Por: Linterna Verde. 02/01/2021
- La encuesta Polimétrica en siete ciudades capitales muestra que la mayoría de la población en Colombia aceptaría ponerse la vacuna.
- Este escenario no se puede subestimar. Hay un grupo considerable de gente que tiende al escepticismo, a lo cual se suman elementos del debate público digital que podrían exacerbar la desconfianza entre la ciudadanía.
- El debate en las redes sociales no parece estar influyendo de manera diferenciada en la percepción de la gente sobre la vacuna. Sin embargo, variables como la confianza de los ciudadanos en el gobierno o la ideología política, sí tienen impacto.
Introducción
Con los avances que anunciaron Moderna, y Pfizer y BioNtech en las pruebas clínicas de la vacuna contra el coronavirus, el optimismo aumentó en las redes sociales. Ahora que se asoma la posibilidad de que haya una distribución masiva en 2021, toma más relevancia la pregunta: ¿qué pasa si la vacuna llega al país pero la gente no quiere ponérsela?
No se trata de una duda menor. En Colombia hemos visto previamente resistencia a ciertas vacunas, como fueron los casos del papiloma humano y el Zika. Por otro lado, el pulso geopolítico alrededor de la vacuna, sumado a la desinformación en temas médicos y el escepticismo histórico del movimiento antivacunas en otras latitudes, ofrecen un panorama complejo. Como cualquier solución científica que deba traducirse en una política pública, el éxito de la vacunación contra el coronavirus dependerá en gran medida de la confianza de la gente.
En alianza con Linterna Verde, Cifras y Conceptos incluyó en su Polimétrica un módulo dedicado a analizar la percepción ciudadana sobre la vacuna contra el coronavirus en Colombia y su relación con las pautas de consumo de información. (ver ficha técnica abajo)1
Como se ve a continuación, en las ciudades encuestadas el 60,3% de las personas consideran totalmente probable o algo probable ponerse la vacuna. Por el contrario, el 36,4% lo considera poco probable o improbable.
Más allá de la buena noticia de que la mayoría de la población en Colombia aceptaría la vacuna, hay
dos puntos relevantes que no se deben subestimar: por un lado, hay un grupo considerable de gente
escéptica frente a la vacuna, lo que es una tendencia nueva en un país que, según la Organización
Panamericana de la Salud (OPS), tiene coberturas de vacunación superiores al 90% y es ejemplo en
la región; por el otro, algunos elementos del debate público digital podrían exacerbar la desconfianza.
Al contrario de lo que sucede en países como Estados Unidos –donde se han hecho este tipo de
mediciones–, las redes sociales en Colombia no parecen estar jugando un rol relevante en términos de
desinformación frente a la vacuna. A pesar de que existen comunidades donde ese tipo de contenidos
se promueven –grupos de Facebook que “no creen en las vacunas”, que son abiertamente antivacunas
o que insisten en la idea de que el virus no es real–, no aparentan tener un impacto transversal en la
conversación.
Canales de información
No hay una relación clara entre el uso de redes sociales y la percepción frente a la vacuna. Quienes
respondieron que es totalmente probable que se apliquen la vacuna una vez esté disponible se informan
principalmente a través de redes sociales, televisión y el programa institucional del presidente Iván
Duque ‘Prevención y acción’.
Por su parte, entre los más escépticos tampoco hay un patrón destacado en relación con las fuentes
de información. Es decir, no encontramos un consumo diferenciado entre ambas posiciones. Lo mismo
podría decirse de las diferencias de género y los cortes poblacionales: las mujeres y las personas entre
56 y 65 años, que son los grupos que más tienden a la desconfianza, no tienen un acercamiento distinto
a las redes sociales.
Este panorama contrasta con Estados Unidos. Según el Pew Research Center, para junio de este año
–a tres meses de la pandemia– quienes se estaban informando a menudo sobre el COVID-19 a través
de redes sociales duplicaban la probabilidad de creer en teorías de la conspiración sobre el virus. Esto
obedece a varios factores, como el entorno de desinformación de algunas comunidades en ese país y
el historial del movimiento antivacunas.
En Colombia el escepticismo –que, de nuevo, aunque relevante es minoritario– no está asociado a
afirmaciones como “no creo en las vacunas” o ideas de que la vacuna puede propiciar el contagio: no supera, en ningún caso, el 12% de las respuestas marcadas. El escepticismo o el rechazo está asociado
sobre todo a los efectos secundarios (47%) y las desconfianza frente a las farmacéuticas (28,9%).
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Fotografía: El Independiente.