Por: Gilberto Dorantes Álvarez Caos. 01/04/2018
Caos, es una palabra de apenas cuatro grafías relacionada desde hace mucho tiempo con un completo desorden. Precisamente es lo que se está generando actualmente en nuestra sociedad, un desorden descomunal creciendo día a día, y aunque supuestamente somos una sociedad regida por leyes propias de una civilización actualizada a los nuevos reordenamientos mundiales, tal pareciera que estuviéramos viviendo un retroceso.
Existen muchas regiones del planeta donde el desorden ha imperado desde varias décadas atrás. Aquí en México se nos empieza a hacer costumbre vivir en medio de este desorden, y aunque se presume que la constitución mexicana es una de las mejores y más completas del mundo, la ambición desproporcionada de las autoridades, ha llevado a las modificaciones de nuestras leyes y no para el bien de su población, sino para poder beneficiar a ciertos grupos de poder económico, que tienen y mantienen el control económico del país, así como también el control político de la nación mexicana.
Triste es la situación de los mexicanos porque la partidocracia nos mantiene sumergidos en un verdadero “caos”, y en este año electorero los partidos políticos que por desgracia se encuentran señalados y permeados por la corrupción, ya no se anuncian como tales, si usted pone su atención, las siglas partidistas han pasado a segundos términos, dejando ahora en primer lugar el nombre de sus coaliciones, de esa manera engañan al electorado.
Estas coaliciones escudan las imágenes corruptivas de los partidos políticos que las integran, y como estrategia política usan el nombre de la coalición; así, por ejemplo, para no dañar tanto al partido dominante o a los partidos que la conforman, han optado por utilizar el nombre de la coalición: “Por México al frente, “Juntos haremos historia” y “Todos por México”, son estas tres coaliciones que aglutinan a todos los partidos políticos que lucharán por obtener un lugar privilegiado en las mentes de los electores, siendo MORENA, PRI y PAN, los partidos alfa en cada una de las coaliciones, y precisamente cuando muchas personas escuchan estás siglas, al instante los relacionan con la imperante corrupción existente en México, por parte de sus principales actores.
He ahí la importancia de haber disfrazado los nombres, pues con este traje de ovejas, piensan mentir al pueblo mexicano y cometer una serie de infamias para poder llegar al poder sobre quien o quienes se les interpongan en el camino. Nos encontramos en la antesala de una lucha encarnizada por parte de estas coaliciones políticas, y ellos están preparando todo su arsenal político para luchar y tratar de dejar en el camino a su oponente, ya iniciaron y la primera zancadilla se la metieron a “por México al frente”, el juego sucio será el común denominador. Los tres equipos detrás de los candidatos están trabajando en sus respectivas oficinas, los estrategas harán uso de todas las artimañas legales para descalificar al adversario, cuando inicien formalmente las campañas hacia la presidencia de la República, empezaremos a conocer y veremos toda la mugre de la cual están hechos todos los partidos políticos existentes en México.
Tal vez escuchemos una que otra propuesta para mejorar al país, y prometerán anular la corrupción. “Corrupción” será la palabra eje sobre la cual diseñarán sus discursos. Y, antes de que salgan con sus peroratas hipócritas, yo le pregunto al pueblo, si son ellos los políticos que de cierta manera han gobernado al País, ¿Por qué carajos no han combatido la corrupción? Acaso un solo hombre ¿Podrá cambiar el rumbo de nuestro México? Todo lo que escucharemos será demagogia, porque quien de verdad puede cambiar a la nación, no es ninguno de los actores políticos. Debemos cambiar nuestra mentalidad, cada quien, por cuenta propia, tenemos que dejar el pensamiento arcaico de: “es que el gobierno…” (pensando que el gobierno solucionará nuestros problemas), tenemos que dejar a un lado el pensamiento negativo, debemos pensar positivamente y actuar de igual manera. Saquemos ese “caos” que nos han metido en nuestro cerebro y actuemos como gente civilizada. Entendamos y practiquemos el “orden”. ¡Reflexionemos mientras llega el próximo café!