobierno. En este sentido es que los términos de derecha e izquierda política se los ha vaciado de contenido, se ha difuminado su razón, para ocultar de esta manera qué es izquierda y qué es derecha.
Empecemos por nombrar que esta definición sobre el arco político viene de la revolución francesa, dicho de una manera sencilla simplemente en la asamblea nacional del año 1789 a la izquierda del recinto estaban los revolucionarios y a la derecha los conservadores.
Pero, en el siglo XXI se dice izquierda a personas cuyos gobiernos fueron conservadores, es decir gobiernos que mantuvieron las relaciones opresivas de clase, que mantuvieron y aceptaron la democracia de baja intensidad y poca participación, que beneficiaron además a algún sector del capital ya sean empresarios industriales o especuladores financieros, como Lula en Brasil o los Kirchner en la Argentina. Derecha se le dice únicamente a quienes propician un modelo económico político neoliberal, como Milei o Macri en la Argentina o Trump en los EEUU.
Pues bien, esta forma de comprender derecha e izquierda es falsa, es parte de la operatoria cultural de las clases dominantes para abarcar con su programa el amplio espectro político. Las derechas -así en plural- creen que el capitalismo es un sistema eficiente, y ya sea que fomenten el mercado interno o externo, siempre buscan beneficiar mayormente alguna fracción de las clases dominantes capitalistas.
Además las derechas buscan conservar el orden liberal, Republicano y de Estado, aunque hay derechas más autoritarias tomando en cuenta que decimos derechas para referenciar a varios modelos económicos-sociales capitalistas dentro de dos grandes vertientes como son la neoliberal y la keynesiana.
Las izquierdas siempre son anticapitalistas, es decir la izquierda siempre propone un modelo social y económico que no sea capitalista, centrado en el ser humano y la naturaleza. La izquierda es aquella, entonces, que no está de acuerdo con el orden opresor actual, la izquierda es aquella que plantea cambios radicales, de raíz.
Ahora bien, las ciencias políticas también nos hablan de un centro-izquierda y un centro-derecha para explicar algunas orientaciones políticas sirve, en tanto y en cuanto comprendamos las líneas generales explicadas más arriba sobre lo que verdaderamente es izquierda y derecha.
Dicho esto en los derechos humanos las derechas se presentan con una arraigada defensa de los derechos civiles y políticos por ser ellos la base de las democracias liberales, pero no así sobre los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales justamente porque estos derechos son un contradicción con el sistema civilizatorio capitalista que pregonan, al mismo tiempo tienen una mirada de los derechos humanos centrada en el Estado (ya sea para la represión o para la consagración de algún derecho, así regulado o dado por ellos), y una interpretación de Pactos y Tratados Internacionales desde una ideación liberal social aunando progresismo con ideas conservadoras.
Las izquierdas en los derechos humanos se presentan defendiendo todos los derechos humanos, focalizando en la contradicción de los que son los derechos humanos y cómo el Estado capitalista los incumple, usando a los derechos humanos como un programa de derechos para la clase trabajadora, construyendo una contrahegemonía para los derechos humanos desde abajo con los subalternos y plebeyos, con el proletariado extenso.
Las izquierdas asumen a los derechos humanos desde su vocación a ser instituyentes, de ahí que la contradicción dialéctica que se da entre lo instituyente y lo instituido nos muestra la hegemonía y la contrahegemonía resultando así los derechos humanos más que un catálogo de derechos, derechos en praxis, de ahí su eficiencia para la lucha de clases.
La potencia de los derechos humanos para las izquierdas radica en la contradicción y antagonismo entre los derechos humanos y el sistema civilizatorio capitalista, que se plasma a través de que es el Estado capitalista el que viola, vulnera, ataca e incumple los derechos humanos de los oprimidos y subalternos.
De este modo las derechas en los derechos humanos se nos presentan muy claramente, con el negacionismo (de la memoria en la argentina, del cambio climático o el genocidio en palestina en términos internacionales) o con un uso de los derechos humanos para justificar el Estado de derecho liberal, el (mal) desarrollo y el extractivismo, las izquierdas por el contrario se nos presentan con una marcada crítica a los aspectos liberal-capitalistas en los derechos humanos, con un uso de los derechos humanos como un programa de clase que muestra la contradicción entre el sistema civilizatorio capitalista y la humanidad.
Finalmente, no todo es socialismo o comunismo como dice el presidente, ni quienes se nos presentan como de izquierda o como la única derecha realmente lo son. Los derechos humanos al plantear un montón de derechos que el Estado no puede ni quiere cumplir, nos muestran una forma de lucha y reclamo contra la barbarie capitalista.
Para todos, todo
Damián Ravenna
Presidente
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires
APDH ZONA NORTE
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Fotografía: Contra hegemonía web