Por: Elbinario. 21/09/2018
Por un momento desconecta el piloto automático, siéntate un momento y haz una respiración profunda, observa tu mente, tus pensamientos, respira, observa, respira, siente, respira, siéntete, respira, estírate, respira… ¿Que has sentido? ¿Qué has observado? ¿Qué has respirado? ¿Reconoces tus pensamientos? ¿Puedes sentirte? ¿Puedes estirarte plenamente? Ahora pregúntate ¿quién soy?, ¿qué soy?… Verás que en milésimas de segundo tendrás en tu mente una imagen de ti misma reflejando quien eres y que eres. Tengo una mala noticia para tí, ES MENTIRA… Tu mente te miente.
Los seres humanos estamos compuestos de cuerpo, mente y espíritu… estamos compuestos de un hardware que lleva un sistema operativo obsoleto y privativo lleno de bloatware que no deja evolucionar al espíritu. Cuando nacemos nuestro sistema está limpio y el primer bloatware que nos instalan es la etiqueta de género con un nombre y un color de ropa, a partir de ahí nuestra vida girará en torno a ese software bastante limitado ya que tiene problemas de incompatibilidad al añadirle extensiones del otro género. Nuestros padres nos van modelando instalándonos sus patrones, sus creencias, enseñándonos lo que está bien y lo que está mal. El colegio nos instala una base de datos casi inservible y que se rompe fácil (seguramente Access), un comportamiento competitivo, una forma de clasificar y elegir nuestras amistades, a algunas también nos instalaron creencias religiosas, en la adolescencia nos instalan los cánones de belleza, los cuidados, nuestro nuevo comportamiento… Y así en cada etapa de nuestra vida. Cuando somos personas adultas estamos totalmente programadas para vivir la vida que quieren que vivamos, una vida en base al miedo y todos sus derivados… Programadas para ser rebaño dócil que solo está pendiente del exterior y busca la felicidad cubriendo necesidades que no tienen con cosas que no necesitan. ¿Mi misión es nacer, crecer, cumplir toda mi vida con lo establecido y morir? ¿Sin más? ¿Soy un ser humano o un ser espiritual viviendo una experiencia humana? No creo que el Universo y nuestro planeta se formase tan matemáticamente perfecto y lleve aguantando nuestra plaga millones de años para pasar por la vida como si nada.
Sé que es duro darse cuenta de todo lo dicho anteriormente, es duro darte cuenta que no eres tú, sino un personaje programado por el sistema y la sociedad, un ser desconectado de tu Ser. Cuando se toma conciencia de la mentira en que nos hemos convertido tenemos dos opciones: seguir siendo rebaño o empezar a ser una misma.
Cuando se decide empezar a ser un ser espiritual que vive una experiencia humana empieza lo divertido, porque viene el ¿y ahora qué? Y la mente juega, se divierte sabiendo que es la protagonista de nuestra vida. Una vez más nos engaña diciendo “ya se mucho, tengo información suficiente como para configurar mi sistema operativo y desde hoy soy yo, yo misma y mis circunstancias”. El ego se crece y cuando nos levantamos por la mañana decimos: “hoy ya no soy lo que me hicieron ser, soy yo” Después de muchas horas de trabajo, relaciones, hábitos, conversaciones y más trabajo, volvemos a casa, prendemos la tele, cenamos, miramos un poco las redes sociales y cuando estamos sentadas en el borde de la cama preparadas para dormir nuestras horas programadas, nos percatamos de que hemos pasado el día en piloto automático. ¡Sorpresa! La nueva configuración de nuestro sistema no funciona porque cuando se reinicia vuelve a su configuración establecida. Parece que no es tan fácil ser una misma, ¿verdad?
Las configuraciones no sirven, no queda otra que buscar una alternativa y entonces toca enfrentarse a la realidad de verdad, empezar a poner en práctica la teoría que sabemos, toca observarnos igual que observamos a las demás para ver lo mal que lo están haciendo… ¿ Es duro eh? Tan duro como reconfortante, porque empezamos a identificar todos los bugs de las malas instalaciones que arrastramos, empezamos a reconocernos, a saber quienes somos realmente y no es agradable pero necesario para empezar el proceso de liberación, para empezar a ser rebeldes de verdad y a partir de aquí el proceso es individual y personal a la vez que colectivo ya que lo que se comprende se comparte.
Para ser libres debemos usar un sistema operativo y software libre, es necesario para poder ir añadiendo y modificando código y más tarde difundirlo y compartirlo con toda aquella persona que tenga la necesidad de ser libre, toca reprogramarse. Este procedimiento nos llevará el resto de nuestras vidas porque siempre quedarán residuos de las anteriores instalaciones que querrán seguir funcionando a toda costa, son virus polimórficos y se adaptan bien… Todos los días hay que prestarse la atención que requiere que nuestro nuevo sistema se actualice, se modifique y no se infecte, hay que picar código en base al amor y no al miedo como en el anterior, a veces puede llegar a producirse un cuello de botella en el cerebro por resistencia a romper nuestros esquemas pero no pasa nada, porque las neuronas activarán nuevos algoritmos para adaptarse a su nueva configuración. Algo importante a tener en cuenta para que nuestro código no sea vulnerable es que no se debe rechazar a las demás personas que no deseen o puedan reprogramarse, porque son un espejo para reconocer nuestros bugs y seguir evolucionando, también puede llegar el día en el que su mente se produzca un system failure y necesiten una wiki en la que informarse, entonces estaremos ahí para ayudarles.
Un auténtico hackeo al sistema global es comenzar a hackear tu propia mente.
Ahora desconecta el piloto automático, siéntate un momento y haz una respiración profunda, observa tu mente, tus pensamientos, respira, observa, respira, siente, respira, siéntete, respira, estírate, respira… ¿Que has sentido? ¿Qué has observado? ¿Qué has respirado? ¿Reconoces tus pensamientos? ¿Puedes sentirte? ¿Puedes estirarte plenamente? Ahora pregúntate ¿quién soy?, ¿qué soy?… Verás que la imagen y respuesta ya ha cambiado, tu mente ya no te engaña porque ya eres su sysadmin… ¡Estás hackeando tu mente y no has muerto en el intento!
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ.
Fotografía: Entrepreneur