Por: Portal oaca. 27/03/2025
Cuando algún anarquista dice que hay que defender la sociedad podría dar a entender erróneamente que el capitalismo es algo ajeno y exterior a la sociedad, que la forma Estado en las relaciones, donde actúa la jerarquía y el poder político, se inyecta desde afuera en una sociedad que sería inocente, pura o algo así. No es así pues la sociedad está atravesada y reproduce esas relaciones de dominio sustentadas en la consideración de que el mundo es un lugar donde sólo sobrevive el más pillo y rico. La sociedad, sin embargo, no es ni una cosa ni la otra en sí misma, es el terreno conflictual donde la domesticación convive con la desobediencia, la creación y las potencias. Hay obediencias voluntarias, hay resistencias especulares que reflejan el poder que deberían destruir y también hay creación indiferente a las relaciones de mando obediencia no condicionada por el enemigo.
Defender la sociedad para un anarquista sería entonces acabar con la sociedad del capitalismo y el poder político, sería destruir las bases mismas de reproducción de la desigualdad política, económica y social. Decirlo así pone el énfasis en que las potencias que hay que acrecentar no pertenecen a un afuera o futuro nebuloso, sino que están ahora y acá entre nosotros. Que no se trata de fantasmas ni universales abstractos sin relación con nuestras vidas. Es defender tradiciones tan vivas como en pugna como ayudar a otro cuando se cae, despreciar a la autoridad y sus prepotencias.
Defender la sociedad es defender una parte de la realidad imperfecta sin tener que tener contemplación por los abusadores, las jerarquías sociales y sus defensores. Es defender las potencias que hay que acrecentar, la solidaridad, el mutuo apoyo y las fuerzas creadoras. Defender lo bueno que hay en nosotros mismos y a nuestro alrededor sin la pretensión de que sea perfecto. Saber por qué se lucha es reconocer esas potencias a acrecentar sin tener miedo a las imperfecciones y a la aventura de ensuciarse las manos.
Defender en la sociedad aquello por lo que luchamos es atacar lo que impide la vida, las leyes, los ejércitos, las policías y las morales potenciando la ética, los acuerdos y lo vivo. Hay quienes prefieren mundos perfectos y fantasmales sin relación con el ahora y lo verdaderamente existente, yo prefiero el presente donde lo que somos no es perfecto, se subleva y puede llegar a ser mejor cada día.
R.M
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Fotografía: Portal oaca